Ejemplos con desgreñadas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Salían hombres despavoridos en mitad del arroyo atravesados por las bayonetas, dentro de las casas veíanse mujeres desgreñadas debatiéndose entre los brazos de los asaltantes, arañándoles con una mano el rostro, mientras con la otra pugnaban por sostener sus ropas.
¡Adentro, adentro! Y ayudada por otras mujeres, Teresa y su hija fueron metidas casi a viva fuerza en el , revolviéndose desgreñadas, rojos los ojos por el llanto, el pecho palpitante a impulsos de una protesta dolorosa, que ya no gemía, sino aullaba.
Entonces, aquel río de furias desgreñadas, aquellas turbas harapientas, atajaron el paso al coche, y sobre las magníficas faldas de las damas, pálidas de sorpresa y medio muertas de miedo, comenzó a caer en lluvia pastosa y sucia el barro arañado de entre los adoquines o cogido en las socavas de los árboles, y empezaron a silbar por el aire trozos de cascote, escuchándose los rugidos de las amotinadas, que vociferaban: ¡Mueran los ricos! Dos o tres piedras chocaron contra la caja de la carretela, quedó herido el lacayo, una moza de fuerzas hercúleas metió un garrote entre los radios de una rueda y apalancando con alma para que no se moviera el coche, faciltó que por la trasera de éste treparan varias chicuelas ansiosas de arrancar de los sombrerillos las primorosas flores pagadas en París a peso de oro.
En la entrada de la Alameda apelotonábase el gentío, y por entre la masa de espaldas arqueadas y codos en punta pasaban las floristas con su cesto de mimbres erizado de ramilletes y las chicuelas desgreñadas, con el cántaro en la cadera y el turbio vaso en la mano, pregonando: ¡!.
latigazo que las hiriera! Andarían por los montes sórdidos, desgreñadas,.
Rodeada de los malditos sacerdotes brahamanes y de viejas desgreñadas, que más parecían fieras carniceras que seres humanos, marchaba Turey con el rostro rayado de sangrientos arañazos y los ojos hinchados por interminable llanto.
Del otro lado había sillas de montar puestas en palos atravesados, mecates en que se colgaba la ropa, es decir, calzoneras, chaquetas, sarapes, túnicas viejos de percal o de lana, en un rincón se revolcaba un enfermo de fiebre con la cabeza envuelta en un pañolón desgarrado y sucio, más allá un grupo de mujeres desgreñadas remendaban ropa blanca o hacían vendas, y al último, en el fondo de la capilla, junto al altar mayor, convertido en escombro, y dividida de la nave por una cortina hecha de sábanas y de petates, se hallaba la alcoba del Zarco, que contenía un catre de campaña, colchones tirados en el suelo, algunos bancos de madera y algunos baúles de madera forrados de cuero.
Se suprimieron los burros de carga, que eran algo así como un padrón de ignominia para la capital, y con muy buen acierto el gobernador prohibió a las mujeres públicas que anduviesen desgreñadas y en chancletas por los alrededores de la Plaza Central, en las noches de retreta.
Dentro se movían, lavando o planchando, negras y mestizas casi desnudas, con las pasas desgreñadas o tejidas a modo de longanizas, mientras sus queridos, tirados en el suelo o a horcajadas en sendos taburetes, dormían la siesta.
Don Anselmo, agachando la corona sin honor de sus canas desgreñadas, sentado en un pupitre, con las piernas cruzadas, a nadie mira.
Casi descalzas, desgreñadas, aunque con una escofireta que parece haber servido de aljofifa, el cutis dando indicios de blancura que se entreluce bajo una concha de suciedad, las greñas rubias mas nunca peinadas, y los ojos azules incapaces de ternura femenil.
Cuando el hermoso príncipe iba más descuidado y contento, lo rodearon siete viejas desgreñadas y feas como visiones infernales.
'' MADAMA COLLET'' y'' CLAUDINITA'', desgreñadas y macilentas, lloran al muerto, ya tendido en la angostura de la caja, amortajado con una sábana, entre cuatro velas.
En la quesería encontró unas muchachas descalzas de pie y piernas, sucias y desgreñadas.
Junto a las chozas, armadas de sendas estacas, cinco mujeres, desgreñadas y mugrientas, o más bien cinco furias, rodeaban a un perro y le mataban a palos.
Grande era mi asombro, cuando las mujeres, sucias y desgreñadas, huían de mí exhalando chillidos, cuando los niños, negruzcos y feos como sapos, me tiraban piedras desde el escondrijo de los picantes setos de nopal.
En tanto, el huracán, oprimido entre los muros de tan estrecha y retorcida cárcel, silba y brama haciendo a ratos enmudecer al río, y troncos poderosos, y débiles arbustos, y rastreros matorrales se inclinan a su paso, dejando oír sobre sus copas desgreñadas, al herirlas el pedrisco, el estridente machaqueo de una lluvia de perdigones sobre láminas de acero.

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