Ejemplos con descreído

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Dandi vocacional y esteta descreído, Michi se granjeó merecida fama de noctívago y mujeriego.
Irónico, cínico, descreído y siempre errante, sus pasos le llevan de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios, hallando las más de las veces que los auténticos monstruos se esconden bajo rostros humanos.
Esta nueva versión del drama de Ouchy excitó enormemente la curiosidad pública, y mayor fue aún el interés cuando se supo que, por más que sobre la cabeza del Príncipe pesara la pena de muerte, una voluntad soberana, impresionada por la conversión del rebelde y del descreído, había conmutado esa sentencia por la relegación perpetua en Siberia.
¡Caramelos! que blasfemase alguna vez, bregando con soldados, no quería decir que fuese descreído.
Parece que yo, burlón y descreído, sin preocupaciones, vengo a estrellarme contra el obstáculo más risible, pero más fuerte: contra las.
Mi hermano es un fanático descreído, a su falta de fe llama convicción honrada: sería capaz de echárselas de mártir de sus ideas y renunciar a la chica antes que aceptar el trato.
Ella, a pesar de su viveza, temerosa de mortificar la susceptibilidad de Pepe, le trataba con una consideración que a ninguno otro hubiera guardado, y él, frío, descreído, burlón, dispuesto siempre a endulzar la realidad con su buen humor, era ante Paz reflexivo y serio, cual si le infundiese miedo aquella intimidad amorosa, que, a juicio suyo, no podría resistir al tiempo o habría de estrellarse contra las asperezas de la vida.
Algunos años después, un piadoso testamento legó la finca a la comunidad vecina, y en nuestro siglo descreído y rapaz, la desamortización incluyó en los bienes nacionales aquella adquisición que los pobres frailes debían a las legítimas gestiones de un confesor o al tardío arrepentimiento de un moribundo.
Más vale ser artista y deleitarse ante la belleza, aunque sólo esté representada en las ninfas desnudas, que ser indiferente y descreído en todo.
El siglo XVIII tal vez no fué crítico, burlón, sensualista y descreído porque tuvo a Voltaire, a Kant y a los enciclopedistas, sino porque fué crítico, burlón, sensualista y descreído tuvo a dichos pensadores, quienes formularon en términos precisos lo que estaba vago y difuso en el ambiente: el giro del pensamiento humano en aquel período de su civilización progresiva.
Buenaventura, disimula tus opiniones, mira que no te conviene aparecer así, tan descreído y violento, sobre todo cuando pretendes hacer fortuna.
No debe extrañarse que, siendo Leonardo un tanto descreído y despegado, sintiese pasión por una joven tal como la que acaba de describirse.
Apenas se pronunciaron estas palabras, se oyó un gran temblor en el aire, un galopar que hizo estremecer el suelo, llevando el espanto hasta el corazón del maldito descreído, y haciendo que se volvieran las cabezas.
moderna, la de un filósofo descreído de todo por el.
Era un hombre malo y descreído que sólo había consentido en que su sobrino, que era huérfano de padre y madre, pasara gran parte del día en la parroquia y al servicio de ella, porque el señor cura le daba de comer y porque sacaba algunos cuartos de las propinas que nunca le faltaban en bautizos, bodas y funerales.
Pero no tardó ella en alzar la cabeza, y dijo al califa: ¡No hablaré, ¡oh Emir de los Creyentes! mientras no me des permiso para desarrollar mi pensamiento por completo! Asombrado, dijo el califa: ¡Ya tienes permiso! Ella dijo: ¡Entonces, ¡oh Emir de los Creyentes! déjame tu alfanje un instante para que corte la cabeza a este astrónomo, que no es más que un impío y un descreído!.
¿Y no sería posible sacar algo más a ese descreído?.
Pero ninguno de los habitantes quiso seguir siendo descreído, y en un día solo, el acto de fe se pronunció por mil y mil nuevos creyentes.
¡Ah! ¡y por este descreído nos quieres abandonar!.
Pero un caballo de esta clase no debía permanecer en las cuadras de un rey descreído, y fui designado por los de mi tribu para apoderarme de él en medio de los guardias que lo cuidaban, velando noche y día.
Y cuando discutía con algún descreído decía Aquiles triunfante con su vocecilla de niño de coro:.
En el convento vivían aparte del mundo, se desconocían cosas que no ignoraba él, por desdicha, y debía advertirlas: no es que fuese aquel señor un descreído, sino un malvado y un hereje, autor de novelas nefandas, debíales bien triste celebridad, los periódicos y revistas de la buena Prensa lanzaban sin cesar al escarmiento y la vergüenza sus escándalos.
Nanar era más descreído y libertino que Sardanápalo, y en Babilonia no se adoraba ya a otro dios que al interés y a Mílita, o, como si dijéramos, a Venus.
Tampoco el conde Enrique, algo descreído y volteriano, tenía miedo de lo sobrenatural.
Descreído y hasta unas miajas enemigo personal del que nos mandó amar a nuestros enemigos, se forjaba en su fantasía planes de sustituir a la Providencia por el conocimiento.
Cada vez que salía de casa o asistía a un espectáculo, siempre, en fin, que me veía envuelto en los oleajes del mar de transeúntes o de espectadores, me acordaba del dicho de Neluco y me preguntaba a mí propio: ¿quién soy yo, qué represento, qué papel hago, qué pito toco en medio de estas masas de gente? ¿Para qué demonios sirven en el mundo los hombres que, como yo, se han pasado la vida como las bestias libres, sin otra ocupación que la de regalarse el cuerpo? ¿Quién los conoce, quién los estima, quién llorará mañana su muerte ni notará su falta en el montón, ni será capaz de descubrir la huella de su paso por la tierra? ¿Y para eso, para vivir y acabar como las bestias, soy hombre y libre y mozo y rico? ¿No serían una mala vergüenza una vida y una muerte así? Y me iba con el pensamiento a las agrestes soledades de Tablanca, donde no existía un desocupado, ni un egoísta, ni un descreído, y había visto yo morir a mi tío abrazado a la cruz entre las bendiciones y las lágrimas de todo el pueblo.
¿Y por qué no? Al cabo y a la postre, ¿no era gallardo y excelente mozo? ¿No hacía con Águeda la pareja más hermosa que pudiera buscarse? ¿Que era un tanto descreído?.
-Yo creyente y tú descreído, empezarías engañándome al unir tu mano a la mía.
Queréis decirme, que un fraile de la Trapa, vicioso, descreído, puede vivir más tranquilamente en su retiro que yo, creyente y sano, en el bullicio de la sociedad.

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