Ejemplos con cuerdo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Yo no sé si era un loco cuerdo o un cuerdo loco.
Muy pronto se establecieron diferentes sectas: belarminianos y antibelarminianos, entre los belarminianos había disidencia: unos sostenían que Belarmino estaba loco, y otros que cuerdo, los partidarios de la cordura divergían en estimar si el lenguaje belarminiano era o no descifrable, por último, los que se inclinaban por la presunta inteligibilidad de los discursos de Belarmino, disentían en lo tocante al fondo de dichos discursos: quiénes afirmaban que, una vez vertidos al castellano, resultarían curiosos e interesantes, quiénes que, de seguro, se trataba de boberías sin interés, y que lo único curioso era la forma de expresión.
Y el buen señor, sincero y cuerdo en aquellos instantes, renegaba de la hora en que se resolvió a luchar en semejante terreno, y se acordaba del amor de su familia y de la paz de su hogar.
Pero salía del atolladero por un esfuerzo de su cabalgadura y un milagro de la Providencia, y hasta que se metía en otro más apurado no volvía a ser cuerdo ni razonable.
Creo que no es cuerdo andarse por las nubes cuando hay abajo tantas cosas que reclaman nuestra atención.
¡Ay, hija, qué malo es estar loco! Cuánto mejor es estar cuerdo, aunque uno, al recobrar el juicio, se encuentre apagado el hornillo de los afectos, toda la vida del corazón muerta, y limitado a hacer una vida de lógica, fría y algo triste.
Lo que recuerdo ahora es que yo estaba cuerdo, más cuerdo que nadie, y de repente me entró el frenesí de matar.
Yo creo que estás cuerdo, pero que no eres hombre, has perdido la condición de hombre, y no tienes vamos al decir, amor propio ni dignidad Conque ahí tienes tu lección.
Unos dicen que estás cuerdo, y otros que estás loco.
¿Es esto ser razonable? ¿Es esto ser cuerdo?.
¿Qué le diría? ¡Este sí que era problema! ¿Qué tono tomaría? ¿Era cuerdo el tal o no? Porque si había dificultades considerándole demente, tratándole como sano las dificultades eran tales que rayaban en lo imposible.
Nada, para mí está peor que antespensaba la esposa, y esto que dice podrá ser cuerdo, pero yo no entiendo palotada.
¿Pero este hombre está cuerdo o cómo está? ¿Eso que dice es razón, o los mayores disparates que en mi vida le he oído?.
Pero este hombrese decía Fortunata, ¿está cuerdo o está más loco que antes? Buena jaqueca me está dando, pero como no pase de ahí, se le puede aguantar.
Dios me la quitó y me la volvió a dar tan completa, que en este momento estoy más cuerdo que tú y que toda la familia.
Pero Maximiliano se apresuró a tranquilizarla con otro argumento: ¿Pero no observa usted lo cuerdo que estoy? Si no me he visto nunca así, ni en mis mejores tiempos Ya quisieran todos.
Vaya con las cosas que sueña uno ¡Pero no, Dios, si lo vi, si lo estoy viendo todavía, y si tengo estampadas aquí las dos figuras! Esto es para volverse loco ¡y sería lástima, ahora que estoy tan cuerdo!.
¿Quién es aquí el cuerdo y quién no lo es?.
Si estoy tan cuerdo, que me sobra cordura para darla a muchos que por cuerdos pasan.
¡Ah!, ¡cómo me río yo de estos imbéciles que creen que me engañan! ¡Engañarme a mí, que estoy ahora más cuerdo que la misma cordura! ¡Dios mío, qué talento tengo! ¡Qué manera de discurrir! ¡Estoy asombrado de mí mismo, y compadezco a mi tía, a Ballester, a todos los que hacen delante de mí esta comedia! ‘Todavía no hay nada’, fue lo que dijo Quevedo al volver a la Cava.
¡Qué hermosa es la verdad, mejor dicho, estos bordes del manto de la verdad que alcanzamos a ver en la tierra, porque el cuerpo del manto y el de la verdad misma no se ven desde estos barrios! Dios mío, me asombro de lo cuerdo que estoy.
Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena, ¿no es verdad, Sr.
Pasamonte, que no era nada bien sufrido, estando ya enterado que don Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate había cometido como el de querer darles libertad, viéndose tratar de aquella manera, hizo del ojo a los compañeros, y, apartándose aparte, comenzaron a llover tantas piedras sobre don Quijote, que no se daba manos a cubrirse con la rodela, y el pobre de Rocinante no hacía más caso de la espuela que si fuera hecho de bronce.
Díjole el cabrero lo que primero le había dicho, que era no saber de cierto su manida, pero que, si anduviese mucho por aquellos contornos, no dejaría de hallarle, o cuerdo o loco.
Ansí que, de cualquiera manera que responda, saldré del conflito y trabajo en que me dejares, gozando el bien que me trujeres, por cuerdo, o no sintiendo el mal que me aportares, por loco.
A fe, Sancho dijo don Quijote, que, a lo que parece, que no estás tú más cuerdo que yo.
Este tal graduado, al cabo de algunos años de recogimiento, se dio a entender que estaba cuerdo y en su entero juicio, y con esta imaginación escribió al arzobispo, suplicándole encarecidamente y con muy concertadas razones le mandase sacar de aquella miseria en que vivía, pues por la misericordia de Dios había ya cobrado el juicio perdido, pero que sus parientes, por gozar de la parte de su hacienda, le tenían allí, y, a pesar de la verdad, querían que fuese loco hasta la muerte.
Quiso hacerla el capellán, y, poniéndole con el loco, habló con él una hora y más, y en todo aquel tiempo jamás el loco dijo razón torcida ni disparatada, antes, habló tan atentadamente, que el capellán fue forzado a creer que el loco estaba cuerdo, y entre otras cosas que el loco le dijo fue que el retor le tenía ojeriza, por no perder los regalos que sus parientes le hacían porque dijese que aún estaba loco, y con lúcidos intervalos, y que el mayor contrario que en su desgracia tenía era su mucha hacienda, pues, por gozar della sus enemigos, ponían dolo y dudaban de la merced que Nuestro Señor le había hecho en volverle de bestia en hombre.

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