Ejemplos con colocó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al llegarle el turno se colocó junto a Margalida, templó su instrumento y comenzó a entonar canciones de tierra firme aprendidas en el retiro de Niza.
Entonces, Pedro Barquín, colono de la duquesa, hombre tosco y de aspecto soez, se colocó detrás del viejo magistrado, e introduciéndole el pie por la entrepierna, lo levantó en vilo y lo lanzó a regular distancia.
Colocó en él, según lo previamente pactado y convenido con su mujer, un mostrador y una estantería que improvisó con cuatro tablones viejos, e invirtió el resto de la herencia en aceite, aguardiente de caña, hormillas, hilo negro, cordones de justillo y otras baratijas por el estilo.
Distribuyóse todo convenientemente entre el mostrador y la anaquelería, sentóse Juana detrás del primero, muy grave y emperejilada, colocó Simón sobre la puerta principal, y mirando a la plaza, un letrero verde en campo rojo, que decía:.
En seguida volvió a meter las manos en los bolsillos, y se colocó de pie a un lado de la mesa, haciendo descansar su panza sobre el tablero.
Tchernoff colocó bajo una lámpara su libro precioso.
El orgullo de su familia le colocó en un vapor de lujo, un buque-correo lleno de pasajeros, un hotel flotante, en el que los oficiales tenían algo de gerentes de Palace y la verdadera importancia correspondía a los maquinistas, que andaban siempre por abajo y al volver a la luz quedaban modestamente en segundo término, por una ley de jerarquías anterior a los progresos de la mecánica.
Un amigo mío, un muchacho de mi tierracontinuó, suspirando, acababa de apartarse de mí para ver mejor al sumergible, y se colocó precisamente en el lugar de la explosión Desapareció de pronto, como si lo hubiesen borrado.
La colocó atónito en el diván, y trayendo de su cuarto de tocador un frasco de lavanda, se lo vertió entero por sienes y pulsos, rompiéndole al mismo tiempo los ojales de la bata, en la prisa con que quería aflojarle el corsé.
¿no sabe la señorita? ¡Pues si fue el señorito Ignacio quien me colocó aquí! Como la Alavesa se trajo a Juanilla, que es prima hermana mía y a mí me daba, vamos, tanta tristeza de ver corretear las columnas por aquellos picachos adonde solo subíamos, con la ayuda de Dios, los mozos del país y las fieras de los montes y en fin, que me moría de pena en aquella estación le escribí una carta al señorito aún vivía su madre, ¡en gloria la tenga Dios! y me recomendó a la Alavesa y aquí me tiene usted, tan campante.
Desnoyers colocó dos sillas junto a un macizo de vegetación, y al sentarse quedaron invisibles para los que transitaban por el otro lado de la verja.
Colocó sobre la mesa un enorme papel que reproducía todos los accidentes de la llanura extendida ante ellos: caminos, pueblos, campos, alturas y valles.
Pero antes de que los dos apoyasen el borde de los oculares en sus cejas, el comandante colocó sobre el mapa un nuevo papel.
Tenía yo un tío en México bastante acomodado, el cual me colocó en una tienda de ropas, pero notando algunos meses después de mi llegada que aquella ocupación me repugnaba sobre manera, y que me consagraba con más gusto a la lectura, sacrificando a esta inclinación aun las horas de reposo, preguntóme un día si no me sentía yo con más vocación para los estudios.
Don Rufo colocó un gran pedazo de tafetán inglés sobre la herida.
Descubierta enteramente la llaga, grande como la palma de la mano, aplicó con suavidad sobre ella la tableta de hilas, pasó repetidas veces la mano por encima para ajustarla, colocó un trapo sobre las hilas, y sin dejar de oprimirlo con la mano izquierda, tomó con la derecha una venda que había sobre la mesilla, y la aplicó por el medio encima del trapo.
Sentáronse los siete jueces en el viejo sofá, corrió de todos los lados de la plaza la gente huertana para aglomerarse en torno a la verja, estrujando sus cuerpos sudorosos, que olían a paja y lana burda, y el alguacil se colocó, rígido y majestuoso, junto al mástil rematado por un gancho de bronce, símbolo de la acuática justicia.
En el caballete de Currita, sobre el cuadro mismo que estaba pintando, colocó Paquito con sumo cuidado su obra maestra Luego, riéndose como ángeles del cielo, con la agitación de las grandes expectaciones, con la candorosa confianza en el más santo de los cariños, corrieron presurosos a ocultarse entre los innumerables cachivaches, debajo de una papelera antigua de acero, ocultos por un gran tapiz, que tenía unas figuras muy largas, muy secas, muy feas: las tres Parcas Veíase desde allí el caballete, destacándose en medio el monigote, y los dos niños, muy agazapados, muy juntitos, apretándose el uno contra el otro, contemplaban su obra.
Jacobo creyó llegado el momento de dejar este tono humorístico, tan peculiar a los españoles hasta en los más graves asuntos, y se dispuso a entrar en materia, colocó los guantes que se había quitado sobre la mesa del , y apoyando en ella ambos codos y dando vueltas al magnífico brillante que en uno de sus meñiques tenía, comenzó a decir mirando sus reflejos:.
Primeramente colocó en el centro de la entrada la mesita blanca de pino en que comía la familia, cubriéndola con una sábana y clavando los extremos con alfileres.
Y se dejó besar por su hijo, que después corrió al comedor con el ramo, y no encontrando un jarrón capaz de sostener aquella pirámide de flores lo colocó entre dos sillas.
Al lado de ella se colocó don Román, en el otro tía Pepilla y Andrés.
Tomando la sillita baja, que usaba cuando cosía, la colocó junto al balcón.
Puso su muestrario en primera fila, y se colocó en la última silla de atrás.
En otro se colocó la mesa electoral en un descanso de escalera, los votantes no podían subir sino de uno en uno, y doce paniaguados de Trampeta, haciendo fila, tuvieron interceptado el sitio durante toda la mañana, moliendo muy a su sabor a puñadas y coces a quien intentaba el asalto.
Las velas del altar estaban consumidas, las renovó, y colocó una almohada en el suelo para arrodillarse en ella, pues lo más molesto siempre era el dichoso hormigueo.
Solo ya, sacó Julián de entre la camisa y el chaleco una estampa grabada, con marco de lentejuela, que representaba a la Virgen del Carmen, y la colocó de pie sobre la mesa donde Sabel acababa de depositar el velón.
Ella me colocó de aprendiz en la alfarería.
Tal fué el sublime arranque de humildad con que, sacando del bolsillo el primoroso puñal indio que aquella tarde habia llevado a la Procesion, lo desnudó, alzólo a la altura de su cara, contempló su luciente hoja y rica empuñadura, lo besó luégo, y lo colocó a los piés del Niño Jesus.
Juan se regocijaban en el balcón, llamando a Nicolasito Hernández con el apodo que tanto le hacía rabiar, y acercándose con toda cautela a uno de los costureros que en la sala había, colocó dentro de él media onza que le quedaba del juego.

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