Ejemplos con criminal

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era buenadecía el defensor, y sin embargo fué criminal.
Afortunadamente, ignoraba que era él quien había favorecido con su ayuda a los asesinos de su hijo Y la convicción de que nunca llegaría a saberlo le hacía admitir sus palabras con una humildad silenciosa: la humildad del criminal que se oye acusar de un delito por un juez que ignora otros atentados todavía mayores.
Necesitaba ver y saber, como el criminal que vuelve instintivamente al lugar donde realizó su delito.
Y nosotros,dijo el alcalde, llorando con una voz conmovida pero resuelta, y dirigiéndose al concurso que escuchaba enternecido, nosotros allí mismo hemos jurado no permitir jamás, aun a costa de nuestras vidas, que se mate a nadie: no digo a un inocente, pero ni a un criminal, ni a un salteador, ni a un asesino.
La calle de San Florencio estaba bien iluminada, y pudo verse claramente al criminal deslizarse con rapidez asombrosa buscando en vano la sombra de las casas.
¡A él, Marcones! ¡Fuego!gritó don Roque, dándose a correr con denuedo en pos del criminal.
En una velada organizada para recoger fondos con que aliviar la miseria de las viudas y huérfanos de los bravos que sucumbieron por defender el honor que un rey criminal quiso asesinarles, Martí pronunció una oración bellísima, y el señor Leopoldo Burón recitó unos versos, también suyos, alusivos al acto.
Sánchez Morueta, hablaba a su primo con la cabeza baja, como un criminal, que, con voz sorda confiesa su crimen, y únicamente cerrando los ojos adquiere la fuerza necesaria para seguir mostrando su conciencia.
Miró en torno, buscando al criminal.
Dos periódicos que, a juicio de muchos, pertenecían a la secta de los masones, publicaron violentos artículos contra los tribunales de España, que recluyen al pobre como un criminal y le barren de las calles como una inmundicia, y se cruzan de brazos y cierran los ojos ante el poderoso que oculta sus crímenes bajo una armadura de oro, contra la cual se hace pedazos la espada de la justicia.
Cuando acabó de leer estaba pálido, y la vaga y temerosa mirada que arrojó en torno expresaba la desconfianza, el temor que hace creer a todo criminal, aun en medio de un desierto, que le miran y le acechan ojos escrutadores.
Atravesó rápidamente la calle del Arenal, entró por la de las Fuentes, y dando un gran rodeo por detrás del ministerio de la Gobernación, llegó al fin a la calle de Carretas y depositó por su propia mano en el buzón de la casa de Correos la carta misteriosa Si aquella mujer era una criminal, era, sin duda, de aquellos criminales avezados y prudentes que miran siempre en todo cómplice un camino peligroso que va a parar en presidio.
No acudir a la tertulia como hasta allí había acudido, e irse del lugar o a Filipinas o a otro país cualquiera, apenas doña Luz casada, parecíale al padre mísera flaqueza y confesión pública de su pasión criminal.
¿Ser amado de Gabriela? No lo pensaba yo, y si alguna vez llegó a ocurrírseme tal idea, la aparté de mi mente como un pensamiento criminal.
No era legal ni justo ganar ocho o nueve mil duros en un mes, jugando, ni más ni menos que los perdidos que van a los garitos, además, ese lucro resultaba criminal, ya que lo que él ganaba otros lo perdían.
Y mientras llevaban a cabo este retoque criminal, eran las exploraciones sin término, las rebuscas furiosas sobre el mármol del tocador, al través del bosque de frascos y cajas, persiguiendo objetos que aturdidamente tocaban sin reconocerlos.
—¡Miserables! ¿Qué vais a hacer? ¿Qué entendéis vosotros de , de , ni de ? ¡Si rodara un trozo de esa montaña, os aplastaría a todos, jueces, soldados, criminal y verdugos! ¡Si avanzasen un poco las olas de ese mar, os sorberían como a granos de arena! Figuráos que Dios desencadenase a cualquiera de los ejecutores de su cólera, a la tempestad, a la peste, al terremoto.
No se conformaba esto con las ideas absolutas de la joven criminal.
Es idea míaprosiguió la otra con la inspiración de un apóstol y la audacia criminal de un anarquista.
Cuando la criminal entró, el marido había mandado encender luz y estaba sentado junto a la mesa de la sala.
Fortunata siguió inquiriendo con molesta curiosidad todo lo que quería saber respecto a la intimidad de los esposos, pero el otro se escurría gallardamente, dejando a salvo, hasta donde era posible en aquel criminal coloquio, la personalidad sagrada de su mujer.
Estaba lívido, y la señora debió de sentir lástima cuando le vio entrar en su gabinete, como el criminal que entra en la sala de juicio.
Doña Lupe se olió la mano con que había estropeado impíamente el criminal flequillo.
Criminal más perverso que los asesinos y ladrones era, según él, el señorito seductor de doncella pobre, que le hacía creer que se iba a casar con ella, y después la dejaba plantada en medio del arroyo con su chiquillo o con las vísperas.
El criminal se embozó bien en la capa y apagó la luz de su cuarto para coger los restos de la víctima y sacarlos ocultamente.
Los cascos esparcidos semejaban pedazos de un cráneo, y el polvillo rojo del barro cocido que ensuciaba la colcha blanca pareciole al criminal manchas de sangre.
Jacinta no podía considerar de otro modo el hecho del abandono, aunque este significara el triunfo del amor legítimo sobre el criminal, y del matrimonio sobre el amancebamiento No podían entretenerse más en ociosas habladurías, porque pensaban irse a Cádiz aquella tarde y era preciso disponer el equipaje y comprar algunas chucherías.
—¡Es usted atroz!—contestó ágriamente la cortesana, cual si el jurisconsulto la hubiera sorprendido recorriendo con la imaginacion, por cuenta de Soledad, aquel sendero pacífico, criminal y deleitoso.
Pasó acaso una vez por delante donde él estaba un juez de comision, que iba de camino a una causa criminal, y llevaba mucha gente consigo y dos alguaciles, preguntó quién era, y como se lo dijeron, dijo:.
Yo me acuerdo haber tenido un amigo que en una comision criminal que tuvo dió una sentencia tan exorbitante, que escedia en muchos quilates a la culpa de los delincuentes: preguntéle que por qué habia dado aquella tan cruel sentencia y hecho tan manifiesta injusticia.

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