Ejemplos con descubrimiento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y comprendiendo la importancia de su descubrimiento, puso un gesto grave de misterio.
¡Si es lo más fácil!gritó al entrar en la pieza, rojo de emoción por su descubrimiento.
Con una agilidad simiesca, riendo de su descubrimiento, saltó sobre el alféizar y empezó a descender por el muro, buscando con pies y manos las desigualdades de la mampostería, los alvéolos profundos como peldaños que habían dejado los pedruscos al rodar desprendidos de la argamasa.
El señor, que había creído por un instante en el descubrimiento de una finca olvidada, la única de la que podía ser verdadero dueño, sonrió tristemente.
Y ¿dónde me deja usted el descubrimiento del Nuevo Mundo? Aparte que, si no recuerdo mal, cuando estudié en el Instituto, el profesor de Historia nos decía que no sé cuál emperador romano había adoptado para el ejército el calzado que usaban los españoles.
Lo óptimo es el Lebrato y su hijo, y y Quilino, y el médico don Elías, y el magnífico tipo del Berrugo, avaro supersticioso, que Balzac adoptaría por suyo, y la fantástica historia del descubrimiento del tesoro, que Walter Scott hubiera robado para su.
Había vivido algunos años en las islas Filipinas, y allí se había granjeado reputación de sabio entomólogo y se le atribuía el descubrimiento de varias familias de insectos: la , mosca como la de aquí, sólo que reside en el archipiélago magallánico, el , especie de mosquito de trompetilla, , hormiga que pica, y otras bestezuelas domésticas.
Yo os digo con Renán: La juventud es el descubrimiento de un horizonte inmenso, que es la Vida.
El descubrimiento que revela las tierras ignoradas, necesita completarse con el esfuerzo viril que las sojuzga.
Ferragut, al hacer este descubrimiento, sintió aumentarse su confusión.
Además, a él le debían el descubrimiento y el arresto de un espía importante.
Otro suboficial explicó rápidamente a las gentes inmediatas la importancia del descubrimiento.
Cada avance en el Mediterráneo de esta marina balbuciente había representado mayores derroches de audacia y energía que el descubrimiento de América o el primer viaje alrededor del mundo Estos nautas primitivos no se lanzaban solos a las aventuras del mar: eran pueblos en masa, llevaban con ellos familias y animales.
De día, el más leve descubrimiento enviaba la alarma de la proa a la popa.
Al cruzarse una vez más la mirada de ella con la de Ferragut, éste creyó sentir el golpe en el corazón y el relampagueo en el cerebro que acompañan a un descubrimiento fulminante é inesperado Conocía a aquella mujer, no recordaba dónde la había visto, pero estaba seguro de conocerla.
De pronto agarró un brazo del marino y le gritó con energía, como si acabase de hacer un descubrimiento por la portezuela del coche: ¡Calderón de la Barca! Ferragut saludó.
Ella le reconoció a su vez, y este descubrimiento la hizo detenerse junto a una bocacalle, dudando entre seguir adelante o huir hacia el interior de Nápoles.
Nada le importaba en el fondo este descubrimiento, pero quería comunicárselo al Padre Paulí, y que éste la ayudara con sus consejos.
Sanabre se entusiasmaba hablando del convertidor de Bessemer, el gran descubrimiento industrial que había abaratado el acero, enriqueciendo a Bilbao al mismo tiempo, pues exigía minerales sin fósforo, como los de las montañas vizcaínas.
Era cuestión de que el descubrimiento le pillase de buen talante.
Llevando siglos de existencia, disponiendo de riquezas y viajando por toda la tierra, sus famosos sabios no habían enriquecido a la humanidad con un sólo descubrimiento de importancia.
Después vino el descubrimiento de América.
Para Gabriel, no era esto un descubrimiento.
Entre los remolinos de aquella muchedumbre y los mil cambiantes de luces de todos colores y reflejos, que asemejaban el bulevar al fantástico escenario de un baile de hadas, Jacobo sólo veía un pensamiento, un plan cuyas primeras líneas se le torcían a cada instante, empujadas por ideas opuestas, por inconvenientes inesperados, por temores fundadísimos que le hacían titubear, gimiendo de dolor como un niño caprichoso a quien quitan de las manos una golosina, rugiendo de rabia como un león encadenado a quien arrancan de las garras su presa, que esto era para él la idea de devolver aquellos documentos, de no quedarse con ellos utilizándolos en provecho propio, y siendo actor principalísimo en vez de mero instrumento Mas ¿cómo responder entonces a la reclamación del terrible propietario? ¿Cómo evitar la sospecha de aquel robo, hecha a un ladrón sin duda, pero al fin y al cabo robo? ¿Cómo prevenir la venganza terrible e inevitable que había de seguirse al descubrimiento?.
El coro general de damas comenzaba a emocionarse, pero acertó a reparar Gorito Sardona en la desteñida barba del diplomático, y apresuróse a comunicar el descubrimiento al oído de Carmen Tagle, echóse a reír ella, díjolo a su vecina, esta al que tenía al lado, y a poco, una porción de solapadas risitas hacían fracasar por completo la parte patética del espectáculo.
En los periódicos satíricos que compraba Rafael había visto aquellas caras convencionales, destrozadas por él lápiz de los caricaturistas, y partiendo del descubrimiento del famoso tupé, fue señalando a su hermana cada bebé por su nombre, riéndose como una loca al ver que el ministro de Hacienda tocaba el violón.
Aquel descubrimiento fatal rasgaba el velo de la credulidad, desvanecía el optimismo del cariño, la madre aparecía a los ojos del hijo tal como era, con toda su fealdad moral, y Juanito pensaba con rabia en su antiguo ídolo como el devoto que pierde la fe, y en la imagen milagrosa que antes le arrancaba lágrimas de emoción ve sólo un miserable leño.
No sabía vencer el farmacéutico su genio vivo y zumbón, ni mostrarse tan habilidoso como el caso exigía, y aunque Fortunata le tiraba de los faldones de la levita para que tomase un tono más contemporizador, el maldito no se podía contener: Vaya con la que saca ahora Pero, hombre de Dios, ¿a usted qué le importa que el alma venga de acá o venga de allá? ¿Qué se mete usted en el bolsillo con esto? ¿Cree que le van a dar algo por el descubrimiento? Anteayer me dio usted la gran jaqueca con aquello de Pues pongamos que sea.
Aquí para entre los dos: ¿a usted qué le va ni qué le viene con que haya gente en Marte o deje de haberla? ¿Le van a dar a usted algo por el descubrimiento? Tararí tararí.
Las lecturas de Rubín fueron como un descubrimiento.

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