Ejemplos con conociera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este concertó un armisticio local con Belgrano hasta que se conociera la decisión adoptada por Velasco respecto a la propuesta de armisticio general.
¡Pero si no la conozco, hombres de Dios, ni aunque la conociera valdría el trabajo de detenernos!observaba don Simón, con repugnancia.
Don Simón, que le creía como artículo de fe, no cesaba de regodearse con la idea de que un hombre de tanto valer le conociera, le admirara y le juzgase capaz de hablar allí como el más guapo.
Y eso que la imagen de su esposa, más rubia que un canario y más colorada que una rosa de Alejandría, miraba al cielo con una expresión mística que jamás él la conociera.
Lucía había ido a verla, a buscarla en su coche para que paseasen juntas, a que fuese a su casa a que la conociera Ana, y Ana la quiso retratar, pero Lucía no quiso porque ahora Ana estaba fatigada, y la retrataría cuando estuviese más fuerte , lo que, puesto que Lucía lo decía, no pareció mal a Sol.
Era raro hablarle de un libro recientemente publicado que él no lo conociera y sobre el cual pudiera expresar su propio juicio, así como conocía a todos los hombres que habían desempeñado un papel prominente en la vida de las naciones latinoamericanas.
El médico temía encontrarse con algún Padre que le conociera por haber estado en Bilbao.
Toma a los judíos sus cánticos y el modo de cantarlos: una música primitiva y bárbara, que si se conociera ahora, nos taladraría los oídos.
¡Ay, sí, sí, padre, es verdad! ¡Si usted supiera lo que pasa en mi casa! ¡Si usted conociera la situación en que me encuentro!.
Si no te conociera tanto, te daría la mano, pero no: una y no más, Santo Tomás , me acuerdo mucho de la atención con que seguiste mis consejos.
En la desgracia se aprende Muchas veces me callo por no escandalizar, pero por dentro siento algo que me está rallando así, así muele que te muele ¡Pues tengo yo un olfato! Cuando estás faltoncito, si no lo conociera por otras cosas, lo conocería por el perfume que traes algunas veces en la ropa Otro dato: Una noche traías en el pañuelo de seda del cuello, ¿qué crees?, pues un cabello negro, grande.
Quería decir con un estigma en la frente, pero ni conocía la palabra ni aunque la conociera la habría podido decir correctamente.
Ropero hubo que por la mañana les compró sus vestidos, y a la noche los habia mudado de manera, que no los conociera la propia madre que los habia parido.
—Par Dios, señor Andres, dijo uno de los jitanos, que aunque la mula tuviera mas señales que las que han de preceder al dia tremendo, aquí la transformarémos de manera que no la conociera la madre que la parió, ni el dueño que la ha criado.
—Si él fuera caballero y del lugar que dicen, yo le conociera, mas dese nombre Mario no hay ninguno en Trápana, pero haz, señora, que yo le vea y hable, que te diré quién es y lo que dél se puede esperar.
—Pecado grande, dijo otro jitano: ¿á una inocente se ha de quitar la vida? no diga tal el buen Andres, sino haga una cosa: mírela bien agora, de manera que se le queden estampadas todas sus señales en la memoria, y déjenmela llevar a mí, y si de aquí a dos horas la conociera, que me lardeen como a negro fugitivo.
Aunque la conociera respondió Lotario, no encubriera yo nada, porque cuando algún amante loa a su dama de hermosa y la nota de cruel, ningún oprobrio hace a su buen crédito.
La segunda vino en un carro de bueyes, metido y encerrado en una jaula, adonde él se daba a entender que estaba encantado, y venía tal el triste, que no le conociera la madre que le parió: flaco, amarillo, los ojos hundidos en los últimos camaranchones del celebro, que, para haberle de volver algún tanto en sí, gasté más de seiscientos huevos, como lo sabe Dios y todo el mundo, y mis gallinas, que no me dejaran mentir.
Todo esto miraban de entre unas breñas Cardenio y el cura, y no sabían qué hacerse para juntarse con ellos, pero el cura, que era gran tracista, imaginó luego lo que harían para conseguir lo que deseaban, y fue que con unas tijeras que traía en un estuche quitó con mucha presteza la barba a Cardenio, y vistióle un capotillo pardo que él traía y diole un herreruelo negro, y él se quedó en calzas y en jubón, y quedó tan otro de lo que antes parecía Cardenio, que él mesmo no se conociera, aunque a un espejo se mirara.
En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía, que, si como tardó tres días, tardara tres semanas, el Caballero de la Triste Figura quedara tan desfigurado que no le conociera la madre que lo parió.
Y fue rara providencia del sabio que es de mi parte hacer que parezca bacía a todos lo que real y verdaderamente es yelmo de Mambrino, a causa que, siendo él de tanta estima, todo el mundo me perseguirá por quitármele, pero, como ven que no es más de un bacín de barbero, no se curan de procuralle, como se mostró bien en el que quiso rompelle y le dejó en el suelo sin llevarle, que a fe que si le conociera, que nunca él le dejara.

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