Ejemplos con conocías

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando, perdida la juventud del alma y la frescura del cuerpo, te mirabas y no te conocías, me mirabas y llegabas a conocerme, y a temblar, y a arrepentirte,.
Temía esta escena, pero no quiero esquivarla Cuando llegaste a Madrid, y al subir de la estación del ferrocarril entraste en Santa María, permaneciendo allí largo rato, sin la menor prisa de conocer a tus padres, porque conste que no les conocías, adiviné yo cuál sería tu fanatismo, pero no imaginé que sobreviniera esta lucha.
¿No me dijiste el otro día que conocías un médico de la casa de socorro? Como papá no puede ir por su pie, y el encajonarle en un simón sería incómodo porque no podría llevar las piernas extendidas si lograses que nos dejaran una camilla.
¿Conocías en Zaragoza a un liberal que se llama Bernabé del Arco?.
Pero antes de eso, ¿tenías tú noticias de su existencia? ¿Conocías su carácter y antecedentes?.
Entendí que conocías el dicho que corre aquí como evangelio.
Pues vean ustedes ahora: la Prensa, o la mayor parte de ella, que no reconoce en el pueblo ilustración bastante para constituirse por sí mismo, y el Gobierno, que manifiesta que sólo la monarquía constitucional es la que sólo puede aceptar España, dicen a ese mismo pueblo, cuando le hablan desde los periódicos y desde los balcones: «Has derribado lo que te oprimía, conocías que esa opresión te desagradaba, y te has hecho libre, eres soberano y no te vengas, mereces las libertades que has conquistado, y puedes, en uso de tu soberanía, establecer tú mismo el sistema por que has de ser regido en adelante».
-¿No me conocías aún? Vamos.
¡Y no bajaste los ojos, pues no conocías la falsa modestia, ni el falso pudor, ni ninguna de las cosas que de ordinario aprenden las hijas de los hombres para cautivar los corazones, sino que lo mirabas todo con tus hermosos ojos negros de gacela temblorosa, vacilante y encantadora!.
Y Aladino, extremadamente sorprendido, le preguntó: ¿A qué obedecen tus lágrimas, señor? ¿Y de qué conocías a mi difunto padre?.
¿Conocías en Zaragoza a un liberal que se llama Bernabé del Arco?.
Pues vos le dijisteis que la conocías.

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