Ejemplos con charrán

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su larga cola se extiende solo hasta la punta de las alas cuando el ave está parada, a diferencia del Charrán Ártico y Rosado, en los cuales se extiende pasando la punta de als alas.
Fauna: Camaleón común, lisa mojonera, panarria, salamanquesa, gaviota argéntea, cormorán, garza real, focha, chorlitejo chico, cernícalo, mirlo, correlimos, avoceta, cigüeñuela, charrán, chorlitejo patinegro, ánade friso, archibebe, canastera, erizo, lechuza, delfín mular.
Es fácilmente confundido dentro de su zona con el similar Charrán Ártico Sterna paradisaea y el Charrán Rosado Sterna dougalli.
En invierno las pocas aves que se encuentran escasean ya que la mayoría de estas migran al sur en busca de un lugar cálido, con la excepción del charrán ártico que migra entre el ártico y el antártico cada año.
Del resto de aves también son de destacar la cigüeñuela, el tarro blanco, el aguilucho cenizo, la avoceta, el chorlitejo patinegro, el charrán común, el charrancito y el alcaraván.
Las características del parque permiten la existencia de especies poco frecuentes en la Comunidad Valenciana como la gaviota de Audouin, el charrán patinegro, el cernícalo o el halcón peregrino.
Especies de largo alcance incluyen el charrán ártico, que emigra desde la Antártida todos los años en primavera.
Entre las aves de paso se deben destacar especies como el charrán patinegro, correlimos y el ostrero.
Este gran charrán esta muy emparentado con el Thalasseus maximus y con el Thalasseus bengalensis , pero son fácilmente distinguibles por su tamaño y color del pico.
¿Volver a las andadas? ¿Para qué? ¿Para cansarse al cabo de un par de meses, sentir el mismo hastío de la vez primera, y portarse de nuevo como un charrán?.
¡Cuánto le pesó ponerse en manos de aquel hombre! Era un perdido, un charrán, una mala persona.
Las voces mantés, mantesón, mantesada y mantesonada, mantesería y mantesonería, salpican ó llenan tanto todo coloquio como en Málaga la de charrán y sus derivados.
-Pos na, que, según acaba de dicírme Mariquilla -la Rabicortona, el mu charrán que, según parece, Jace tiempo venía cimbeleando a la Lola, la sobrina del Marimoña, ha tirao el ancla en aquella badía.
-Pos bien, es verdá que yo aposté con el Calindo que antes que pasara el día de la Candelaria había de tenerme usté ya prometío ser la que me sazonara y me espumara el puchero, pero eso lo jice yo aquel día porque el charrán del de la taberna, que me tiée mu mala voluntá, me habla dao petrolio en lugar de solera, ¿sabe usté? Pero aluego me arrepentí más que de haber nacío, y si no jice de mi palabra un trapo y lo tiré a la corriente de la calle fue porque no quise yo que pensara Juan Galindo que me había arrepentío por no tener que soltar los cuatro ochavos que mediaban en la cosa, pero a clavito pasao me sabía yo que usté no estaba pa mí ni medio mollar tan siquiera.
-¡Toma!, pus porque como el gachó es un vivo y sabe jasta latín, cuando se escurre lo jace de un mo que no hay medio de cogerlo, suponte tú que cuando empieza a platicarme de cosas de quereles, encomienza a decirme que él se está muriendo a chorros por una gachí que es el sol, que es la luna y que es una estrella, y cuando yo le pregunto que quién es esa iluminación, el mu charrán encomienza a decirme con los ojos y con la sonrisa y con toa la cara, que esa gachí soy yo, pero, en cambio, con la lengua me dice que es una señora que se acaba de mudar, u me dice, como la última vez, que es una que tiée en Lucena una fábrica de velones.
El espejo, como tiée de cristal el corazón, no se anduvo por las ramas, y el mu charrán me dijo, sobre poco más o menos: «Señó Candelario, si usté quiée que yo le platique la fija, le diré a usté que las jechuras de usté ya no están de recibo, que es mucha la panza de usté pa un hombre solo, que tiée usté una calva que reluce más que una jarra alpujarreña, que encima de ca ojo tiée usté dos onzas de filete lo menos, que ca uno de sus carrillos parece una faltriquera» y, en fin, hijo mío, la mar de barbaridades que me dijo el pícaro espejo.
-¡Del flato! ¡Del tiro que le den! ¡Aquello era el mantón blanco mío! Y yo, inocente de mí, le pregunto: «Pero, chiquillo, ¿qué es eso? ¿Qué te pasa a ti hoy en la barriga?» Y el mu charrán, cuando yo le pregunté eso, ¿sabe usté lo que me contestó? Pos me contestó que era que yo no me había nunca fijao bien en él, que aquello le pasaba siempre cuando diba a salir la luna nueva.
-¡Pero sí es si es usté no está enterá de to! ¿Uste sabe de quién es el mantón blanco de lanilla que lleva puesto esa der bigote? Pos el mío, seña Gertrudis, el mío, que me lo sacó el mu charrán de mi hombre de la gaveta una mañana, y mire usté que estuvo en un tris que yo no se lo cogiera.
-¿Has visto cómo ese charrán de Antonio se arrima al sol que más calienta? Si es lo que le digo yo a mi Angustias, que en er mundo no ha nacío más que uno güeno, y como era Hijo de Dios, pos le crucificaron en el Gólgota.
-Ay Curruco, ay Curruco de mi corazón, y en qué mala horita jeché yo al mundo a ese charrán de mi Pepe que arrastrao se vea y a quien un divé le dé sarna que rascar jasta que yo alevante el deo.
-¡Por vía e Dios -dijo con acento malhumorado-, cudiao que esto es más grande que el día del Corpus! ¡Pero, en fin, qué se le va a jacer! A ese charrán de Joseíto yo no pueo negarle na que me pía, y como no pueo negárselo, pos paciencia y a barajar, y que sea lo que Dios quiera.

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