Ejemplos con cintura

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mi padre se dobló por la cintura, con ademán de acatamiento.
Al final de la comida del mediodía, después de haber bebido su botella de sidra hecha, y fumado sus dos pitillos, de los amarrados por la cintura, era ya otro hombre.
No podían resistir la ausencia de Luna: necesitaban oírle, consultarle, y hasta el mismo zapatero, cuando el trabajo no era urgente, abandonaba su mesilla, y oliendo a engrudo, con el mandil plegado en la cintura y la cabeza en turbantada de pañuelos, venía a sentarse junto a la máquina de Sagrario.
Todos protestaron, el cardenal, que tenía malas pulgas, quiso meterlos en cintura, y uno de ellos fue con la queja a Roma, enviado por sus camaradas.
No hay quien no crea que en el porvenir le aguarda una faja, y no tendrá más que descolgarla para ponérsela en la cintura.
Pero de cintura arriba mostrábase el señorío, la dignidad del sacerdote de la instrucción , como él afirmaba, lo que le distinguía de toda la gente de las barracas, gusarapos pegados al surco: una corbata de colores chillones sobre la sucia pechera, bigote cano y cerdoso partiendo su rostro mofletudo y arrebolado, y una gorra azul con visera de hule, recuerdo de uno de los muchos empleos que había desempeñado en su accidentada vida.
Se lanzó por entre las cañas, bajó casi rodando la pendiente de una de las orillas de la acequia, y se vio metido en el agua hasta la cintura, los pies en el barro y los brazos altos, muy altos, para impedir que se le mojase la escopeta, guardando avaramente los dos tiros hasta el momento de dispararlos con toda seguridad.
Una vez que Tonet rozó involuntariamente la cintura de Roseta, ruborizóse como si fuese él la muchacha.
En los bailes de Carnaval había conocido a Fernando, un teniente de artillería, esbelto, con cintura de señorita, que en el teatro, durante los entreactos, rondaba por cerca de sus butacas buscando ocasión de saludarla con gracia marcial que encantaba a Amparito.
Entre las banderolas nacionales de los balcones asomaban una docena de airosos cuerpos y graciosas cabezas, elegante escuadrón de muchachas, que, cogiéndose de la cintura, jugueteando o riendo, miraban al gentío que rebullía abajo.
Comprendo que usted, por la vida mala que ha llevado y por no haber tenido a su lado buenos ejemplos, no podrá durante algún tiempo meter en cintura a la loca de la casa, pero aquí estamos para enseñarla.
Gustábale calzarse en el pie derecho el grueso escobillón, y arrastrando el paño con el izquierdo, andar de un lado para otro en la vasta pieza, con paso de baile o de patinación, puesta la mano en la cintura y ejercitando en grata gimnasia todos los músculos hasta sudar copiosamente, ponerse la cara como un pavo y sentir unos dulcísimos retozos de alegría por todo el cuerpo.
Si no nos apartan, si no me coges tú a mí por la cintura, y Paca a ella, la reviento creételo.
En esto, sintió que Juan la abrazaba por la cintura Quítate, déjamegritó ella.
Adoración se frotó bien la cara y el cuerpo contra la cintura y falda de su protectora.
Todo lo aprovechan, y hasta una hebilla de sombrero que no puedan gastar, se la plantan a cualquier santo en la cintura.
El ademán de llevarse las manos a la cintura en toda ocasión volvió a ser dominante en ella, y el hablar arrastrado, dejoso y prolongando ciertas vocales, reverdeció en su boca, como reverdece el idioma nativo en la de aquel que vuelve a la patria tras larga ausencia.
Después de traer un plato con azucarillos, fue a escanciar el precioso contenido de los botijos, pues eran varios, y en ellos graduaba la temperatura, poniéndolos o no en el balcón, Doña Lupe la ayudaba en la traída de aguas, y en tanto Aurora le pasó a Fortunata el brazo por la cintura y ambas salieron al balcón de la sala.
Enlazadas por la cintura, brazo con brazo, estuvieron un rato las dos mujeres sin decirse nada, comiéndose las yemas y mirando a la calle.
Vino, pues, Napoleón Bonaparte, y empezó a meter en cintura a aquella gente.
Le dolía la cintura y al sentarse exhaló un ¡ay! Para coser usaba siempre gafas.
¡Jacinta! ¿Qué me cuentas? Estas cosas no son para bromasdijo Santa Cruz con tal alborozo, que su mujer tuvo que meterle en cintura.
Era el , que asomando por entre el ciego grande y el chico, atendía con toda su alma a la música, puesta una mano en la cintura y la otra en la boca.
Estaba doblado por la cintura, porque el digerir las dos enormes chuletas que se había atizado, no se presentaba como un problema de fácil solución.
Pero al acostarse volvió Ido a ser atormentado por sus temores, y no tuvo más remedio que estar toda la noche hecho un ovillo, con las manos cruzadas en la cintura, porque si en una de las revueltas que ambos daban sobre los accidentados jergones la mano de su mujer llegaba a tocar el duro, se lo quitaba, tan fijo como tres y dos son cinco.
Temía que su mujer descubriese con ojo perspicaz el matute que él encerraba en su cintura.
No puso él la moneda en el bolsillo de su chaleco, donde la habría descubierto Nicanora, sino en la cintura, muy bien escondida en una faja que usaba pegada a la carne para abrigarse la boca del estómago.
Estaba sentado junto a la chimenea, envuelto de la cintura abajo en una manta que parecía la piel de un tigre, gorro calado hasta las orejas, en la mano un periódico, en la silla inmediata tres, cuatro, muchos periódicos.
Las niñas vestidas de rosa o celeste que juegan a la rueda en el Prado y que parecen flores vivas que se han caído de los árboles, las pobrecitas que envuelven su cabeza en una toquilla agujereada, los que hacen sus primeros pinitos en la puerta de una tienda agarrándose a la pared, los que chupan el seno de sus madres mirando por el rabo del ojo a la persona que se acerca a curiosear, los pilletes que enredan en las calles o en el solar vacío arrojándose piedras y rompiéndose la ropa para desesperación de las madres, las nenas que en Carnaval se visten de chulas y se contonean con la mano clavada en la cintura, las que piden para la Cruz de Mayo, los talluditos que usan ya bastón y ganan premios en los colegios, y los que en las funciones de teatro por la tarde sueltan el grito en la escena más interesante, distrayendo a los actores y enfureciendo al público todos, en una palabra, le interesaban igualmente.
Él le rodeaba la cintura con el brazo.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba