Ejemplos con compaña

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Posteriormente en el ejército de Andrés de Santa Cruz hizo la compaña del Perú y tomó parte en las batallas de Yanacocha y Uchumayo de donde salió herido.
Estos pueden ser comparados con otras tropas fantasmales, como la Santa Compaña en Galicia, una procesión de muertos que toma a todos aquellos que se encuentren en su camino, y la chasse-galerie, o canoa embrujada, de Québec.
En las Hurdes, como su nombre indica, se trata de una procesión de almas en pena similar a la Santa Compaña y otras visiones equivalentes del folclore peninsular.
En San Lorenzo de El Escorial, bordeando la Lonja del Monasterio, se sitúan la Primera y la Segunda Casa de Oficios y la Casa de la Compaña, destinadas a albergar a los distintos trabajadores y personal de servicio del Real Monasterio.
E partió el rey don Enrique de Orgaz, e luego sopo cómo el rey don Pedro pasara por el campo de Calatrava, e que era cerca de un logar e castillo de la orden de Santiago que dicen Montiel, e que la compaña que con él viniera era ésta: Ferrando de Castro, e los concejos de Sevilla, e de.
Mientras tanto Clara y Tristán caminaban en amor y compaña la vuelta del Sotillo a campo traviesa.
¡Don Isidro! ¡Buenas tardes, don Isidro y la compaña!.
No había más resplandor que el de la lumbre de la bitácora, y al encenderla, el paje de guardia decía, según costumbre: Amén y Dios nos dé buenas noches, buen viaje, buen pasaje haga la nao, señor capitán y maestre y buena compaña.
Tabla, tabla, señor capitán, piloto, maestre y buena compaña.
Agua usada para el señor capitán y maestre y buena compaña.
Está el cuitado como adolecido desde que tuvo el primer anuncio, que fueron las luces de la Santa Compaña.
Media hora después estaban sentados a la mesa en amor y compaña, pero en aquel instante se vio Fortunata acometida bruscamente de unos pensamientos tan extraños, que no sabía lo que le pasaba.
Cuando le sirvieron el vino, el rústico artista dijo cortésmente: ¡A la salud del señor abade y la compaña! y, después de echárselo al coleto, aún murmuró con mucha política, pasándose el revés de la mano por la boca: De hoy en veinte años, señor abade.
Hallábanse, pues, solos y gustosísimos los pájaros, las bestiecillas montaraces y los reptiles é insectos que lo habitan, todos ellos doblemente regocijados y juguetones a la sazon, con motivo de haberse dignado subir a aquellas alturas, a pasar unos dias en su compaña, la hermosa y galante Primavera.
Puesto que hay tan buena compaña.
Aseguran fieles testigos que se le veía en amor y compaña con los militares, partiendo un piñón con este o el otro sargento en la taberna, y hasta se dijo que le iban a dar un buen destino en el Ayuntamiento de la capital de la provincia.
Todo lo que beba miloro y la compaña lo pago yo, que aquí está un caballero pa otro caballero.
Creí oír la voz de Pujitos obligado nuevamente por sus a tomar la palabra, pero no, era Santurrias, que teniendo en la izquierda la bota y en la derecha mano un leño encendido, pronunciaba sentidas frases en loor del pueblo y del Rey, ambos en buen amor y compaña, para bien del , y añadía que el Príncipe de la Paz estaba bien castigado, puesto que eran ya cenizas todos los muebles que robó al y que de es decir, en lo sucesivo, no habría más pillos y.
Ahora bien, hija, tú me vas a hacer un favor: te quedas aquí en la compaña de Cecilia, intertanto doy un saltico a la Merced y vuelvo en un santiamén.
No quiero compaña en el corazón del hombre que yo ame.
Y, sacando, en esto, lo que dijo que traía, comieron los dos en buena paz y compaña.
Tendieron la arpillera del primo sobre la verde yerba, acudieron a la despensa de sus alforjas, y, sentados todos tres en buen amor y compaña, merendaron y cenaron, todo junto.
Lo que el maestresala puede hacer es traerme estas que llaman ollas podridas, que mientras más podridas son, mejor huelen, y en ellas puede embaular y encerrar todo lo que él quisiere, como sea de comer, que yo se lo agradeceré y se lo pagaré algún día, y no se burle nadie conmigo, porque o somos o no somos: vivamos todos y comamos en buena paz compaña, pues, cuando Dios amanece, para todos amanece.
Rióse el lacayo, desenvainó su calabaza, desalforjó sus rajas, y, sacando un panecillo, él y Sancho se sentaron sobre la yerba verde, y en buena paz compaña despabilaron y dieron fondo con todo el repuesto de las alforjas, con tan buenos alientos, que lamieron el pliego de las cartas, sólo porque olía a queso.
Conque se dispusieron convenientemente dos o tres veladores lo más lejos que se pudo de los reverberos del billar que apestaban a petróleo, se pidió perdón a Nieves porque no olieran a cosa mejor, y se sentaron todos «en dulce amor y compaña», devorando a Nieves con los ojos los dos abogadillos, no sabiendo Leto Pérez dónde fijar los suyos con entera seguridad de no ser aludido por nadie, para evitarse la angustia de hablar delante de tan señalados huéspedes, y muy arrepentido el fiscal de haber puesto motes a aquel señor que, aunque tuerto, le parecía una excelente persona y era padre de la chica más guapa que había visto él de cerca en todos los días de su vida.
Todos ya «en buen amor y compaña» descansan, se calientan, hablan, comen, se acaba el día, duermen, amanece el siguiente, claro, sereno y radiante de sol, y se vuelven los ocho a Provedaño por encima de la nieve congelada, como si nada hubiera sucedido.
Bonis se había encerrado en su alcoba, ya que su mujer rechazaba enérgicamente las expansiones del futuro padre, que hubiera deseado vivamente saborear en santo amor y compaña de su esposa las delicias de la inesperada y bien venida noticia que acababa de darles D.
Una noche de invierno estaban sentados marido y mujer a la lumbre de su tranquilo hogar en amor y compaña, y en lugar de dar gracias a Dios por el bien y la paz de que disfrutaban, estaban enumerando los bienes de mayor cuantía que lograban otros, y deseando gozarlos también.
Medró todo esto en amor y compaña maravillosamente, de manera que andando el tiempo salieron de casa del remendón dos gallardos jinetes, montados sobre dos soberbios corceles, seguidos de dos valientes sabuesos, con dos erguidas lanzas y dos brillantes escudos.
Y tampoco se podrá dejar la casa sin compaña ninguna.

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