Ejemplos con deslumbrantes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Deslumbrantes carteles atraen desde la entrada y cuadros, en los que la depravación se ríe de si misma, decoran la entrada.
En particular, las canciones de Brian Wilson y sus disposiciones se hacían cada vez más deslumbrantes y complejas, expresamente No-Go Showboat y Custom Machine.
Además de esta notable evolución histórica y del interesante patrimonio artístico que conserva, el templo destaca por ser uno de los conjuntos más deslumbrantes de la arquitectura andaluza del primer barroco.
Esta Habana en las telas del pintor esta rociada y embellecida con colores calientes, fríos y grises, es una Habana en la que descubrimos un permanente dibujo en su ejecución, que adecua cada forma en un espacio bidimensional exacto, la viste de noche con intensos azules, o de sol deslumbrantes con naranjas y rojos.
Los colores son cálidos y deslumbrantes.
La gorra con entorchados deslumbrantes y un águila de oro enorme, los bordados de las mangas y las hombreras, parecían herir su vista.
Pero este gesto se esfumaba al sonreír su boca dejando visibles los dientes unidos y deslumbrantes, unos dientes de hombre de mar, habituado a alimentarse con salazón.
Eran iguales a los palacios de Oriente: obscuras y tristes en los muros exteriores, deslumbrantes en su interior, como un lago de nácar.
Les aguardaba al otro lado del pantano o de la selva la ciudad de encantamiento, con sus techos deslumbrantes y un monarca poseedor de montañas de esmeraldas, que acabaría por darles su hija más hermosa y con ella todos sus tesoros.
Los pueblos debían ser regidos por hombres a caballo, con deslumbrantes uniformes.
Y deslumbrantes de verdad eran sus palabras: La verdad es como la luz, no se esconde.
El grandioso templo era un gigante calzado con zapatos toscos y cubierta la cabeza de deslumbrantes penachos.
Entre el retablo y la verja, el oro parecía chorrear, resbalando por las blancas paredes, marcando con líneas deslumbrantes las junturas de los sillares.
El obispo auxiliar decía la misa, y él y sus diáconos ayudantes sudaban bajo las casullas y capas tradicionales, bordadas, recamadas, con gruesos y deslumbrantes realces, abrumadoras como armaduras antiguas.
un haz de rayos luminoso, deslumbrantes.
Aquellos pabellones, que vistos con un poco de buena voluntad a la luz artificial recordaban los palacios deslumbrantes de las leyendas, parecíanle ridículas barracas.
Estallaban luces de colores, y a su resplandor, tan pronto blanco como rojo, veíanse a lo lejos, terminando la doble fila de cirios, los sacerdotes con capas de oro, manejando los incensarios, con un continuo choque de cadenillas de plata, en el fondo de una nube de azulado y oloroso humo, sobre ella, agitándose dorado y tembloroso entre sus deslumbrantes varas, el palio, que avanzaba lentamente, y bajo la movible tienda de seda, como un sol asomando entre nubes de perfumes, la deslumbrante custodia, que hacía bajar las cabezas, como si nadie pudiera resistir la fuerza de su brillo.
Los órganos allá arriba extendían su lengüetería en rayas verticales y horizontales, deslumbrantes, parecían dos soles cara a cara.
Por último, la cazadora de aves con liga de miel, arrojó al aire la que quedaba en la copa, y como si hubieran saltado las gotas del líquido transformadas en rubíes, en esmeraldas, en topacios, en granates, en conchillas de nácar y en pepitas de oro, se dispersaron bulliciosos y deslumbrantes aquellos preciosos pajarillos, creados en el mismo instante en que la naturaleza sembró en los bosques argentinos la semilla misteriosa de la flor del aire.
Aquellos salones deslumbrantes de luz, saturados de perfumes, henchidos de bellezas cargadas de lujo y de pasiones, el incesante crujir de las telas, el ondular de las colas, arrastradas sobre los aterciopelados tapices, el rumor de las conversaciones, el centelleo de las joyas, los suaves acordes de la invisible orquesta, y el flujo y reflujo de la muchedumbre, verdadero mar de colores y sonidos derramado por aquellos ámbitos esplendentes, ora en impetuoso torbellino agitado por los huracanes de la danza, ora en sosegado vaivén durante los intermedios, toda aquella magnificencia, en suma, toda aquella pomposidad babilónica, ejercía sobre el espíritu cierta impresión de borrachera, que disculpaba, en lo humano, el éxtasis en que el marqués admiraba el espectáculo, la pasión con que la marquesa hacía los honores de él, y la voluptuosidad con que la hija se dejaba mecer sobre el oleaje de aquella tempestad de deleites.
Azulejos moriscos esmaltados de colores, trozos de columnas de mármol y de jaspe, pedazos de ladrillos de cien clases diversas, grandes sillares cubiertos de verdín y de musgo, astillas de madera ya casi hechas polvo, restos de antiguos artesonados, jirones de tela, tiras de cuero, y otros cien y cien objetos sin forma ni nombre, eran los que aparecían a primera vista a la superficie, llamando asimismo la atención y deslumbrando los ojos una mirada de chispas de luz derramadas sobre la verdura como un puñado de diamantes arrojados a granel, y que, examinados de cerca, no eran otra cosa que pequeños fragmentos de vidrio, de pucheros, platos y vasijas, que, reflejando los rayos del sol, fingían todo un cielo de estrellas microscópicas, y deslumbrantes.
Hoy tu plateada cima, reducida a pesados fragmentos, hace entrever un abismo sin fondo, rodeado de peñascos que amenazan con su caída a las vecinas comarcas, y sin embargo te alzas con orgullo sobre los picachos que te circundan, y ostentas tus deslumbrantes perfiles en una curva en cien partes hendida, al solo amago del brazo del Altísimo.
que de mil ojos deslumbrantes siembra,.
Regalada era allí la vida por la abundancia y variedad de comestibles de la tierra, y por el esmero y arte que en el condimento de almuerzos, comidas y cenas ponía la señora de Galán, la cual, entre paréntesis, era una mujer guapísima, de ojos negros, deslumbrantes, de aire desenvuelto y franco, el habla graciosa con golpes de baturrismo.
::Por las rosas y los lirios que florecen en sus mejillas, por los rubíes de sus labios, en que brilla la sonrisa, por sus dientes de perlas deslumbrantes,.
A los pocos días de asistir a la cátedra de Glauben perdía, el que lo tuviera, el hábito de la preocupación de lo contemporáneo como superior a lo antiguo, el hábito de inclinarse a la moda en filosofía, las más recientes hipótesis que los demás profesores exponían como deslumbrantes novedades, las analizaba Glauben con fría imparcialidad, las comparaba y barajaba con las teorías viejas, y a poco aparecía con la pátina de lo caduco, de lo transitorio, tenía una rara habilidad, nada maliciosa, para borrar el prestigio del barniz reciente en las doctrinas que sometía a examen.
Ella apenas le oía, ni quería atribuir a su presencia aquel cambio de temperatura moral, que lamentaba para sus adentros, en tanto que veía a las jóvenes y a las jamonas vetustenses coquetear en la acera, y en las tiendas deslumbrantes de gas.
Pero he de describirle, siquiera para demostrar parte de mi tesis a los ojos de cuantos, más acá y a la edad aquella, han arrastrado por los suelos ricas lanas y deslumbrantes sedas:.
Pues venga usted conmigo, y vamos entrando por aquellos tres numeritos deslumbrantes que no saben hablar más que de iluminaciones, y de candilejas, y de colgadura, ¿y todavía sostendrán que el Correo no es literario y mercantil desde la cruz a la fecha? ¿No está esto pidiendo venganza al cielo?.
colonial, el esplendor de teatros, circos y deslumbrantes vitrinas de.

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