Ejemplos con castidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En la leyenda de Sir Gawain y el Caballero Verde, el pentagrama estaba inscripto en oro en su escudo simbolizando las cinco virtudes de los Caballeros: generosidad, cortesía, castidad, piedad y caballerosidad ,.
Sin embargo, los católicos heterosexuales tienen la opción de expresar su castidad a través del amor en el matrimonio y los homosexuales pueden tener relaciones románticas unos con los otros, con tal de que sean célibes.
La Iglesia llama a la castidad universal para todas las personas de acuerdo con su estado en la vida.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad.
En él se dirige a los Institutos Religiosos, los de vida Apostólica y los Seculares, para tratar de la disciplina de los Institutos cuyos miembros profesan castidad, pobreza y obediencia, y proveer a las necesidades de los mismos en conformidad con las exigencias de nuestro tiempo, y establece que sean revisados y adaptados convenientemente a los documentos de este Sagrado Concilio las constituciones, los directorios, los libros de costumbres, de preces y de ceremonias y demás libros de esta clase, suprimiendo en ellos aquellas prescripciones que resulten anticuadas, estableciendo, entre otras cosas, que en aquello que toca al interés común del Instituto, los Superiores consulten y oigan, de manera conveniente, a los súbditos, así como que gobiernen a sus súbditos como a hijos de Dios y con respeto a la persona humana.
Las cosas se pusieron más complicadas cuando Molotov decidió usar un cinturón de castidad, lo que frustro a Brock y lo desabilito para actuar acorde a su atracción sexual hacia su nemesis.
Guerrero de la Iglesia, santo caballero que había pronunciado voto de castidad al entrar en la Orden, llevaba siempre mujeres en su galera.
Los segundones de la casa de Febrer, al mismo tiempo que recibían el agua del bautismo, llevaban cosida a sus pañales la cruz blanca de ocho puntas, símbolo de las ocho bienaventuranzas, y al ser hombres capitaneaban galeras de la Orden belicosa y acababan sus días como ricos comendadores de Malta, contando sus proezas a los hijos de sus sobrinas y haciéndose cuidar achaques y heridas por esclavas infieles que vivían con ellos, a pesar del voto de castidad.
San Pablo fué también el apóstol áspero de la castidad.
Más vale casarse que abrasarse, pero la castidad es madre de la fortaleza.
Haz tú que tantas culpas te sean perdonadas, compensando con severa castidad la cadena de pecados que tú mismo hubiste de forjar y remachar, y que llevas asida al tobillo y a las muñecas.
Con todo eso, Pereda no ha pasado la línea en materia en que tan fácil era resbalar, siguiendo las huellas de otros naturalistas, y como su franco y bien nacido ingenio no le lleva a pintar lo excepcional y monstruoso, sino a mirar con amplitud la vida, no insiste en el imperceptible punto mórbido, y logra conservar a la heroína la más arrogante y señoril castidad desde el principio hasta el fin de la obra.
Además, los melodas litúrgicos, enamorados congojosos de la castidad, hacen a menudo grandes gestos de conjuro para ahuyentar las visiones impuras.
Religioso silencio velaba en ella la castidad del aire dormido.
La castidad observada en los últimos tiempos a causa de sus dolorosas preocupaciones le atormentó ahora como un suplicio.
Ya no tenía una mujer a su lado como prolongación inevitable, vivía entre hombres Y apreció la castidad como un placer que se le ofrecía con todos los encantos de lo nuevo.
Y la iracunda castidad del cocinero seguía lanzando contra las mujeres injurias y maldiciones iguales a las de los primeros padres de la Iglesia.
¿No los expulsaría, indignado? Pues esto deseaba él para los enemigos de la vida, para los que maldecían como pecados las más gratas dulzuras de la existencia, para los que adoraban la castidad antipática de la virgen sobre la soberana fecundidad de la madre, y ensalzaban la pereza contemplativa, considerando el trabajo como un castigo, y hacían la apología de la vagancia y la miseria convirtiéndolas en el estado perfecto, y tenían el hambre como signo de santidad y apartaban a las gentes de las felicidades positivas de la tierra, haciéndolas dirigir las miradas a un cielo mentido, y anatematizaban el amor carnal como obra del demonio.
Tal vez en este aislamiento huraño, , les ocurría lo que a ciertos escritores de la Iglesia que, atenaceados por la castidad, describían placeres inauditos, aberraciones monstruosas que nunca habían existido, abriendo con esto nuevos horizontes a la desmoralización.
¡Qué asco! Toda la castidad de doña Cristina, su horror a la carne vil, se revolvió al contacto de aquel papel.
Viviría más segura en su castidad: se sentiría más fuerte, pudiendo echar algo en cara a aquel hombre que parecía dominarla con su silencio.
Lo demás, castidad, celibato y otras zarandajas, lo inventaron ustedes para distinguirse del común de las gentes.
Esto es lo que acababa con la paciencia de don Antolín: la injuriosa suposición sobre él y la sobrina, que turbaba su castidad de avaro.
Por los ribazos laterales, con un brazo en la cesta y el otro balanceante, pasaban los interminables cordones de cigarreras é hilanderas de seda, toda la virginidad de la huerta, que iban a trabajar en las fábricas, dejando con el revoloteo de sus faldas una estela de castidad ruda y áspera.
Sonó una bofetada y la voz de Visanteta gritando a todo pulmón: ¡! , repitiendo la frase un sinnúmero de veces con la furia de una virtud salvaje que quiere enterar a todo el mundo de su ruda castidad.
Acogíala con un gesto de rústico desprecio, un fruncimiento de labios desdeñoso: algo que mostrase la indignación de una castidad hasta la rudeza, la insolencia de una virtud salvaje.
La belleza femenina no le conmovía o le conmovía muy poco, razón por la cual su castidad carecía de mérito.
De tal modo se sutilizaron los sentimientos del joven Rubín con aquel extraordinario amor, que este le inspiraba no sólo las buenas acciones, el entusiasmo y la abnegación, sino también la delicadeza llevada hasta la castidad.
Por maravilla se hallará entre tantos uno que crea derechamente en la sagrada ley cristiana: todo su intento es acuñar y guardar dinero acuñado, y para conseguirle trabajan y no comen: en entrando el real en su poder, como no sea sencillo le condenan a cárcel perpetua y a escuridad eterna: de modo que ganando siempre, y gastando nunca, llegan y amontonan la mayor cantidad de dinero que hay en España: ellos son su hucha, su polilla, sus picazas y sus comadrejas: todo lo allegan, todo lo esconden y todo lo tragan: considérese que ellos son muchos y que cada dia ganan y esconden poco o mucho, y que una calentura lenta acaba la vida como la de un tabardillo, y como van creciendo se van aumentando los escondedores, que crecen y han de crecer en infinito, como la esperiencia lo muestra: entre ellos no hay castidad ni entran en religion ellos ni ellas: todos se casan, todos multiplican, porque el vivir sobriamente aumenta las causas de la generacion, no los consume la guerra, ni ejercicio que demasiadamente los trabaje, róbannos a pié quedo, y con los frutos de nuestras heredades que nos revenden se hacen ricos, no tienen criados, porque todos lo son de sí mismos, no gastan con sus hijos en los estudios, porque su ciencia no es otra que la del robarnos: de los doce hijos de Jacob que he oido decir que entraron en Egipto, cuando los sacó Moysen de aquel cautiverio, salieron seiscientos mil varones sin niños y mujeres: de aquí se podrá inferir lo que multiplicarán las destos, que sin comparacion son en mayor número.
Tomóle en esto a Camila un fuerte desmayo, y, arrojándose encima de una cama que allí estaba, comenzó Leonela a llorar muy amargamente y a decir: ¡Ay, desdichada de mí si fuese tan sin ventura que se me muriese aquí entre mis brazos la flor de la honestidad del mundo, la corona de las buenas mujeres, el ejemplo de la castidad.

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