Ejemplos con desencadenados

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los dos primeros solicitan su ayuda y lo envian a una mision de suma importancia, y es salvar la vida de un niño -Patrick Danville, el cual no tiene que morir, puesto que dentro de unos años jugara un papel importante en los sucesos desencadenados al final de la extensa busqueda de Roland de Gilead por su Torre Oscura.
Sin embargo, una vez desencadenados los eventos que conducían a una guerra inevitable, se transformó en el más formidable y respetado enemigo de los Estados Unidos.
Las prótesis dentales deben tener en cuenta las fuerzas oclusales o masticatorias, que son las presiones que se realizan durante la masticación de alimentos, para que esta presión esté repartida y equilibrada, evitando así el sufrimiento mecánico de la boca y futuros problemas desencadenados.
-En el fondo, la idea de usted no es mala -dijo gravemente el señor Vela-, pero nada espere de esos elementos desencadenados que llaman aquí Cortes Constituyentes.
Cerrando los ojos ante la terrible lucha del pueblo con el feudalismo, su cerebro le reproducía el silbar furioso de los vientos desencadenados, y la hinchazón de las olas que corren acosándose y mordiéndose hasta perderse en el horizonte sin fin.
Con excepción de Santiuste, que liado en su manta se dejaba caer nuevamente en el nirvana, todos comentaron el suceso, viendo algunos los peligros antes que las ventajas, y confiados otros en que el Conde de Reus triunfaría de los astutos marroquíes y de los elementos desencadenados.
Se les vio luchar contra los elementos desencadenados, avanzar por en medio de la espesa lluvia y del desatado viento, queriendo achicarse y escabullirse, pero tal navegación era imposible, y en la revuelta inmensidad desaparecieron bien pronto el carro y caballo y caballeros.
, yo lo he expuesto en aquellas alturas al furor de los huracanes desencadenados, a ver si lo desarraigaban de mi sér, y sólo he conseguido fortalecerlo más y más por consecuencia de tan contínua lucha.
Él, que siempre contempló a los demás con altivo desdén, con reposada indiferencia, sentía ráfagas brutales de celos que agitaban furiosamente su espíritu, desencadenados con una mirada de los ojos sombríos, apaciguados con un beso de la roja boca.
Ni en los porches ni en los portales valía guarecerse, porque el viento y el agua los invadían, cada mochuelo se iba a su olivo, se cerraban puertas con estrépito, poco a poco se apagaban los ruidos de la ciudad industriosa, y los elementos desencadenados campaban por sus respetos, como ejército que hubiera tomado la plaza por asalto.
¡Ah! ¡Todas las pasiones, todos los vientos desencadenados, todos los.
Aquel relato tan desatinado y extraño parecía habernos llegado de entre los elementos desencadenados, como si la tempestad lo hubiese arrojado sobre nosotros igual que un tallo de alga marina, y que esos mismos elementos se lo hubiesen tragado luego otra vez.
¿Adónde quiso Dios que me arrastraran los huracanes contra mí desencadenados? ¿Qué hice allí? ¿Con qué nuevas adversidades luché? ¿Por qué derroteros me encaminó el azar?.
Sus pensamientos desencadenados brotaban en burbujas sueltas.
Se hallaba en la parte más elevada del ruinoso y antiguo puente, cuando una ráfaga de viento más fuerte que las otras y mezclada de una lluvia fuerte, arrebatándole el gran paraguas de las manos, la dejó expuesta a la inclemencia de los desencadenados elementos.
Pero ¿y qué? ¿Sería él el primer reyezuelo que vamos viendo en España desde septiembre acá? ¿Y se calman los ánimos, se refrenan los odios o se conjuran los desencadenados elementos que hoy conmueven a la situación porque se instale en Madrid un magnate más o menos?.
Allí se metieron los cuatro sujetos de marras, y allí aprendieron que la pelea había cesado cuando el agua no cabía ya en canales, es decir, según se calculó en el acto, poco después que ellos salieron de la choza de la Rámila, justamente cuando ésta debió de acabar el prometido conjuro, conjuro que, sin duda, armó el temporal que estaba reinando, como se arman siempre que los demonios andan por la tierra desencadenados, ya por obra de hechicerías, ya por gracia del hisopo.
¿Quién ha de creer en duendes y aparecidos, por ejemplo, en una riente población tendida en verde llanura, entre pájaros y flores, o reclinada frente al azul Mediterráneo, en el perfumado seno de una perpetua primavera? -¿Y quién ha de dejar de sentir todo linaje de terrores allá en la región de las nubes, rodeado de sombras, entre los elementos desencadenados, y sin más consuelo ni refugio contra la hostilidad de la Naturaleza que el amor de la esposa, la piedad de los hijos y las dulces promesas que manan de los labios del señor cura?.
Se les vio luchar contra los elementos desencadenados, avanzar por en medio de la espesa lluvia y del desatado viento, queriendo achicarse y escabullirse, pero tal navegación era imposible, y en la revuelta inmensidad desaparecieron bien pronto el carro y caballo y caballeros.
Flotaba la armada de mil galeras, formando sobre las ondas un puente de madera, cuando aquel que tiene en el cielo su esplendente trono, lanzó sobre nuestras riberas y nuestros mares todos los horrores de los vientos desencadenados, del rayo y de la tempestad.
Cerrando los ojos ante la terrible lucha del pueblo con el feudalismo, su cerebro le reproducía el silbar furioso de los vientos desencadenados, y la hinchazón de las olas que corren acosándose y mordiéndose hasta perderse en el horizonte sin fin.

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