Ejemplos con comprando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una vez encontrada, podrás comprar más consolas Pokémon Mini en la Teletienda Squirtle, aunque según se vayan comprando se irán sustituyendo por la Pokémon Mini anterior.
Se efectuó, entonces, la negociación del terreno, comprando parte del Hato Corozal.
Por casualidad, a la buena fortuna de Sh o K ng en su matrimonio y su subvención de tierra, un antiguo ministro de la familia Xia real, Mi, había ocultado lejos una suma enorme de fortuna y había estado comprando armas y construyendo un ejército a la preparación secreta para la venganza sobre Han Zhuo.
Se descubrió que muchos hombres acaban comprando pañales por encargo de sus esposas.
Posteriormente se dedicó a la cría de reses bravas comprando una ganadería que pasó a llamarse Hermanos Vázquez Silva.
Dijo que en América se podrían hacer los productos que se estaban comprando en el extranjero.
Los españoles le capturaron eventualmente y le enviaron a España, pero escapó y continuó su carrera delictiva, comprando un nuevo barco a su colega pirata François l'Ollonais y navegando más tade en compañiía de Henry Morgan entre otros.
Otras fuentes afirman que la causa dle altercado fue que Griffin fue sorprendido por su hermanastro Redmond comprando drogas y que Ryan, descubriendo esto, entró en cólera y agredió a su hijo.
Aunque la compañía alguna vez hizo Cookies 'n Cream de las galletitas Oreo de Nabisco, comprando paquetes al por menor comunmente, ahora hacen sus propias galletitas.
Cuando los espera, conoce a un hombre llamado Wally Kogen, un agente de viajes quien había ido al negocio sólo para hablar por teléfono, y había terminado comprando todo un paquete de cosas para el auto.
Empecé comprando, porque me gustaba, de acuerdo con lo que podía adquirir, objetos chiquitos de cerámica.
Una escena borrada muestra a Homer comprando elementos anti-estrés, pero, al usarlos, se estresa aún más.
George Marquet dueño de los hoteles Palace, intentó establecerse en la ciudad comprando el Ritz.
Como los niños tenían la opción de conocer sus futuros trabajos, Lisa pasa el día junto a Marge comprando y Bart va a una redada con unos policías.
El día siguiente, Marge está comprando en una tienda del centro comercial junto a Homer, quien está cansado y, al no poder encontrar un lugar donde sentarse, yace en un colchón que estaba en la tienda y se duerme.
Además de los añosos árboles autóctonos como la Tipa y el Palo Borracho, puede encontrarse también gran variedad de plantas japonesas, entre ellas el Sakura, el Acer Palmatuny las azaleas así como una gran cantidad de carpas de variados colores, las cuales pueden ser alimentadas comprando alimento balanceado en el mismo centro.
La gente comprando una canción y el dinero yendo a salvar la gente de África.
Al principio, no les interesa, pero cuando Homer ve a Flanders comprando los boletos, rápidamente se mueve junto con sus hijos y su esposa y abordan al avión diciéndole a los Flanders: ¡Sayonara idiotas!.
Mientras tanto, Homer, comprando en el mini-super de Apu, descubre que el hindú, estando invalidado, tenía un mono entrenado que servía como ayuda.
Todo comienza cuando Homer va a un lugar llamado Circuit Circus para comprar baterías para una cámara de fotos, pero termina comprando un TiVo, ya que las baterías eran gratis con la compra de un TiVo.
A medida que fueron transcurriendo los siglos y la Villa vecina de Talamanca fue perdiendo poderío, las aldeas que bajo su pertenencia se hallaban fueron escapando de su jurisdicción y comprando el estatus de Villa.
Luego, al juntar algún dinero, completaba sus arreos paladinescos comprando un pistolete con adornos de plata a los herreros del país, que tenían su forja en el bosque.
¿Qué valían éstos para aspirar él, como principal suscriptor, a la ofrecida recompensa? ¡Habría tantos banqueros que le aventajarían por triplicado! Podía ir comprando papel a medida que le fueran remitiendo fondos, pero ¿y si se cubría el empréstito el primer día? ¡Adiós título nobiliario entonces! No le quedaba otro remedio que a todo trance, y lo más sencillo le pareció girar a cargo de su casa las cantidades, y a las fechas marcadas por su apoderado, y negociar las letras en la Bolsa.
Pero el maestro había muerto, y Desnoyers aprovechó la buena ocasión que le ofrecían los herederos, comprando en bloque muebles y cuadros.
Era todo el caudal de que disponía durante la semana para sus vicios, salvo el fumar, que ella subvencionaba, comprando los cigarros por sí misma.
Caminaba perezosamente por las calles de la ciudad en los fríos crepúsculos de invierno, comprando los encargos de su madre, deteniéndose embobada ante los escaparates que empezaban a iluminarse, y al fin, pasando el puente, se metía en los obscuros callejones de los arrabales para salir al camino de Alboraya.
Era, por añadidura, la época en que la clase media entraba de lleno en el ejercicio de sus funciones, apandando todos los empleos creados por el nuevo sistema político y administrativo, comprando a plazos todas las fincas que habían sido de la Iglesia, constituyéndose en propietaria del suelo y en usufructuaria del presupuesto, absorbiendo en fin los despojos del absolutismo y del clero, y fundando el imperio de la levita.
En tanto que esto sucedió en la posada, andaba el asturiano comprando el asno donde los vendian: y aunque halló muchos, ninguno le satisfizo, puesto que un jitano anduvo muy solícito por encajalle uno que mas caminaba por el azogue que le habia echado en los oidos, que por lijereza suya, pero lo que contentaba con el paso, desagradaba con el cuerpo, que era muy pequeño, y no del grandor y talle que Lope queria, que le buscaba suficiente para llevarle a él por añadidura, ora fuesen vacíos o llenos los cántaros.
Y habiéndosela ya dado secretamente, veis aquí do vuelve el estudiante trasudando y turbado de muerte, y viendo a Cortado le dijo si acaso habia visto una bolsa de tales y tales señas, que con quince escudos de oro en oro, y con tres reales de a dos, y tantos maravedís en cuartos y en ochavos le faltaba, y que le dijese si la habia tomado en el entre tanto que con él habia andado comprando.
Cuenta la historia que cuando don Quijote daba voces a Sancho que le trujese el yelmo, estaba él comprando unos requesones que los pastores le vendían, y, acosado de la mucha priesa de su amo, no supo qué hacer dellos, ni en qué traerlos, y, por no perderlos, que ya los tenía pagados, acordó de echarlos en la celada de su señor, y con este buen recado volvió a ver lo que le quería, el cual, en llegando, le dijo:.

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