Ejemplos con déjense

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todo esto le pareció a Ibero de una descortesía impertinente, y llegándose a ellos en actitud decidida y calmosa, les dijo: Caballeros, déjense de ofender a esta señora con flechazos y tonterías, porque aquí estoy yo con órdenes terminantes para no permitirlo.
Déjense de preguntas, porque les juro que no me han de sacar una sílaba.
Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa, déjense burlas aparte, y traíganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento, que en tales trances como éste no se ha de burlar el hombre con el alma, y así, suplico que, en tanto que el señor cura me confiesa, vayan por el escribano.
- Por favor, mis amigos, en mi presencia, al menos déjense de esas vanas discusiones.
ustedes, señores ingleses, o déjense matar por mí».
Pero ¿sabe usted lo que está diciendo? ¡Ni un patriarca de la Biblia! ¡Ea!, déjense de bromas.
Aves sin pluma, agáchense cada una en su nido y déjense morir sin salir a la luz del día, que es vergüenza lucir las carnes desnudas en donde todos las traen cubiertas, siquiera sea con el manto bien holgado de la desvergüenza».
—¡Eh! —decían—, déjense matar sin hablar palabra.
Déjense a la posteridad noticias de nuestro siglo, de nuestros héroes y de nuestros abuelos, con poco más o menos la misma autoridad que las que nos envió la antigüedad acerca de los trabajos de Hércules y de la conquista del vellocino.
Todo esto le pareció a Ibero de una descortesía impertinente, y llegándose a ellos en actitud decidida y calmosa, les dijo: «Caballeros, déjense de ofender a esta señora con flechazos y tonterías, porque aquí estoy yo con órdenes terminantes para no permitirlo.
-¡Ea, padres! Basta de desórdenes, y por amor a este santo, que desde el cielo lee en el fondo de los corazones, déjense ustedes de quisquillas y dense un abrazo.
¡Déjense de contradanza! ¡Baile alegre! ¡Baile alegre!.
Déjense de daca el gallo toma el gallo, porque se quedarán con las plumas en la mano, y todo será como el desquite de Perentejo, que perdió un ducado y ganó un conejo, o resultar con el ajuar de la ventera, tres estacas y una estera.
-Déjense de batallas, caballeros.
- ¡Métanle serrucho y déjense de zoncerías!.
Déjense de cortesías, y acuérdenme el derecho de elegir.

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