Ejemplos con creencia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los estaminodios, con sus pelos moniliformes, pueden facilitar la polinización juntando el polen y presentándoselo a las abejas, o pueden engañar a las abejas atrayéndolas con la creencia de que hay polen.
Al menos en una ocasión, orino sobre lo que parecía ser el cadáver de una momia, con la creencia que orinando sobre ella prevendría cualquier tipo de reanimacion en ella.
En los cuchicheos, en las sonrisas, hasta en los juegos más inocentes de sus compañeras, veía burlas y desprecios, y en esta creencia, las ponía a todas como ropa de pascua, se pegaba con algunas, y concluía por volver a su casa, todos los días, llorando soñados agravios hasta de sus maestras.
Aquel discurso semi-irónico que Laboulaye pone en boca de un escolar de su París americanizado para significar la preponderancia que concedieron siempre en el propósito educativo a cuanto favorezca el orgullo del sentimiento nacional, tendría toda la seriedad de la creencia más sincera en labios de cualquier americano viril de nuestros días.
Pero no veo la gloria, ni en el propósito de desnaturalizar el carácter de los pueblossu genio para imponerles la identificación con un modelo extraño al que ellos sacrifiquen la originalidad irreemplazable de su espíritu, ni en la creencia ingenua de que eso pueda obtenerse alguna vez por procedimientos artificiales e improvisados de imitación.
La admiración y la creencia son ya modos pasivos de imitación para el psicólogo.
El criterio común abunda en la creencia de enemistades parecidas.
Vinculando exclusivamente a esa alta y aristocrática idea del reposo su concepción de la dignidad de la vida, el espíritu clásico encuentra su corrección y su complemento en nuestra moderna creencia en la dignidad del trabajo útil, y entrambas atenciones del alma pueden componer, en la existencia individual, un ritmo, sobre cuyo mantenimiento necesario nunca será inoportuno insistir.
Y defendía sus convicciones con el entusiasmo místico de todos los que en la Historia intentaron imponer una creencia, con la fe de los guerreros de la Cruz y los del Profeta, con la tenacidad de los inquisidores y de los jacobinos.
Y los orgullosos germanos no tenían mas que repetir las palabras de estos pesimistas para afirmarse en la creencia de su superioridad.
Se afirmó aún más en esta creencia al escuchar los planes de Ferragut.
Una tristeza había en los ojos de Juan Jerez, que acaso ya nada haría desaparecer: la tristeza de cuando en lo interior hay algo roto, alguna creencia muerta, alguna visión ausente, algún ala caída.
Lo que, como un lirio de noche en una habitación oscura, tuvo en medio de todas estas agonías iluminada el alma de doña Andrea, y le aseguró en su creencia bondadosa en la nobleza de la especie humana, fue que, ya porque en realidad le apenase la suerte de la viuda, ya porque creyera que había de parecer mal, siendo como el don Manuel bien querido, y maestro como ella, que permitieran la salida de sus hijas del colegio por falta de paga, la directora del Instituto de la Merced, el más famoso y rico del país, hizo un día, en un hermoso coche, una visita, que fue muy sonada, a casa de doña Andrea, y allí le dijo magnánimamente, cosa que enseguida vociferó y celebró mucho la prensa, que las tres niñas recibirían en su colegio, si ella no lo mandaba de otro modo, toda su educación, como externas, sin gasto alguno.
El arte colocaba la Naturaleza sobre el ideal, los hombres pensaban más en la tierra que en el cielo: la Razón nacía, cada uno de sus avances era un paso atrás para la Fe, y llegaba el momento, por fin, en que los clarividentes, los que se inquietaban por el porvenir, pensaban ya en cuál había de ser la nueva creencia que sustituyese a la religión agonizante.
La última creencia, la postrera, que aún se mantenía erguida como un monolito en medio de ruinas, explicando el origen de la creación, se vino abajo.
El clero los educaba en esta creencia, por la comunidad de intereses entre la Iglesia y el Trono.
¡Qué casualidad! Tapón marcó con mucha habilidad dos puntos para tomar los radios con que había de trazar dos arcos que se cortasen, y se afirmó en su creencia Aquellos dos puntitos parecían, sin duda alguna, los ojos de madame Dous, redondos, pequeños, abiertos como con un punzón El parecido era exacto: tan sólo le faltaba el moñito en lo alto de la cabeza, y para que nada le faltase, pintó Tapón a la esfera un moñito en la parte superior, dibujóle luego unas narices en el punto en que debieron encontrarse los dos malogrados arcos, púsole por debajo una boca bigotuda, añadióle después dos orejas con pendientes, y en menos de un cuarto de hora encontró la cara de madame Dous, en vez de encontrar el radio de la esfera.
Toda virtud mundana será egoísmo, pero lo es más la caridad, ya que se funda en firme creencia y en esperanza clara y evidente de que será recompensada.
Cada día, cada hora que pasaba, afirmaba más a doña Luz en la creencia de que don Jaime lo merecía.
todo temor, y conserve la creencia de que la amaré siempre, y de que mi amor hacia V.
: pero si el contento que me causa el creerme amada y el temor de perder esta creencia son síntomas de amor, me parece que le amo.
Sus palabras infunden la creencia en el entendimiento más inclinado a dudar.
Y por último, para el provecho que a los demás hombres puedan traer estos bienes y regalos de los espíritus contemplativos, quiero añadir una consideración de gran peso, a saber, que en ninguna creencia, en ninguna doctrina, se ensalza tanto como en la nuestra la dignidad humana, el ser del hombre, prescindiendo de su valer accidental.
La miseria del hogar, la abundancia de hijos, y sobre todo la cándida creencia de que en Valencia estaba la fortuna, justificaban en parte el cruel abandono de los hijos.
Y yo me afirmé más y más en la creencia de que su alma de V.
En su espíritu soñador existía la vaga creencia de que aquellos seguimientos entrañaban una comunicación misteriosa, quizás magnética.
Fundábase esta antipatía en la creencia de que Villalonga era el corruptor de su marido y el que le arrastraba a la infidelidad.
La lengua que sacaba, por tener la creencia de que todo negrito, para ser tal negrito, debe estirar la lengua todo lo más posible, parecía una hoja de rosa.
Rey permaneció sentado, sereno, valiente, con el valor pasivo de una creencia profunda y de una resolución inquebrantable.
Pero engañóse mucho en su creencia, porque, apenas comenzó a amanecer, cuando llegaron a la venta cuatro hombres de a caballo, muy bien puestos y aderezados, con sus escopetas sobre los arzones.

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