Ejemplos con chorrillo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Chorrillo FC es un equipo de fútbol de Panamá.
Este es un club popular de la región del Chorrillo en la Ciudad de Panamá.
El Chorrillo es una localidad argentina del departamento La Capital, provincia de San Luis.
Se puede acceder a Riosequillo a través de la carretera que une Buitrago con Villavieja, a la altura de Redondo de Abajo, por la Cañada del Chorrillo.
De aquellos nombres antiguos, como siempre, nos quedan algunas reminiscencias, Trayaman hoy es Trayamar aunque sólo se lo llamemos a la finca del Ceregumil a la Ribera de Trayamar y del Chorrillo todavía quedan viejos que le llaman el arroyo Ma Pedro.
Pero en el mismo informe el ingeniero hacía la propuesta de represar en el paraje llamado el Chorrillo.
El ingreso de los soldados estadounidenses al barrio El Chorrillo, donde se contaban numerosos partidarios de Noriega, fue particularmente sangriento.
El barrio del Chorrillo, constituido principalmente por viejos caserones de madera edificados en la época de construcción del canal, fue destruido casi en su totalidad, debido en parte a los incendios producto del ataque militar al Cuartel Central.
Algunos grupos organizados por Noriega incendiaron parte del Chorrillo a manera de retrasar la toma de la Comandancia y permitir la salida de Noriega del área.
El Chorrillo, la pintoresca playa que al Sur del Callao se extiende, era lugar de recreo y descanso para la sociedad limeña.
Como en aquel tiempo la riqueza principal del Perú procedía de los yacimientos de las Chinchillas, podía decirse que en las mesas de juego del Chorrillo pasaba de unas manos a otras lo que las aves oceánicas habían depositado durante siglos y siglos.
En ocasiones diferentes obtuvo Fenelón permiso de dos o tres días, que se pasaba tranquilamente en el Chorrillo gozando de aquella excitante vida.
De su tercera visita a las timbas del Chorrillo volvió Fenelón con la bolsa limpia como patena, mas del percance se consolaba con su filosofía parda y la gramática del mismo color, asegurando que era rico con la ilusión de un próximo desquite.
Para mayor seguridad, yo iré mañana al Chorrillo, veré a Canterac, y le preguntaré a dónde debes escribir.
Circulaba el porrón, soltando su rojo chorrillo que levantaba un tenue glu-glu al caer en las abiertas bocas, obsequiábanse unos a otros con puñados da cacahuetes y altramuces.
Un chorrillo de agua, vuelta hielo al tropezarse con el aire, colgaba del caño de la fuente, como un cairel de azúcar cande.
Lo que se hace por mejorar su condición equivale a soltar un chorrillo de agua dulce en las olas del Océano para desamargarlas.
Como en aquel tiempo la riqueza principal del Perú procedía de los yacimientos de las Chinchillas, podía decirse que en las mesas de juego del Chorrillo pasaba de unas manos a otras lo que las aves oceánicas habían depositado durante siglos y siglos.
Me escandalizo de oír los cuentos asquerosos que refiere el francés de las mujeres que ha conocido en Lima, Callao y el Chorrillo.
Fenelón evocaba la persona de una dama limeña, a quien había visto en el Chorrillo sin poder cambiar con ella más que cuatro palabras de saludo ceremonioso, a su lado la traía, paseaba con ella del brazo por la cubierta, por el alcázar y la batería, llevábala a su camarote, platicaban de amores, reían, se ponían serios, eran dichosos.
Desgraciadamente, si, en tiempo de sequía, apenas conservaba un chorrillo de agua, se llenaba, con lluvias algo persistentes, hasta volverse torrentoso, desparramándose entonces a sus anchas en los cañadones, por meses enteros.
En la lóbrega mazmorra que, para ser verídicos, era un cuartujo, o si se quiere pocilga, en las dependencias del fuertecillo, tuvo Chamijo tiempo sobrado de reflexionar y decirse que el de Buenos Aires -abundante en vituallas pero pobre en dinero- no era teatro adecuado a sus hazañas, y que más le valdría volverse al Perú, pues no sólo de pan vive el hombre y la gente de este lado miraba más por sus durejos que la de aquel otro, donde la plata acuñada corre a raudales, sin que nadie le haga mayor caso que al chorrillo de la cordillera.
La fuente dormía la siesta, y apenas estertorizaba un ligero chorrillo, más bien roncando que corriendo.

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