Ejemplos con condiscípulos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al morir sus padres, siendo él de muy escasa edad, fue recogido por unos tíos que le dieron una esmerada educación en el colegio de Antonio Recalde, quien le inclinó seguramente hacia las letras, allí tuvo por condiscípulos a los luego también ilustres Andrés Borrego, que sería después su amigo del alma hasta el fin de sus días, y Antonio de Miguel.
Eso lo hizo ganarse la desconfianza de sus condiscípulos, especialmente de Simón Pedro y Simón el Zelote.
Jugando fútbol y practicando el box con algunos de sus condiscípulos, López Mateos concluyó sueducación primaria obteniendo buenas calificaciones.
Un grupo de alumnos de ahora, de la misma escuela, asisten a una proyección de la película protagonizada por sus viejos condiscípulos.
Allí, Benigno Ferreira entabló relación con otros jóvenes condiscípulos paraguayos y argentinos.
Entre sus condiscípulos estaba José María Velasco.
Aprendió a tocar muy bien la guitarra, instrumento en el que tuvo por profesor y amigo a Andrés Segovia, y se aficionó al teatro y al cine, actividad esta última que le ganó el mote de Pamplinas entre sus sus amigos y condiscípulos de entonces, a saber, Francisco Almela y Vives, el poeta Juan Gil-Albert, Alfredo y Julio Just Gimeno y el músico Eduardo López-Chavarri, Federico Martínez Miñana, Adolf Pizcueta, Eduardo Ranch, Rafael Supervía, Guillermina Medrano y el geólogo Vicent Sos Baynat.
Sus condiscípulos de la isla, al volver durante el verano, regocijaban a los contertulios de los cafés del Borne con el relato de las aventuras de Febrer en Barcelona.
No creáissolía decir a los condiscípulos.
Pero no importa: en la capital se puede vivir bien a la sombra de una parroquia, y además hay el campo, donde cada semana se funda un pueblo y hace falta un cura También tengo condiscípulos en Chile y otras naciones del Pacífico.
Fui, con varios condiscípulos, expresamente a conocerle.
Plá, sus condiscípulos dichosos en las aulas felices, rasgos asombrosos de inteligencia y de carácter.
Cuando el joven se presentó a Ferpierre, éste vio en la palidez de su rostro, en la angustia de su mirada, en la turbación de su actitud, la confirmación evidente de que Vérod debía haber estado vinculado con la difunta por un sentimiento a la par muy fuerte y muy delicado, y en el instante, reconoció en él, sin la menor vacilación, al estudiante del curso de letras, por más largo que fuera ya el tiempo transcurrido desde la época en que ambos eran condiscípulos.
Observemos además, que si derrota a Ángelo Nardi cuando el certamen de , conserva amistad con él y su antiguo rival le favorece declarando en las informaciones del hábito de Santiago: hace que sean llamados a Madrid sus condiscípulos Alonso Cano y Zurbarán, va a Zaragoza con la Corte, y por su mediación es nombrado Jusepe Martínez, pintor de Cámara.
Pero el más pequeño, Pascualet, un chiquillo regordete y panzudo, que sólo tenía cinco años, y a quien adoraba la madre por su dulzura y su mansedumbre, prometiéndose hacerlo capellán, lloraba apenas veía a sus hermanos enzarzados en terrible pelea con los otros condiscípulos.
Aun conservaban en sus guardas la caricatura del maestro, don Román López, , como le llamábamos porque nunca hablaba del orador de Túsculo sin aplicarle rimbombante epíteto, y legibles todavía, notas, significados de inusitadas voces, sólo usadas de tal o cual poeta, listas de condiscípulos condenados a ser detenidos dos o tres horas, por no haber acertado con no sé qué dificultades horacianas.
Pero Ricardo repetía que era yo persona honradísima, incapaz de faltar a la confianza que depositaran en mí, éramos condiscípulos, amigos, y él me defendería contra viento y marea.
En uno de los libros, al abrirle al acaso, tropezaron mis ojos con un nombre de mujer: ¡MATILDE! Así, entre dos admiraciones, como un grito de alegría, como la expresión de la más dulce esperanza, como la confesión de un afecto sofocado en el pecho, que un día se nos escapa irresistible y delata ante la malicia estudiantil, ante la cruel y dura indiscreción de los condiscípulos, que una mujer de ese nombre tiene en nuestro corazón un altar, donde recibe culto y homenajes, donde sólo ella reina, señora de todo afecto puro, dueño de todos los pensamientos, soberana de nuestro albedrío.
¿A dónde iba por las noches? ¿Quiénes eran sus amigos? Respondía él que los de siempre, lo cual no era verdad, pues salvo Villalonga, que salía con él muy puesto también de capita corta y pavero, los antiguos condiscípulos no aportaban ya por la casa.
¿Eres tú el mismo estudiante de la clase de Filosofía en el Colegio de San Carlos, u otro en tu figura? ¿Qué ha sido de aquel buen humor y de aquella alegría pegadiza con que te ganabas el afecto de todos tus condiscípulos? Déjate de necedades y niñeces.
Después de dos años de ausencia, aquélla era la primera vez que se veían, no habiendo tenido Leonardo ocasión ni humor de ir a saludarlo, quizás porque, si bien antiguos condiscípulos, no había dejado él de ser miembro de una familia la más orgullosa de La Habana, de la primera grandeza de España.
Y los muchachos, sus condiscípulos a quienes más quería, y las mismas personas viejas, gritaban:.
Entre aquellos angelitos no se sabe lo que es broma, y prueba de ello, que si tremendos fueron los zurriagazos que el vigilante sacudió en las nalgas de sus insubordinados condiscípulos, no fueron más flojas las ''guantadas'' que éstos le atizaron en las mismísimas narices.
, y aún hubiera hecho más: recordando que me rodeaban los Serranos, los Topetes, los Izquierdos y todos mis generales beneméritos y no pocos paisanos, ''condiscípulos'' míos en mi carrera política, hubiera dicho muy recio:.
A los pocos meses fue expulsado, no sin haber dejado señales indelebles de su barbarie hasta en la cara del director, ni sin sacarlas él de las pulgas de maestros y condiscípulos, en muchos parajes de su cuerpo.
Esto, en general, pero cuando son sus convecinos, sus antiguos condiscípulos, tal vez sus amigos, los que escriben, los que peroran, los que pintan, ¡de Dios les venga el remedio a estos desdichados!.
Tenía una fragata, a toda vela, pintada en el forro interior de su cúpula, que me enamoraba, y parecía estampada allí para enseñársela a unos cuantos de mis condiscípulos que se daban humos de pintores, porque sabían iluminar barcos con el amarillento jugo que sueltan en primavera los capullos de los chopos de la Alameda Segunda.
¡Ay!, no me engañaban mis conjeturas ni mis condiscípulos, ni la fama mentía.
Desde su juventud les separaba una rivalidad de condiscípulos.
Zurita alababa la memoria de su padre, que tenía un altar en su corazón, y prestaba dinero a interés a sus condiscípulos.

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