Ejemplos con ceremonia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La escolta de la novia, mucho más numerosa, parecía poblado hormiguero: viejas y mozas llevaban el sacramental traje de negra lana, que viene a ser como uniforme de ceremonia para la mujer de clase inferior, no exenta, sin embargo, de ribetes señoriles: que el pueblo conserva aun el privilegio de vestirse de alegres colores en las circunstancias regocijadas y festivas.
No, espere ustedgritó Artegui levantándose y asiéndole de una manga sin ceremonia, al ver que volvía la espalda.
Los rosetones luminosos borraban con sus chorros de colores el aspecto fúnebre de la ceremonia religiosa.
A un lado, la puerta llamada de la Torre, al otro, la de los Escribanos, por la que entraban en otros tiempos, con gran ceremonia, los depositarios de la fe pública a jurar el cumplimiento de su cargo, las dos con estatuas de piedra en sus jambas y rosarios de figurillas y emblemas que se desarrollaban entre las aristas hasta llegar a lo más alto de la ojiva.
Era Eusebio, el sacristán de la capilla del Sagrario, el , como se le llamaba entre la gente de la catedral por el traje color celeste que vestía en los días de ceremonia.
En otros tiempos era de bronce, y cuando decían misa en la capilla, al llegar el instante del ofertorio, la estatua, por ocultos resortes, incorporábase, quedando de rodillas hasta que terminaba la ceremonia.
A cada jugada, alguno de los tres agarraba el jarro, bebía en él reposadamente y lo pasaba a los compañeros, que lo iban empinando igualmente con no menos ceremonia.
El maestro, que lucía su casaquilla verdosa de los días de gran ceremonia y su corbata de mayor tamaño, tomó asiento fuera, al lado del padre.
Ella le aguardaba, ella le vio venir y le recibió sin cumplimientos ni ceremonia.
La única nota tierna de aquella ceremonia fría y rutinaria fue el llanto de dos mujeres enlutadas que entraron con timidez, apoyadas la una en la otra.
Era la ceremonia anual, el acto de dar los aguinaldos a los criados, por ser el día de la señora.
Las dos muchachas soltaron sus cabellos, largos y ondeantes como banderas, sacudiéronlos, haciendo caer sobre el mármol las horquillas como una lluvia metálica, y después, cual buenas hermanas, ayudáronse mutuamente en la difícil tarea del peinado de un día de ceremonia.
Carabinero debía de ser también el reo, pues en todo el aparato de la ceremonia descollaban los uniformes de color de castaña.
¡Aún me parece veros, padres y hermanos!—Un enorme tronco de encina chisporroteaba en medio del hogar: la negra y ancha campana de la chimenea nos cobijaba: en los rincones estaban mis dos abuelas, que aquella noche se quedaban en nuestra casa a presidir la ceremonia de familia, en seguida se hallaban mis padres, luego nosotros, y entre nosotros, los criados.
Dirá que es mujer legítima ¡Humo! Todo queda reducido a unos cuantos latines que le echó el cura, y a la ceremonia, que no vale nada Esto que yo tengo, señora mía, es algo más que latines, fastídiese usted Los curas y los abogados, ¡mala peste cargue con ellos!, dirán que esto no vale Yo digo que sí vale, es mi idea.
Caballeros, aquí, y durante la ceremonia, mientras menos música, mejor.
Guillermina, concluida la ceremonia, no les quitaba ojo, y por fin resolvió darles el quién vive.
En el portal no se cabía, y todos los chicos del barrio se habían dado cita allí, cual si creyeran que sin ellos no podía tener lucimiento alguno la ceremonia.
La fundadora, con aquella actividad vivaracha que en todo ponía, dictó a Severiana algunas disposiciones para la ceremonia que se preparaba.
La ceremonia verificose en la sacristía, y duró poco tiempo.
La suerte fue que vino Patricia, y entonces se decidió la señora a asistir a la ceremonia.
¿No está doña Lupe? dijo sentándose sin ninguna ceremonia.
Quedose sola Fortunata, y se puso a hacer en su vestido de gro negro, que había de lucir en la ceremonia, ciertos arreglos de escasa importancia.
Sentose sin ceremonia el tal, y poniendo los codos sobre la mesa, miró fijamente a su tocayo.
¡Dos días ya sin misar! Cabalmente desde que era presbítero se había redoblado su fervor religioso, y sentía el entusiasmo juvenil del nuevo misacantano, conmovido aún por la impresión de la augusta investidura, de suerte que celebraba el sacrificio esmerándose en perfilar la menor ceremonia, temblando cuando alzaba, anonadándose cuando consumía, siempre con recogimiento indecible.
Ante la mesa y sus apéndices, no sin mil cumplimientos y ceremonias, fueron tomando asiento los padres curas, porfiando bastante para ceder los asientos de preferencia, que al cabo tocaron al obeso Arcipreste de Loirola persona más respetable en años y dignidad de todo el clero circunvecino, que no había asistido a la ceremonia por no ahogarse con las apreturas del gentío en la misa, y a Julián, en quien don Eugenio honraba a la ilustre casa de Ulloa.
Pero pasa adelante: cuando le diste mi carta, ¿besóla? ¿Púsosela sobre la cabeza? ¿Hizo alguna ceremonia digna de tal carta, o qué hizo?.
Llegó la de la fuente, y con gentil donaire y desenvoltura encajó la fuente debajo de la barba de don Quijote, el cual, sin hablar palabra, admirado de semejante ceremonia, creyendo que debía ser usanza de aquella tierra en lugar de las manos lavar las barbas, y así tendió la suya todo cuanto pudo, y al mismo punto comenzó a llover el aguamanil, y la doncella del jabón le manoseó las barbas con mucha priesa, levantando copos de nieve, que no eran menos blancas las jabonaduras, no sólo por las barbas, mas por todo el rostro y por los ojos del obediente caballero, tanto, que se los hicieron cerrar por fuerza.
Yo así lo creo respondió Sancho, y querría que vuestra merced me dijese qué es la causa por que dicen los españoles cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel San Diego Matamoros: ¡Santiago, y cierra, España! ¿Está por ventura España abierta, y de modo que es menester cerrarla, o qué ceremonia es ésta?.
¡Ea, ministros de esta casa, altos y bajos, grandes y chicos, acudid unos tras otros y sellad el rostro de Sancho con veinte y cuatro mamonas, y doce pellizcos y seis alfilerazos en brazos y lomos, que en esta ceremonia consiste la salud de Altisidora!.

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