Ejemplos con desteñido

Lo único cierto es que para la primera presentación en el Campín contra Telégrafos, el uniforme azul que usaban los jugadores y fundadores de Santa Fe se había desteñido.

Las partes bajas son de color rosa desteñido, y la cola tiene un modelo blanco y negro similar al de la collalba.

Lois compara la farsa de Meg con las excusas de Peter, una para no participar como miembro de un jurado popular y otro para no trabajar, en la primera se hizo pasar por racista para evitar ser miembro del jurado, al ser todos los miembros de raza blanca, Peter dice que hay mucho desteñido a su lado en el otro corte Peter se hace pasar por judío ortodoxo para no trabajar.

Por largo tiempo los criadores han querido imponer un pelaje original de color morado desteñido y que los perros tuvieran obligatoriamente la cola corta de nacimiento.

Es interesante señalar que muchas películas de ese tiempo, rodadas en Eastmancolor, aunque se han desteñido los colores, se puede observar que los conservan a pesar de eso, pues en las películas rodadas con los otros sistemas de filmación en color se ven desteñidos los colores, y en algunos casos en tonos opacos, a menos que se restauren digitalmente.

¡Y muchas gracias que lo aguantan, y con el pupilaje de estos chicos de Zamora podemos ir tirando! ¡Ay Señor, después de trabajar toda la vida! El médico levantó una cortinilla de percal rojo y desteñido que ocultaba un tugurio sin luz, ocupado por la cama de los viejos.

Algunos reflejos de tenue luz entraban por dos altas y rasgadas ventanas laterales, cubiertas ambas con grandes cortinones de rojo damasco, desteñido y empolvado.

Los compañeros le llamaron primero el , porque era muy moreno, como un beduino desteñido a fuerza de lavaduras: por fin le apodaron , y con este se quedó.

jerez desteñido de cuarenta años, saboreándolo,.

y una falsa tristeza de guante desteñido y rosa química.

Pero la víctima del insomnio de una noche entera no tenía sentidos para gozar de los colores ni de la fragancia de las plantas, por en medio de las cuales pasaba distraída, indiferente, desfallecida, suspirando, casi llorosa, con el cabello suelto, y con los ojos rodeados de un tinte azul como si las lágrimas hubiesen desteñido sus pupilas.

En estas excursiones acompañábalo invariablemente su hijastra Rosalía, una mozuela de doce años que por lo blanco de la piel, rubios cabellos y ojos claros de un azul desteñido, la morena y tiznada chiquillería de la mina apellidada la “gringa”.

Su recreación dominical consistía en leer -mientras su padre hacía solitarios sobre el desteñido tapete de la mesa- cuadernos de folletines franceses, todos sucios y destrozados, recortados de este y aquel periódico, cosidos de cualquier manera por no gastar en encuadernación y, a lo mejor, faltosos del primer capítulo o del desenlace.

Sobre el fondo rosa muerto, desteñido por los años, de la tela que tapizaba la pared, aureolada de plateadas flores ennegrecidas por las injurias del tiempo, contrastando con la casi incorpórea fragilidad de las aristocráticas figuras que se pavoneaban en los trianones de ensueño que, encerrados en desconchados marcos, decoraban los chaflanes fronteros a la chimenea, surgía reflejada en el espejo su figura, triunfadora como magnífica Brunhilda dormida por siglos entre llamas.

-Buenas tardes, señor, contesta don Fermín, dándole vuelta entre los dedos al chamberguito desteñido, venía a ver si me quería usted comprar unos novillitos que tengo.

En las primeras tablas del armario -el único que había- un Larousse, al que faltaban dos tomos, mostraba su dorso polvoriento y desteñido junto a una colección trunca también pero empastada, de la Revista de Ambos Mundos.

Vestían chaqueta de un rojo desteñido, calzones muy anchos, como refajos cosidos por el medio, y gorro encarnado, caído hacia atrás.

Se veían muchos pies sucios y callosos, enemistados con el agua desde el verano anterior, muchos cuerpos disformes por el trabajo manual o la vida sedentaria de las oficinas, muchas caras anémicas y mucho traje de baño estrambótico y desteñido.

La caoba de los muebles y la pana mordoré, las cortinas ajadas de un blanco sospechoso, las cenefas polvorientas, la luna turbia de los espejos, el reloj y los candelabros de zinc, los paños de crochet, la alfombra sucia y escupida, todo ese tren inconexo y charro de ajuar de hotel, hasta el papel desteñido, desprendiéndose de las paredes por las esquinas, arriba, parecían afectar un aire alegre de fiesta en la profusa iluminación de la vasta pieza.

finas dagas damasquinadas de oro, contra lo desteñido de.

verde desteñido de sus ojos apasionados.

entre el oro desteñido de los antiguos marcos españoles.