Ejemplos con comeré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Moral individual: son las normas autoimpuestas, del tipo no comeré nunca en un McDonald's.
Moral individual: Son las normas autoimpuestas, del tipo no comeré nunca en un McDonald's.
Como ya es común en el mundo hispanohablante, el futuro es reemplazado por la construcción perifrásica ir a + verbo: Voy a comer por comeré.
-Soy de la misma opinión, clérigo insigne, y comeré lo que nos traigan, aunque sean los hígados de Chaperón, conservados en vinagre.
Sí, sí, yo comeré aquídijo la esposa prontamente.
Eso no, porque comeré y diré hasta el juicio final, repuso el comisario.
Harásme mucho placer, amigo dijo don Quijote, que me tiene suspenso lo que me has dicho, y no comeré bocado que bien me sepa hasta ser informado de todo.
Si son requesones, démelos vuesa merced, que yo me los comeré.
Vamos, señor dijo Sancho, que las barbas y lágrimas destas señoras las tengo clavadas en el corazón, y no comeré bocado que bien me sepa hasta verlas en su primera lisura.
¿Y qué comeré? Tendré hambre.
y sepa ustcd, desde ahora, que me comeré el corazon del temerario que la pretenda.
Serán por lo menos mil platos que comeré con los camaradas.
-Señorita Gloria- repuso Caifás enjugando una lágrima con la manga de la camisa-, señorita Gloria, desde el primero de mes ya no comeré amargo pan de la parroquia.
-Me lo comeré asado cuando se me acabe el pan que me dió mi madre.
¡Y de esta manera transcurre tranquila mi vida, y si quedo pobre, me comeré sólo el pan negro de la miseria!.
Otro día comeré con ustedes.
¡Ay de mí! Al oír estas palabras, exclamó el beduino: ¡Por el honor de los árabes! ¡no me separé de mi tribu y no volví a Bagdad más que para satisfacer mi deseo de buñuelos! ¡Si quieres, mi buena tía, yo me comeré por ti los de las bandejas! Ella contestó: ¡No te dejarán, a no ser que estés atado en mi lugar a este poste! ¡Y como precisamente he llevado velado siempre el rostro, no me ha visto nadie ni sabrán adivinar el cambio! ¡No tienes más que trocar tus trajes por los míos después de desatarme! El beduino, que no deseaba otra cosa, se apresuró a desatarla, y luego de cambiar de traje con ella, hizo que le atara al poste en lugar suyo, tras de lo cual, vestida con el albornoz del beduino y ceñida la cabeza con sus cordones negros de pelo de camello, la vieja saltó al caballo y desapareció en la lejanía camino de Bagdad.
Contra la composicion hay: que quando no seguia pronombre inmediatamente despues del verbo principal, se usaba en lo antiguo este tiempo como simple con la terminacion unida á su verbo, sin que quede señal alguna para distinguir si era propiedad suya, ó si pertenecia al auxîliar haber, y así en la misma Crónica general se lee: ''Ca yo non comeré nin faré al, sinon dexarme morir.
- Entonces, si vos lo coméis, yo también lo comeré.
Pero ahora no entraré, ni comeré nada en tu casa, como no jures que no saldrás detrás de nosotros como la otra vez.
Colocado en la altura que tú apeteces, no comeré más, ni dormiré mejor, ni tendré más amigos, ni he de libertarme de las enfermedades comunes a todos los hombres, por consiguiente, no tendría entonces más gustosa vida que tengo ahora.
todos me comeré, que ya el ser muy hombre embaraza y el saber bobear es ciencia de.
—¿Y cómo comeré yo sin dientes? No te canses en buscarme oficio en palacio, que todo.
Mirad, primo, que no comeré un solo bocado ni reposaré un instante.
-Estos ocho los comeré yo, los otros dos quedan de reserva, y son ellos los que me permiten trabajar para mí sola, y también hacer trabajar a los demás para mí.
Ni comeré hasta entonce, avnque primero sean los cauallos de Febo apacentados en aquellos verdes prados, que suelen, quando han dado fin a su jornada.
¡Tente, rabo, y tente, tapadorcillo, no acabéis de despertar mi cólera, que, si la acabo de despertar, os mataré, y os comeré, y os arrojaré por la puerta falsa dos leguas más allá del infierno!.
-Madre mía- respondió Alberto con firmeza- no puedo haceros participar del destino a que yo mismo me he condenado, es preciso que viva desde ahora sin nombre y sin fortuna, es necesario que para empezar esta penosa existencia pida a un amigo el pan que comeré de aquí a que lo gane.
Guardadme fresas, café y cigarros, comeré una tortilla en la Cámara.
Y comeré y beberé soberbiamente, y no habrá cantora en la ciudad a la que no invite a cantar en mi casa.

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