Ejemplos con charla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su charla era bastante para marear a cualquiera, pero aquella tarde, lo que realmente anduvo a pique de hacerme caer sin sentido, no fué la forma, sino el fondo y asunto de su charla.
Cansado de la charla de las mujeres asomadas a las puertas de las Claverías, subía a la habitación del campanero, su antiguo camarada de armas, o descendía al jardín por la monumental escalera de Tenorio cuando estaba abierta o por el arco del Arzobispo atravesando la calle.
De repente, cesaba de tocar en el pasaje más interesante y reanudaba su charla, como temiendo que en su continua distracción se le evaporasen las ideas.
El tío que hasta por las sendas iba siempre conversando con sus ovejas, hablaba al principio con lentitud, como hombre que teme revelar su defecto, pero la charla del maestro iba enardeciéndole, y no tardaba a lanzarse en el inmenso mar de sus eternas historias.
Dentro, mujeres y más mujeres estrujándose en torno a la cama, abrumando a la madre con su charla, hablando algunas de los hijos que babían perdido, instaladas otras en los rincones como en su propia casa, repitiendo todas las murmuraciones de la vecindad.
Con este notición se puso término a la charla, así porque era ya tarde, como porque los aplausos y vivas de doña Manolita y de Pepe Güeto no consintieron que siguiera adelante aquella noche.
Por otra parte, doña Manolita, con su charla, su desenvoltura y sus chistes, era el órgano más autorizado y resonante de la opinión pública en Villafría, y doña Manolita, no ya no habiendo el menor motivo, pero aunque le hubiese, no hubiera consentido jamás en que se dijese nada contra doña Luz, hubiera ahogado en sus burlas la voz de la murmuración más descocada.
Tía Carmen, sentada en su sillón y muy aliviada de sus males, nos contempla y sonríe, tía Pepilla parece una abuela bondadosa y tierna, tu papá charla y se goza en nuestra dicha, y mientras tú y yo estamos en el comedor y preparamos una sorpresa al santo sacerdote, poniendo entre los pliegues de su servilleta los retratos de la gente menuda, allá, en el fondo del jardín dos chiquitines inteligentes y guapos, muy vestidos de gala,una niña que se parece a tí, y un rapazuelo que se parece a mícorren en pos de un aro tintinante.
Mientras tanto, las niñas de Pajares, las de López el famoso bolsista y otras amiguitas posesionábanse de los balcones, convirtiéndolos en pajareras con su charla graciosa y sus ruidosas risas.
Y desdeñando la conversación cortó la hebra de su charla.
Le oí, y quedé encantado de su charla.
Correctamente vestido de negro, albeándole la camisa, desaliñado el calzado y muy peinada y brillante la profusa barba, era un tipo de los más simpáticos, pero más simpática aún era su charla.
Después, como de costumbre, seguía la charla con la enferma.
Charla que te charla, doña Lupe miraba al reloj del comedor, mas no expresaba su impaciencia con palabras.
Si en lo más sabroso de su charla entraba alguien a comprar, Estupiñá le ponía la cara que se pone a los que van a dar sablazos.
Como al principio era su charla frívola y de gacetilla, todos se reían y el estaba en sus glorias.
El otro José estaba muy aturdido con la bárbara charla del grande hombre, el más desgraciado de los héroes y el más desconocido de los mártires.
Dos caracteres principales tenía su entretenida charla, y eran: que nunca se declaraba ignorante de cosa alguna, y que jamás habló mal de nadie.
Viendo en esto que entraba Rubín, dio otro giro a su charla.
Su charla parecía a veces recriminación y disputa, a veces burla y gracejo.

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