Ejemplos con creía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al ,- el canario creía que estaba muerto.
¿Por qué se creía que eran hermosas todavía?.
Pues yo le creía un medio personajereplicó don Simón, disimulando el mal efecto que le causaron las últimas palabras del ministro, que añadió:.
Don Simón, que le creía como artículo de fe, no cesaba de regodearse con la idea de que un hombre de tanto valer le conociera, le admirara y le juzgase capaz de hablar allí como el más guapo.
¡Qué valdrían cuando don Simón se creía capaz de terciar en un debate con el más guapo de todos ellos!.
Pero como yo creía que al discutirse una cosa, para algo serviría esa discusión.
No contenía el acta una mala protesta, ni él creía lo que se contaba de su elección sobre atropellos cometidos por sus auxiliares, pero tales cosas podrían decirse en el Congreso, de tal modo podrían presentarse los hechos, que al fin vacilaran los ánimos y se pusiera todo el mundo de parte del vencido, lo cual equivalía a echarle a él de allí y obligarle a volverse a su cosa, como un Juan particular, sin haber llegado a ser.
La empresa, a la verdad, era superior a las fuerzas de don Simón, pero él no lo creía así, y esto le consolaba un poco.
Y a pesar de estas y otras deferencias que, dicho sea de paso, él creía merecer, don Simón se echaba a la calle, de intento a pie, y nadie le saludaba ni le miraba con curiosidad.
Y lo creía tanto, que, días después de elegido, se indignaba, con la mejor buena fe, al hablar de las ejercidas contra él por el pobre candidato de oposición durante las elecciones.
Entregóselo todo a don Simón, que, a regañadientes, tuvo que escribir lo que sigue, dictado muy recio por don Celso, no tanto para que lo oyera bien Cuarterola, cuanto para llenar una exigencia del candidato, que de este modo creía echar menor responsabilidad sobre su conciencia:.
Por lo demás, que en el fondo de su conciencia se creía agudo, elocuente, sutil y travieso, ya lo sabemos.
No se acentuaba en él una ambición determinada, quizás porque se creía capaz de todo, en teniendo alas con que volar.
En las epístolas de San Pablo vemos, sin posible interpretación en contrario, que el apóstol se creía inmortal, que cuantos profesasen en la fe de Cristo se harían inmortales, y que el Salvador volvería a establecer el reinado de la felicidad sobre la tierra para sus fieles, lo que él llamaba la , y como lo predicaba el apóstol así lo creían los secuaces.
Y con la terrible majestad del padre latino, señor absoluto de sus hijos, más propenso a infundir miedo que a inspirar afecto, empezó a andar seguido por la trémula Roseta, la cual, al acercarse a su barraca, creía marchar hacia una paliza segura.
En ciertas ocasiones, al volver bruscamente la cabeza, creía haberle sorprendido con los ojos fijos en ella.
Batiste, trémulo por la ira, balbuceó, no sabiendo cómo empezar su defensa, por lo mismo que la creía justísima.
Aquel hombre que estaba junto a él, tal vez por ser nuevo en la huerta, creía que el reparto del agua era cosa de broma y que podía hacer su santísima voluntad.
Luego volvía los ojos hacia su enemigo , que se contoneaba altivamente, como hombre acostumbrado a comparecer ante el tribunal y que se creía poseedor de una pequeña parte de su indiscutible autoridad.

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