Ejemplos con citándole

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

la suerte consiste en ponerse frente al toro, a pie firme y con los talones unidos, citándole y esperando su acometida.
Con los ninjas de Konoha persiguiéndolos a poca distancia, Itachi se presenta ante Sasuke citándole en la guarida Uchiha, donde habría de tener lugar la batalla entre ambos.
Adolf Schulten, todas sus obras, sus puntos de vista y sus opiniones, tuvieron desde comienzos del siglo XX, y durante décadas, un enorme peso en la Historia Antigua y en la Arqueología españolas, y muchos autores siguen citándole con reverencia.
El ministro continuaba citándole frecuentemente a su despacho con otros diputados de la mayoría, y allí, mano a mano y como en familia, se contaban las fuerzas y se discutían las batallas que, por de pronto, necesitaba dar el Gobierno, sin perjuicio de otras más rudas que tendría que librar más adelante.
Cuando despertó, la carta de ella citándole para las cinco de la tarde contenía igualmente algunas palabras sobre el temido peligro.
Después, abrumado de quehaceres, y no sabiendo a cuál acudir primero, dio estas atropelladas órdenes: Usted, Milagro, ponga una carta a Alcalá Galiano, citándole para esta noche aquí.
Lo que resultó de este frustrado delito, del que no pudo menos de tener noticia la sociedad elegante y aristocrática de Madrid, fue la fama casi de santidad con que resplandeció don Jacinto, a quien se dieron a reverenciar las señoronas devotas, citándole como modelo.
El agente oye el sonido como el tigre huele la presa, y se hace el desentendido, y después de meditar un rato, o de fingir que medita, despide al recomendado citándole para dentro de una hora, tiempo que dice necesitar para tantear el terreno.
Un hombre desconocido le fue a buscar aquella misma mañana, citándole en la calle de Santiago: desgraciadamente el ayuda de cámara del general, que le estaba peinando al entrar el desconocido en el gabinete, aunque recuerda bien que la calle era la de Santiago, no se acuerda del número de la casa.
El Ministro continuaba citándole frecuentemente a su despacho, con otros diputados de la mayoría, y allí, mano a mano y como en familia, se contaban las fuerzas y se discutían las batallas que, por de pronto, necesitaba dar el Gobierno, sin perjuicio de otras más rudas que tendría que librar más adelante.
Le atajé diciéndole que se ahorrase aquel trabajo, pues de las vicisitudes de su vida sabía yo tanto como él, y se lo demostré citándole los más íntimos pormenores y los que él creía más secretos.
Entre sus paniaguados no faltó quien aplaudiese tamaña y monstruosa concepcion, citándole la ereccion.
Acompañaba siempre á Lerzundi el teniente López, un muchachote bobiculto que no conoció el Brasil más que en el mapamundi, y á quien su jefe, citándole no sé qué artículo de las Ordenanzas que prohíbe al inferior desmentir al superior, impuso la obligación de corroborar siempre cuanto él le preguntase en público.

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