Ejemplos con circunvecinos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Dijo, honradamente, Gregorio Méndez: Los guardias nacionales de mi mando, aún no acostumbrados a los hábitos de campaña y a pesar de haber sido envueltos por las fuerzas de Arévalo que atacarona la población por tres puntos simultáneos, no abandonaron el campo sino después de haber cambiado algunas descargas con aquellos, dispersándose por los bosques circunvecinos.
La combinación de los neutrófilos, bacterias y líquido proveniente de los vasos sanguíneos circunvecinos se acumulan en el alveolo un efecto conocido como consolidación y resulta en un intercambio de oxígeno deficiente.
El cuerpo de bomberos de Nauvoo cubre la ciudad así como cinco municipios circunvecinos.
Mastitis de células plasmáticas: es la poco frecuente infiltración intraductal y de tejido circunvecinos por células plasmáticas y con frecuencia se abscedan y fistulizan,,.
Los casos clínicamente significativos se presentan con inflamaciones en los ductos galactóforos y el sistema lobulillar de la glándula mamaria llamado galactoforitis y en algunos casos con inflamación en los tejidos circunvecinos a la glándula.
La Escuela Preparatoria de Irapuato es una de las unidades académicas de educación media superior dependiente de la Universidad de Guanajuato teniendo como sede la ciudad de Irapuato en el estado de Guanajuato, no solo sirviendo a la población de la ciudad sino de los municipios circunvecinos.
Por él se comunican Huelva y los pueblos circunvecinos con las villas de Aljaraque, Cartaya, Lepe y la ciudad de Ayamonte.
En la comunidad no se desarrollan programas culturales, su recreación en sus ratos de óseo esta inclinada hacia el deporte, donde continuamente se llevan a cabo diferentes intercambios deportivos con equipos de la localidad, y caseríos, circunvecinos.
También cuenta con un Centro de Salud Rural disperso del ISEM que atiende a una gran número de la población y de pueblos circunvecinos, y con un pozo de agua potable que abastece a toda la población.
Señora con tercera mano que le sale del costado izquierdo, con el título de Altamira muy devota y milagrosa, a quien tienen mucha devoción los pueblos circunvecinos, es morenita y se dice fue apacecida en el Castillo de esta Villa.
Sin tratamiento, la infección conllevará a una veloz destrucción del periodontio y se puede dispersas causando necrosis y estomatitis de tejidos circunvecinos, incluyendo las mejillas, labios o incluso el hueso de la mandíbula.
A medida que esta ciudad ha ido creciendo, ha disminuido el término, no sólo por el engrandecimiento y absorción de esta cabecera, sino también por el crecimiento de los barrios circunvecinos, que han llegado a reunir la población suficiente para erigirse en términos municipales propios.
Los ritos y las costumbres en la sierra evocan un reencuentro entre lo pagano, lo ancestral y lo místico de nuestras creencias, por ello causa cierto encanto y emoción convivir con quienes practican rituales curativos, recurren a sus habilidades quiroprácticas o bien, se sirven de la herbolaria para proponer algún remedio, en varios de poblados circunvecinos.
Los domingos, todos estos hombres, un poco encorvados, un poco pálidos, dejan sus mesillas terreras y se disgregan en grupos numerosos y alegres por los pueblos circunvecinos.
Pero en los momentos de trasladarse a la sala, resonó el melancólico tañido de la campana de la queda en los cafetales circunvecinos y en el de , llamando a amos y esclavos a la oración y al recogimiento.
En los mares circunvecinos cruzaban triunfantes los corsarios de las colonias que acababan de emanciparse y destruían el mezquino comercio de Cuba.
Admiróles el hermoso sitio de la ciudad, y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los estranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad, y satisfacion de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo.
Cuando estaban don Quijote y Sancho en las razones referidas en el capítulo antecedente, se oyeron grandes voces y gran ruido, y dábanlas y causábanle los de las yeguas, que con larga carrera y grita iban a recebir a los novios, que, rodeados de mil géneros de instrumentos y de invenciones, venían acompañados del cura, y de la parentela de entrambos, y de toda la gente más lucida de los lugares circunvecinos, todos vestidos de fiesta.
Con esto, desconsolados y roncos, se volvieron a su aldea, adonde contaron a sus amigos, vecinos y conocidos cuanto les había acontecido en la busca del asno, exagerando el uno la gracia del otro en el rebuznar, todo lo cual se supo y se estendió por los lugares circunvecinos.
Decíanme mis padres que en sola mi virtud y bondad dejaban y depositaban su honra y fama, y que considerase la desigualdad que había entre mí y don Fernando, y que por aquí echaría de ver que sus pensamientos, aunque él dijese otra cosa, mas se encaminaban a su gusto que a mi provecho, y que si yo quisiese poner en alguna manera algún inconveniente para que él se dejase de su injusta pretensión, que ellos me casarían luego con quien yo más gustase: así de los más principales de nuestro lugar como de todos los circunvecinos, pues todo se podía esperar de su mucha hacienda y de mi buena fama.
Salía éste, la siguiente mañana, a un viaje corto, para vender por los castillos circunvecinos sus mercancías preciosas, entre las cuales, no sin indignación de Raquel, iban rosarios de oro y misales encuadernados en piel arábiga y, acompañando Séfora hasta fuera del pueblo al traficante, conversaron, libres de la vigilancia de Raquel.
Entérase del suceso el señor de la torre, que no había salido de casa en ese mismo tiempo por no hacer falta fuera de ella, lánzase de un brinco al corral, toma el camino del pueblo, volando, más que pisando, sobre la espesa capa de nieve que le tapiza y emblanquece, como al lugar como al valle entero y como a todos los montes circunvecinos, llega, golpea con su garrote las puertas, cerradas por miedo a la glacial intemperie, ábrense al fin una a una, pregunta, indaga, averigua, estremécese, indígnase, amonesta, increpa, amenaza donde no halla las voluntades a su gusto, y, por último, endereza a garrotazos las más torcidas, hasta conseguir lo que va buscando: media docena de hombres que le acompañen al invernal en que debe hallarse, bloqueado por la nieve, si no muerto de hambre o devorado por los lobos, su infeliz convecino, que, contando volver a la mañana siguiente, no había llevado otras provisiones de boca que un pan de cuatro libras, hace buen acopio de ellas, exhorta a los seis que le rodean poco resueltos, anímanse y se enardecen al cabo, porque son buenos y caritativos en el fondo, emprenden la marcha los siete monte arriba, monte arriba, y anda, anda, anda, cuando llegan a trasponer las cumbres de Palombera, sienten dolorido el pecho, como si el aire que aspiran llevara consigo millones de puntas aceradas, y una torpeza y un quebranto en las rodillas, cual si fueran losas de plomo los «barajones» que arrastran sus pies, confórtanse un poco con un trago de aguardiente que beben «a la riola», y anda, anda sin cesar, a veces se ven envueltos en remolinos de nieve cernida, desmenuzada y sutil, que les impide hasta la respiración y que, por fortuna, pasan como una nubecilla más de las que se ciernen y vagan errabundas sobre la montaña, el mismo señor de la torre, de complexión de hierro y que camina siempre delante, nota que le va faltando su indomable fortaleza, que los miembros se le entumecen, que no puede modular una sílaba con sus labios contraídos por la frialdad, que están yertas, insensibles sus manos amoratadas, empieza a temer algo serio, y no por él, seguramente, y salta, brinca, se frota, se golpea, grita y aúlla como un salvaje.
-No sabe Tablanca lo que pierde en él -nos dijo-, ni lo sabrán los valles circunvecinos, que tan poco se pagan hoy de su raro ejemplo y de su obra admirable.
Mediante este artificio, todas las anguilas que, arrastradas por la corriente, se veían obligadas a dar aquel salto para volver al Ebro, que fue su cuna, quedaban presas en las redes de Damián, quien las vendía en los pueblos circunvecinos a precio tan corto, como corto era el trabajo que le costaba pescarlas.
los pueblos circunvecinos se habian acercado: pero que vista de.
circunvecinos campos y de otros pueblos, y tambien para que se.
En las primeras horas de la tarde del día de San Juan, mientras las campanas repicaban al rosario, y las mozas se vestían y se adornaban par ir a rezarle y andar otra vez la procesión antes de dar comienzo la romería, y se dirigían a Valdecines por sierras, mieses y montañas las gentes de los pueblos circunvecinos, Águeda había llamado a Macabeo a su casa.
viciosos, pero los que los tienen, no por eso son infames, pues ni a los circunvecinos.
Parlamentaba solemnemente con los capitanejos e indios circunvecinos y lejanos que sucesivamente llegaban al lugar de la cita.
Se avisó a los cristianos circunvecinos, y viendo que no era posible celebrar los oficios divinos en campo raso, como yo lo deseaba, se buscó un rancho.

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