Ejemplos con catequista

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Está casado con la catequista Roxana Varas, con quien tiene cinco hijos: Edmundo, Cristóbal, Sebastián, María de los Ángeles e Ignacio.
, siendo miembro de la ACJM y de la Unión Popular Catequista, distribuidor del periódico GLADIUM y uno de los defensores del Santuario de Guadalupe, por lo cual fue perseguido, encarcelado y obstaculizados sus estudios por el Gobierno del estado.
La celebraciones del Corpus Christi se iniciaron con un sentido litúrgico catequista en diversos lugares de la América Colonial.
La danza de la Montezuma Española contiene en su texto literario alabanzas a Dios por parte de los indios y de los españoles, muestra clara de total intención religiosa o catequista de la misma.
Él mismo pidió ingresar a la Compañía de Jesús al padre Solbi, quien lo aceptó previamente como catequista.
Fundó la Escuela Catequista Diocesana de San Pío X y el Premio Alfonso Ródenas para maestros.
Catequista: porque con el canto se favorece la transmisión de la doctrina cristiana y el aprendizaje y memorización de la misma.
Frecuentó el oratorio del colegio salesiano de Pozoblanco, del que fue catequista.
Posteriormente adelanta sus estudios de teología en la Universidad Católica de Santiago, mientras es catequista en Gratitud Nacional.
Su experiencia como maestro se ve reflejada en el corazón de cada Catequista, que con cariño y dedicación comunican la buena nueva al futuro de la colonia, sus niños.
Pero ella ¿sabes lo que ha dicho? Que mañana no podrá ser, porque el Padre catequista, que está en Tolosa, vendrá en todo el día de mañana, y con el dichoso clérigo aquí no puede haber fuga sin escándalo.
Insistente en sus manejos de catequista, dijo a Ibero que su amigo Muñiz había llegado a Bayona, haciendo el viaje de Madrid a la frontera disfrazado de cura.
Hecha esta declaración aconsejó a Binondo que pues sentía en sí fervor de catequista, fuese él solo a enseñar el Evangelio a los otaitanos.
Ayudaban al buen consejero en esta obra catequista dos amigos y compañeros de Ansúrez: el uno, Cabo de mar, llamado José Binondo, el otro Cabo de cañón, por nombre Desiderio García.
Tan encendida estaba mi mente con mi cercano triunfo de enamorado y de catequista, que salí de la casa y me lancé al enredo de las calles morunas, para derramar en ellas mi alegría, mi ilusión, mi éxtasis.
Mas a las primeras insinuaciones vio el que se las había con un cristiano inexpugnable, y que su sermón catequista era como echar jarros de agua en los arenales del desierto.
Para esto le servía su costumbre de observar y estudiar a los hombres, en tantos años de predicador, confesor y catequista.
Le emocionó un poco, pero, sin embargo, supo contenerse, aunque continuaba atribuyendo al fervor religioso el deseo catequista.
Mas a las primeras insinuaciones vio el levita que se las había con un cristiano inexpugnable, y que su sermón catequista era como echar jarros de agua en los arenales del desierto.
Cuando llegué a los extremos de la necesidad me dejé llevar por dos amigos, uno cantonal y otro carcunda, a las conferencias religiosas que en cierta calle próxima a San Sulpicio daba una Sociedad Catequista.
Ayudaban al buen consejero en esta obra catequista dos amigos y compañeros de Ansúrez: el uno, Cabo de mar, llamado José Binondo, el otro Cabo de cañón, por nombre Desiderio García.
Tan encendida estaba mi mente con mi cercano triunfo de enamorado y de catequista, que salí de la casa y me lancé al enredo de las calles morunas, para derramar en ellas mi alegría, mi ilusión, mi éxtasis.

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