Ejemplos con crujió

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando el casco del Serpent crujió al encajarse contra la Punta del Buey a unos nueve nudos por hora, la mayoría de la tripulación lo confundió con un golpe de mar, hasta que alguien gritó que habían embarrancado.
El pestillo crujió de nuevo mientras tanto, indudable era que el vecino lo echaba o descorría, y como natural era suponerlo echado, podía muy bien sospecharse que intentaban abrirlo.
Diógenes lanzó tal sollozo, que pareció romperse su pecho, como si le estallara el corazón dentro, crujió la cama a los violentos impulsos de su cuerpo, y agitando los brazos en alto, balbuceaba con la lengua cada vez más torpe:.
Abrumó a Amparito con abrazos asfixiantes y besos y lagrimones, que la arrebataron una parte del colorete, y después de esta molesta expansión, que dejó aturdida a la niña e hizo torcer el gesto a doña Manuela, dejóse caer de golpe en una silla, que crujió tristemente bajo las gigantescas posaderas.
Subieron por ella ayudándose con pies y manos hasta ponerse en lo más alto, y se dejaron caer exánimes de fatiga sobre el rústico diván, que crujió y se hundió suavemente bajo su peso.
Al soltar la carcajada se tendió Papitos para atrás con tanta fuerza, que el respaldo de la silla crujió como si se rompiera.
Escuchaba, tratando de entender mejor lo que sólo confusamente percibía, y como al hacerlo cargase sobre el barandal de la escalera, éste crujió levemente, y la bruja alzó su horrible carátula.
El cuerpo de Susana volteó sobre el antepecho, la seda de su vestido crujió en el aire como el rápido revoleo de un ave de grandes alas, y cayó.
¡Qué acometidas aquellas! Algunas chimeneas vacilaron, y más de un alero crujió, soltando la carcoma de la vejez al choque de la furia, las puertas más firmes lanzaban gritos de agonía, las podridas ramas de las vetustas higueras saltaban hechas pedazos, en los manzanos tremolaba el muérdago desarraigado, como triste gallardete con que demanda auxilio el desmantelado buque, lloraban escombros las humildes socarreñas sobre sus regazos de ortigas, y chasqueaban y se conmovían los empingorotados tejadillos de las altivas portaladas.
La puerta crujió y gimió, pero no cedió.
Apenas tuvimos tiempo de admirar su destreza, cuando crujió el techo con tal estruendo, que toda la sala del festín tembló.
Tuvo, no obstante, un momento de miedo, miedo horrible al silencio de la casa, a los muebles, a las paredes, al sofá, que crujió bajo su peso de hembra, y sobre todo ese miedo un pavor espantoso que le acometió al fijarse en el retrato de José Andrés, que la miraba.
Allí, rabioso, forcejeando hasta desgarrarse las carnes por querer pasar su espantosa cabeza por entre el espacio de dos barrotes, tomó entre sus puños otros dos, zamarreándolos con vigor centuplicado, capaz de arrancarlos, moviendo la reja toda, que crujió en un largo quejido, como si sintiese destroncarse, sus miembros metálicos.
Y en aquellos momentos críticos, cuando desaparecía el vigor y empezaba a eclipsarse el genio, presa de mortal deliquio, un nuevo incidente vino a reanimar a aquella organización nerviosa por temperamento y tan impresionable: la puerta de la antecámara crujió con estrépito, y una mujer medio desnuda, envuelta apenas en una especie de peinador blanco, precipitóse rápida como el viento, cruzó como una exhalación el espació y fue a postrarse a los pies del conde.
El cuerpo de Susana volteó sobre el antepecho, la seda de su vestido crujió en el aire como el rápido revoleo de un ave de grandes alas, y cayó.
dio aullidos de estupor, crujió los dientes,.
Al poco tiempo crujió la techumbre, y empezó a desmoronarse también alrededor de mí.
A la madrugada despertó despavorida, creyó oír que andaban muy despacio por el saloncito que dividía sus habitaciones de las de Viodal: el suelo crujió un instante, después el ruido cesó, y a los tres segundos oyó que se cerraba la puerta de salida.
La yarará crujió de orgullo al verse así, lanzó su cuerpo a todos lados, trató en vano de recoger el cuerpo y arrollarlo en el palo.
Y la vieja, después de soltar en otra el lío de sus artículos de venta, sentóse en una silla, la cual crujió de modo amenazador bajo la imponente balumba de la anciana.
Crujió, pero sin caer al suelo.
Pronto la cama crujió bajo su cuerpo.
Una exclamación de alegría se oyó, y casi al mismo tiempo la escalera crujió bajo un paso vacilante y pesado.
Las voces se fueron perdiendo y los pasos alejándose, crujió la cerradura de la puerta y sus pesados cerrojos, y un silencio más medroso que el de la soledad, el de la muerte, invadió el calabozo y hasta el alma petrificada del joven.
Saltó uno de los remeros a la roca en que acababa de tocar la proa, crujió una maroma enroscándose en una polea, y pudo comprender Edmundo que había llegado al término del viaje y amarraban el bote.
Entonces crujió con fuerza el cajón sombrío, y brotó de su centro una figura negra, larga.
-¡Al Vivero, a escape! -gritó don Fermín dejándose caer como un plomo sobre el asiento duro que crujió.
-Qué, ¿se ha poío arreglar eso, pa jacerme el favor que les he pedío? -preguntó al matrimonio el carnicero, al par que se sentaba en una silla que crujió lastimosamente bajo su imponente balumbre.
Tan grande resultaba la violencia del esfuerzo, que la madera crujió, esparciendo un sonido de rotura a través del ambiente líquido y pegajoso.
Dióle el tirón el enlazador sentando su caballo, desprendió el lazo del asta, crujió por el aire un áspero zumbido y al mismo tiempo se vio rodar desde lo alto de una horqueta del corral, como si un golpe de hacha la hubiese dividido a cercén, una cabeza de niño cuyo tronco permaneció inmóvil sobre su caballo de palo, lanzando por cada arteria un largo chorro de sangre.

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