Ejemplos con casquijo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las bóvedas se realizan a partir de un entramado de troncos de mediano calibre, con mucho casquijo y argamasa, ésta es muy característica por su dureza, color rosáceo y composición a base de cal, arena y yeso.
Por el agrio talud de la ribera ascendían lentos carros cargados de arena y casquijo, y cruzaban después el puente, bañado en sudor el tiro, muy despacio, sonando a largos intervalos las campanillas.
Y atravesando el arroyo, pasaron a la acera de enfrente, a la del Principal, donde estaban los vendedores del casquijo, ¡Vaya un estrépito de mil diablos! Bien se conocía la proximidad de las escalerillas de San Juan, con sus lóbregas cuevas, abrigo de los ruidosos hojalateros.
Doña Manuela también rió un poco, siguiendo con la vista la ruidosa persecución que se alejaba, y entró después en el mercado de casquijo, buscando las golosinas silvestres que la gente rumia con fruición en Navidad, olvidándolas durante el resto del año.
Las nueces lanzaban en sus sacos un alegre cloc-cloc cada vez que la mano del comprador las removía para apreciar su calidad, y un poco más adentro, como un tesoro difícil de guardar, estaba en pequeños sacos la aristocracia del casquijo, las bellotas dulzonas, atrayendo las miradas de los golosos.
Y arrojó al agua la red a la salud del recién nacido, y dijo: ¡Oh Dios mío, haz que su vida sea fácil y no difícil, abundante y no insuficiente! Y tras de haber esperado un momento, sacó la red y la encontró llena de basura, de arena, de casquijo y de hierbas marinas, ¡pero no vió absolutamente ni la huella de un pez grande o pequeño! Entonces se asombró y se le entristeció el alma, y dijo: ¿Habrá creado Alah a ese recién nacido para no adjudicarle ninguna hacienda ni ninguna provisión? ¡Eso no puede ser, no podrá ser nunca! ¡Porque Quien ha formado las mandíbulas del hombre y le ha trazado dos labios en la boca, no lo hizo en vano, y ha cargado con la responsabilidad de subvenir a sus necesidades, porque es el Previsor, el Generoso.
Y ella me contestaba siempre: ¡Alah-Karim! ¡Alah-Karim! ¡Su generosidad es ilimitada! No te desesperes, ¡oh padre de tus hijos! ¿Y es ésta toda la generosidad de Alah? ¿Será ese burro muerto la hacienda destinada al pobre recién nacido, o lo será el casquijo y la arena recogidos?.

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