Ejemplos con cartilla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al margen de una biografía adecuada, fecha de nacimiento y muerte, dónde se formó, con quién lo hizo y otros datos de su formación como maestro boticario, queda por conocer si realmente escribió y publicó el libro que promete en su prólogo si recibieses con agrado esta Cartilla, ofrezcote en agradecimiento otro tratado acerca de elecciones y preparaciones, que tengo empezado, y continuaré si Dios me diere vida.
Por otros datos recogidos en su Cartilla sabemos que tenía botica en la calle Zapatería de Pamplona.
La cartilla es un ejemplo más de un estilo de enseñanza de la farmacia del siglo XVIII y del siglo XVII.
En el caso del texto de Viñaburu, su Cartilla pharmaceutica, chimico-galenica está realizada en estilo que él mismo llama dialogético.
El alumno debía aprender todo, y las preguntas que aparecen recogidas en la cartilla, son las que debía responder al Protomédico a la hora de hacer el examen de boticarios.
Desde esta página, se continúa la Cartilla intentando el autor introducir algunos conceptos químicos modernos, sin conseguirlo del todo, pues, probablemente desconocía muchos de los nuevos contenidos de la materia que ya autores españoles como Félix Palacios habían explicado ya sobre las teorías de Lemeri y otros adelantados de su época.
La cartilla analiza uno por uno los diez cánones de Mesué.
Tras una breve introducción, de tres páginas, comienza de nuevo el método de la cartilla, de preguntas y respuestas.
Es en este contexto cabe situar la Cartilla Foral.
Hay autores que asocian la aparición del silabario moderno, y la consecuente desaparición de su antecesora la cartilla, con el proceso de la secularización de la enseñanza.
Pese a las excepciones que quebraban el privilegio, el monopolio de la cartilla vallisoletana permitía a sus editores exigir precios abultados, acusados de abusivos.
Antes circuló legalmente otro impreso que contravenía el privilegio de vallisoletano: la Cartilla o Silabario para uso de las Reales Escuelas del sitio de San Ildefonso, de la comitiva de S.
Así se puede ver en la Cartilla pharmaceutica, chimico-galenica de Pedro de Viñaburu.
Francisco Brihuega fue un boticario español del siglo XVIII a quien se considera el más ilustrado de la época post-galenista de entre los autores de una cartilla farmacéutica.
La cartilla en que Papitos aprendía a leer estaba también allí, con las hojas sucias y reviradas.
Bonito genio tengo yo para estas cosas ¡Ah! ¡Pues si esa hiciera caso de mí, y se dejara llevar! Lo que es ahora, yo le aseguro que sus dos o tres mil duros de pensión no se los quitaba nadie Lo primerito que yo haría era plantarme en casa de doña Bárbara y leerle la cartilla bien leída Y lo haré, lo haré, aunque esa simple no me autorice.
Su ama le leyó la cartilla el primer día, diciéndole: Mira, si algún sujeto que tú no conoces, por ejemplo, un señorito flaco, de mal color, así un poco alborotado, te pregunta en la calle si vivo yo aquí, dices que no.
Un día le leyó la cartilla en estos términos: Puedes salir, no eres una chiquilla y ya sabes lo que haces.
El primer día le leyó la cartilla, que era muy breve: Mira, yo te dejo en absoluta libertad.
En esto pasas el tiempo ¿No te da vergüenza de andar con la ropa llena de agujeros, y en vez de ponerte a coser te da por atusarte las crines? ¡Presumida, sinvergüenza! ¿Y la cartilla? Ni siquiera la habrás mirado Ya, ya te daré yo pelitos.
¿Quieres que te tome la lección? dijo Rubín cogiendo la cartilla.

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