Ejemplos con decente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sólo hay una casa decente: esa de tres pisos, blanca y aseada, con miradores de hierro, ésa, en cuyo piso terrizo hay una confitería, con su grande y llamativo rótulo, que dice:
Consumen la mejor parte del presupuesto, y sin embargo viven ustedes en una miseria decente y disimulada, pedo miseria al fin.
¡Cómo estaba el mundo! No había religión, orden ni autoridad, y ¡claro! era imposible que una persona decente saliese a la calle sin que la pillería le diera que sentir.
Una vida arreglada, gastando conforme a la renta, es lo decente y lo digno.
Ya no eran diez o doce mil reales los que ponían a su mamá con agua al cuello, ahora se trataba de miles de pesetas, de miles de duros, y era preciso pagar o resignarse a que la situación de la familia se hiciese pública, pues los acreedores, gente grosera y sin entrañas, sin otra pasión que la del dinero, eran capaces de desacreditar por dos cuartos a una señora decente.
Esa doña Clara es una tal, que sólo va donde puede sacar, y vuelve las espaldas a una persona decente al verla en un apuro.
Me parece que para empezar es una cantidad ¡muy decente!.
No, si no me enojaba, me reía, créelo, me divertía viéndote entre esa aristocracia, hecho un caballero, una persona decente, vamos, con el pelito sobre la oreja.
Maximiliano le era poco simpático, pero en sus palabras y en sus acciones había visto desde el primer momento la persona decente, novedad grande para ella.
Vivir con una persona decente despertaba un poco su curiosidad.
¡Gracias a Dios que encontraba en su camino una persona decente!.
Me he propuesto hacer de ti una persona decente y lo serás, lo serás si tú quieres.
El tal Joaquinito Pez es una persona decente.
Puedes hacer rabiar al chico de Santa Cruz, porque en cuanto te vea hecha una persona decente se ha de ir a ti como el gato a la carne.
Yo pensé que debía poner a aquella infeliz en camino de adquirir una posición decente y estable.
De tener un marido, un nombre, una casa decente, a andar con la levantada, como los simones, a éste tomo, a éste dejo, va mucha diferencia para que no te pares a pensar bien lo que haces Vamos a ver.
¿De dónde había salido esta riqueza? Quizás Juanito Santa Cruz quizás Feijoo Lo más particular era que doña Lupe, por impulsos de tolerancia que habían surgido bruscamente en su espíritu, se esforzaba en suponer a aquel caudal una procedencia decente.
Horacio, que tiene el pelo colorado y ralo, como barbas de maíz, salió también la pastora, su mujer, que es una tal doña Malvina buenas personas los dos, porque lo protestante no quita lo decente.
Teníale ella por la persona más decente que había tratado en su vida.

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