Ejemplos con chirimías

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una de las actividades más novedosas que los profesionales de la gaita han incluido en este fin de milenio ha sido la de unir el sonido de las gaitas con el sonido de instrumentos renacentistas como bajones y chirimías, en toda su gama tonal, recreando, de esta manera, lo que en el Renacimiento vendría a ser el cuarteto de doble lengüeta habitual.
Encuentro Departamental de Danzas, Encuentro Nacional e Internacional de Danzas, Encuentro Departamental de Rajáleñas, Encuentro de Bambuco Tradicional, Encuentro Departamental de Bandas, Concurso Nacional e interpretación musical, Concurso Nacional de Composición Musical, Reinado Popular del Bambuco, Reinado Departamental del Bambuco, Reinado Nacional del Bambuco, Encuentro Departamental de Música Campesina, Encuentro de Bambuco tradicional infantil, Encuentro infantil del baile del Sanjuanero, Encuentro infantil de rajaleñas, Encuentro de Chirimías, Encuentro infantil de música campesina, Encuentro de Maestros Artesanos, Encuentro de Compositores Huilenses, Encuentro de Bandas Departamentales, Encuentro de grupos de música andina, Encuentro del baile del pasillo, Rock al San Pedro, Festival de bandas de música alternativa, Tablados populares, Tres tarimas sampedrinas, Regreso de colonias.
Para las celebraciones públicas y las fiestas al aire libre se va perfilando un conjunto característico llamado de música alta por la potencia y brillantez de su sonido, compuesto de trompetas, chirimías y bombardas.
En la iglesia se admitía solamente el órgano, pero las nuevas composiciones religiosas polifónicas facilitarían la introducción de otros instrumentos para acompañar o sustituir a las voces: violas, flautas, chirimías, etc.
La instrumentación incorporó el uso de flautas de Afganistán, quizá buscando la sonoridad de las chirimías, al parecer es un tema fúnebre o de despedida.
Vi a la propia tañendo una flauta de oro, cuyo son acompasaba y regía el de otras tañedoras de flautas, caramillos y chirimías, agrupadas a la derecha de la Musa.
Sonaban por la ciudad alegremente las chirimías, los pífanos y los tambores.
Hasta hora muy avanzada de la noche oímos los dulcísimos acordes de las chirimías, pitos y tambores que daban serenata al soldado del Cielo.
Los que representamos el arte en las catedrales somos tan despreciados como los ministriles de las antiguas capillas, tañedores de chirimías, bajoncillos y bajones.
—En estas pláticas llegaron a la posada, y aun se las pasó en otras semejantes la mitad de la noche, y habiendo dormido a su parecer poco mas de una hora, los despertó el son de muchas chirimías que en la calle sonaban.
—Apostaré que es ya de dia, y que debe hacerse alguna fiesta en un monasterio de Nuestra Señora del Cármen que está aquí cerca, y por eso tocan estas chirimías.
Por venir el dia se fueron los músicos, despidiéndose con las chirimías.
¡Eso no! dijo a esta sazón don Quijote: en esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales, y un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías, y esto de sonar campanas en Sansueña sin duda que es un gran disparate.
El cuatralbo, que estaba avisado de su buena venida, por ver a los dos tan famosos Quijote y Sancho, apenas llegaron a la marina, cuando todas las galeras abatieron tienda, y sonaron las chirimías, arrojaron luego el esquife al agua, cubierto de ricos tapetes y de almohadas de terciopelo carmesí, y, en poniendo que puso los pies en él don Quijote, disparó la capitana el cañón de crujía, y las otras galeras hicieron lo mesmo, y, al subir don Quijote por la escala derecha, toda la chusma le saludó como es usanza cuando una persona principal entra en la galera, diciendo: ¡Hu, hu, hu! tres veces.
Junto a ella venía una figura vestida de una ropa de las que llaman rozagantes, hasta los pies, cubierta la cabeza con un velo negro, pero, al punto que llegó el carro a estar frente a frente de los duques y de don Quijote, cesó la música de las chirimías, y luego la de las arpas y laúdes que en el carro sonaban, y, levantándose en pie la figura de la ropa, la apartó a entrambos lados, y, quitándose el velo del rostro, descubrió patentemente ser la mesma figura de la muerte, descarnada y fea, de que don Quijote recibió pesadumbre y Sancho miedo, y los duques hicieron algún sentimiento temeroso.
Apenas dijo estas últimas palabras Sancho, cuando volvió a sonar la música de las chirimías y se volvieron a disparar infinitos arcabuces, y don Quijote se colgó del cuello de Sancho, dándole mil besos en la frente y en las mejillas.
Cuenta la historia que desde el juzgado llevaron a Sancho Panza a un suntuoso palacio, adonde en una gran sala estaba puesta una real y limpísima mesa, y, así como Sancho entró en la sala, sonaron chirimías, y salieron cuatro pajes a darle aguamanos, que Sancho recibió con mucha gravedad.
Volvióse Roque, quedóse don Quijote esperando el día, así, a caballo, como estaba, y no tardó mucho cuando comenzó a descubrirse por los balcones del Oriente la faz de la blanca aurora, alegrando las yerbas y las flores, en lugar de alegrar el oído, aunque al mesmo instante alegraron también el oído el son de muchas chirimías y atabales, ruido de cascabeles, ¡trapa, trapa, aparta, aparta! de corredores, que, al parecer, de la ciudad salían.
Tendieron don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta entonces dellos no visto, parecióles espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera, que en la Mancha habían visto, vieron las galeras que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron llenas de flámulas y gallardetes, que tremolaban al viento y besaban y barrían el agua, dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos llenaban el aire de suaves y belicosos acentos.
Con palabras no menos comedidas que éstas le respondió el caballero, y, encerrándole todos en medio, al son de las chirimías y de los atabales, se encaminaron con él a la ciudad, al entrar de la cual, el malo, que todo lo malo ordena, y los muchachos, que son más malos que el malo, dos dellos traviesos y atrevidos se entraron por toda la gente, y, alzando el uno de la cola del rucio y el otro la de Rocinante, les pusieron y encajaron sendos manojos de aliagas.
Ya en esto, se había sentado en el túmulo Altisidora, y al mismo instante sonaron las chirimías, a quien acompañaron las flautas y las voces de todos, que aclamaban:.
Hasta hora muy avanzada de la noche oímos los dulcísimos acordes de las chirimías, pitos y tambores que daban serenata al soldado del Cielo.
Ya las chirimías tañían dulcemente aquellos cantos y sones músicos y suaves, los cuales deleitaban suavemente los corazones de los que allí estaban mirando, pero muy más suavemente se conmovían con la vista de Venus, la cual, paso a paso, por medio de aquellos niños y de sus plumas y alas, moviendo poco a poco la cabeza, comenzó a andar y con su gesto y aire delicado responder al son y canto de los instrumentos.
Después iban muy muchos instrumentos de muy suave música, así como sinfonías muy suaves y flautas y chirimías que cantaban muy dulce y suavemente, a las cuales seguía una danza de muy hermosas doncellas con sus alcandoras blancas, cantando un canto muy gracioso, el cual con favor de las musas, ordenó aquel sabio poeta, en el cual se contenía el argumento y ordenanza de toda la fiesta.
Vi a la propia Euterpe tañendo una flauta de oro, cuyo son acompasaba y regía el de otras tañedoras de flautas, caramillos y chirimías, agrupadas a la derecha de la Musa.
Había mucha música de flautas y chirimías, y todo resonaba con versos y canciones y con algazara de mujeres poseídas de Baco, y a este desorden y confusión de camino seguía el coro y tumulto de la báquica descompostura, como si el mismo dios se hallara presente y concurriera a aquellos festines.
»Item, que en las comedias se quite el desmesurarse los embajadores con los reyes, y que de aquí adelante no le valga la ley del mensajero, que ningún príncipe en ellas se finja hortelano por ninguna infanta, y que a las de León se les vuelva su honra con chirimías, por los testimonios que las han levantado, que los lacayos graciosos no se entremetan con las personas reales si no es en el campo o en las calles de noche, que para querer dormirse sin qué ni para qué no se diga: «Sueño me toma», ni otros versos por el consonante, como decir a ''rey'', «porque es justísima ley», ni a ''padre'', «porque a mi honra más cuadre», ni las demás: «A furia me provocó», «Aquí para entre los dos» y otras civilidades, ni que se disculpen sin disculparse diciendo:.
»Luego comenzaron a sonar músicas, dulzainas y chirimías, y trompetas y atabales, con tanto ruido, que parecía hundirse el mundo.
Volverían los tiempos gloriosos, el triunfo de Jehová y, entre cánticos de alegría, el Templo daría cobijo, también como antaño, a las muchedumbres de las tribus, y el Arca sería otra vez llevada en apoteosis, al son de las chirimías y las cítaras, entre los clamores de gozo del pueblo delirante.

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