Ejemplos con chispeaban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se calentó la cama de Chisco, se le despojó de sus ropas húmedas, se le dieron unas fricciones de aguardiente, y en la cama seguía reposando al referir Neluco en la cocina estos sucesos que más de una vez empañaron los ojos de Facia, e hicieron estremecerse de pavor y de entusiasmo a su hija Tona, mientras a mi tío le temblaba la barbilla y le chispeaban los ojuelos clavados en los del narrador.
-No lo dudéis, continuó el conde: un color amarillento marchitaba aquel semblante donde brilló algún día la majestad de los reyes, un cerco de oro sujetábale apenas el desgreñado cabello, todas sus facciones indicaban el helado sello de la muerte, pero los ojos chispeaban de furor, y se notaba en su persona algún resto del espíritu varonil que le hiciera tan arrogante en los combates.
Entre las colinas chispeaban, como luciérnagas, las lámparas de los chalets y las villas.
Un rebaño de ovejas de amarilloso vellón pacía en los rastrojos y un perro felpudo, de ojos sanguinolentos que chispeaban al través de la maraña de pelos que le caía sobre la frente, las vigilaba, ladrando a intervalos a la que se salía del redil, mientras el pastor dormía a pierna suelta.
Se sabía de coro el Canto a Junín y parlamentos enteros del Pelayo, y sus ojos, un tanto abotargados ya por el peso de los años, chispeaban de entusiasmo al declamar los versos de sus vates predilectos.
En el terreno de los hechos no sucedía más sino que cada vez que se encontraban los dos héroes, fruncían el ceño, chispeaban sus ojos, se les hinchaban las narices, tosían, mirábanse de soslayo, y.
Los ojos le chispeaban, las palabras salían de su boca, sonantes, cortantes y chocantes, irónicas, altaneras, injuriosas, por el tono más que por sí misma, y don Cipriano comprendió que su amigo Benjamín estaba «algo divertido».
Al bandido le chispeaban las pupilas, sus labios crispados se adelantaron hacia Mariquita de la O cuando finó la copla y Frasquita preludió la falseta, ese tiempo del baile, durante el cual enmudece el cantor, y cesa el machaqueo de los acompañantes y sólo se escuchan los acordes de la guitarra y el deslizamiento de los pies de la bailaora.
Uníase a estos gritos el vocear del contrario de Nisco, negando toda participación en la felonía, chispeaban los ojos de Pablo buscando entre la muchedumbre algo que delatara al delincuente, ordenaba don Pedro lo más acertado para bien del herido, acudían gentes aterradas a su lado, y mientras esto acontecía y se buscaba a Juanguirle entre los combatientes, las tintas de los celajes iban enfriándose, desleíanse los nubarrones, cual si sobre ellos anduvieran manos gigantescas con esfuminos colosales, una cortina gris, húmeda y deshilada, como trapo sucio, se corrió sobre los picos más altos del horizonte, brilló debajo de ella la luz sulfúrea del relámpago, y comenzaron a caer lentas, grandes y acompasadas gotas de lluvia, que levantaban polvo y sonaban en él como si fueran de plomo derretido.
-No -dijo el abogado, al cual le chispeaban los ojos-: eso se hace porque la sociedad forja un sofisma: no venga a nadie ni reparte justicia, sino que se resguarda de un mal por el instinto de su egoísmo: es lo mismo que cuando aísla a un enfermo contagioso.

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