Ejemplos con consérvate

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pequen otros todo lo que quieran emborrachándose y dando bromas, y consérvate tú en tu celestial pureza, dedicado a las ciencias de Dios.
Consérvate sereno, y no tomes resoluciones precipitadas.
Consérvate sereno en medio del tumulto, y si tocan a formar y hay lucha con los guardias y demás cohortes del absolutismo, despliega, querido hijo, todo el valor de tu pecho, todo el brío de tu raza, y sé cual indomable león, que no conoce riesgo y hace estremecer al cobarde lobo sólo con el rugido de su cólera.
»El pajarito que me cuenta tus pasos me dice que renegaste de toda diversión en los malditos carnavales, huyendo del barullo de las llamadas máscaras, y prefiriendo el goce de tus libros a ese torbellino indecente de bailes y comilonas. Pequen otros todo lo que quieran emborrachándose y dando bromas, y consérvate tú en tu celestial pureza, dedicado a las ciencias de Dios. Sé también que si algún tiempo has robado a los estudios, ha sido para consagrarlo a devotos ejercicios en la iglesia... Lo sé, y no venga tu modestia diciéndome que no... No se me cocerá el pan hasta que me digas que has visto a tu hermana y me cuentes lo que habéis hablado, que ello ha de ser muy sustancioso y tocante a las cosas de tejas arriba. Porque por estas bajezas, hijo mío, todo es vanidad, mentira, y afanes inútiles que no conducen más que a la perdición. Me imagino que tratará de encaminarte por los senderos que pisabas cuando eras niño. Vuelve, vuelve, Pepe querido, a esos divinos campos. Haz caso de tu hermana que ya está en salvo, y quiere verte salvado con ella... Me figuro también que por Catalina trabarás conocimiento con esa bendita monja, su compañera, de quien la fama refiere tales maravillas que hasta se susurra ya que hace alguno que otro milagro. Los hará muy sonados cuando menos se piense. Dará gusto oíros a los dos platicando de cosas divinas, pues la santidad y la ciencia frente a frente ya tendrán qué decirse. ¡Lástima que no pudieran escribirse por máquina o cosa tal vuestros coloquios, que ello habría de ser de gran enseñanza y edificación!
Consérvate digna, recatada, siempre señora inexpugnable, que al fin y al cabo tú marido, por la fuerza de sus vicios, reventará, y entonces podrás volverte a casar eligiendo con todo cuidado otro marido que te considere más y te atienda mejor que el primero.

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