Ejemplos con desgarrón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La imaginación de Febrer fue viendo en ellas dos agujeros negros y espantables, un triángulo lóbrego semejante al que deja la nariz desaparecida en la faz de los muertos, y más abajo un desgarrón inmenso, trágico, igual a la risa muda de una boca sin labios y sin dientes.
Sus ojos acariciaron una enorme faja de mar tendida entre dos colinas, como un telón azul que ocultase un desgarrón de la tierra.
En el horizonte plomizo se abría un desgarrón, enrojeciéndose por momentos, como una herida a la que afluye la sangre.
Aresti, ante este desgarrón de la corteza terrestre que mostraba al aire sus entrañas, recordaba las formas y colores de las piezas anatómicas reproducidas en sus libros de estudio.
Prim empuñó el mástil de la bandera, al viento dio la tela, y con la tela unas palabras roncas, ásperas, como si las soltara con un desgarrón de su laringe.
Más allá del puente de Vizcaya, cuya plataforma iba y venía pendiente de su manojo de cables, transportando carruajes elegantes, carretas de bueyes y pasajeros llegados en el tren de Portugalete, extendíase el abra como un desgarrón del cielo, moviendo sus aguas de un azul plomizo.
El sol asomaba por primera vez en la mañana al través de un desgarrón de las nubes, y el humo que se extendía sobre la villa tomaba una transparencia luminosa, como si fuese oro gaseoso.
Luego hundió sus uñas crueles en el desgarrón de la carne y tiró de los bordes, haciéndole rugir:.
Un brazo de Roseta se había apoyado en su hombro izquierdo, en el mismo sitio donde sufrió el desgarrón de la uña de acero, y en el que ahora sentía un peso cada vez más abrumador.
El verle, trajeado de harapos, con su sombrerito de payaso, el desgarrón de la rodilla y sus pequeños pies desnudos, que no sé cómo escapaban a las pisadas del otro, me dolió el corazón.
El otro se zambulló en el agujero, y yo pude oír el desgarrón de sus faldones en los que Jones había hecho presa.
Sus tacones torcidos golpeaban la alfombra espesa, y al correr, se prendían en el desgarrón interior de la bajera, pasada de tanto uso.
¡Desnudarse delante de aquella Toinette, la doncella francesa, remilgada y burlona, que vería la ropa interior desaseada, los bajos destrozados, el corsé roto, de pobre dril gris! ¡Mostrar los estigmas de la miseria sufrida heroicamente, la flojedad de las carnes, que olían al sudor enfriado de tantas caminatas hechas a pie, por ahorrarse los diez céntimos del tranvía! ¡Enseñar su faldilla de barros, con el desgarrón, que no había tenido tiempo de remendar! Una vergüenza, una humillación dolorosa, la impulsaban a gritar: «No, no iré, no me vestirán de carnaval con la librea de lujo.
Era cuando el invierno amortaja en liso sudario las estepas infinitas y el aire está como acolchado por la lenta caída de los copos que lo ensordecen y lo mullen, preservándolo del desgarrón del cierzo.
Por consiguiente, es menester que te des a la vela y me traigas lo antes posible a ese ayudante de jardinero, porque sospecho mucho que sea mi cocinero, autor del desgarrón de su delicado pinche.
-¿Qué es este desgarrón? - dijo mostrando a D'Artagnan un lugar en el que se hallaba atravesada de parte a parte.
Ya embocaban a la cabecera del puente de Toledo cuando un desgarrón de las nubes, que cubrían casi totalmente el cielo, dejó ver un cuarto de luna, con desmayada luz entre cendales, corriendo hacia los bordes grises que habrían de ocultarla de nuevo.
Prim empuñó el mástil de la bandera, al viento dio la tela, y con la tela unas palabras roncas, ásperas, como si las soltara con un desgarrón de su laringe.
Un desgarrón en el honor se paga con un desgarrón en la piel.
Afanosos los picos buscaban los verrugones de las crestas o un desgarrón de pellejo para asegurar el bote.
Empezó por ser nada más que una leve chispa en las losas del empedrado, y luego se alargó hasta convertirse en una línea amarilla, de pronto, sin ninguna advertencia ni ruido, pareció abrirse un desgarrón, y apareció una mano blanca, femenina casi, que tanteó por el centro de la pequeña superficie de luz.

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