Ejemplos con debiéndote

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Retiróse Fabio después de la acción sin hacer otra cosa que despojar a los enemigos que habían muerto, no profiriendo expresión ninguna de arrogancia o de ofensa acerca de su colega Minucio, pero éste, juntando sus tropas: “Camaradas- les dijo-, no cometer yerros en los grandes negocios es cosa muy superior a las humanas fuerzas, pero que el que erró aproveche la lección de sus escarmientos para lo sucesivo, es de hombre recto y que escucha la razón. Yo, si tengo que culpar en algo a la fortuna, mucho más es lo que tengo que agradecerle, porque lo que hasta ahora no había comprendido en tanto tiempo acabo de aprenderlo en una mínima parte de un día, quedando convencido de que no soy para mandar a otros, sino que necesito de un jefe, y no ponerme a querer vencer a aquellos de quienes me está mejor ser vencido. En las demás cosas será ya el dictador quien os mande, pero en la gratitud hacia él, yo he de ser todavía vuestro general, poniéndome en su presencia obediente y dispuesto a hacer cuanto me mandare”. Dicho esto, mandando tomar las águilas y que todos le siguiesen, guió al campamento de Fabio, y ya dentro de él se encaminó a la tienda del general con admiración y sorpresa de todos. Saliéndole Fabio al encuentro, depuso aquel al punto las insignias, llamándole padre en alta voz, y en la misma llamaban sus soldados patronos a los de Fabio, que es la exclamación en que prorrumpen los que reciben la libertad con aquellos que se la dan. Cuando ya hubo silencio, dijo Minucio: “Dos victorias ¡oh dictador! has alcanzado en el día de hoy, venciendo con el valor a Aníbal y con la prudencia y la generosidad a tu colega: con aquella nos has salvado y con ésta has dado una admirable lección a los que, si de parte de los enemigos sufrieron una vergonzosa derrota, de la que tú les has causado se glorían, porque han hallado en ella su salud. Te llamo padre, porque no encuentro nombre más honroso que darte, debiéndote mayor agradecimiento que al que me dio el ser, porque aquel me engendró a mí sólo y tú me has salvado con todos éstos”. Acabado este discurso, abrazó y saludó con un ósculo a Fabio, siendo cosa de ver que otro tanto ejecutaban sus soldados, porque se enlazaban y besaban unos a otros, inundando el campamento de alegría y de dulces lágrimas.

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