Ejemplos con carnicero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta obra sólo duró unas cuantas semanas debido al comentario de Frank Rich, mejor conocido como El Carnicero De Broadway.
San Lorenzo carece de Montañas, pero si posee cerros a mediana altura, con Vegetación permanenten entre ellos, Cerro la Castaña, Peñoncito, El Tanque, Agua Tibia, Peñón, Las Labas, Peña del Carnicero, Avilés, La Bandera, El Peñal del Comercio, Rincón de Arenales y la Maroma: de este último se obtuvo todo el material para la construcción del muelle y la carretera del Puerto Henecan, además importancia histórica, pues la tradición relata que era una zona encantada.
Pero la muchacha no sólo despierta el interés del pintor, sino también de Pieter, un joven carnicero, con el que comienza a mantener un noviazgo y que está dispuesto a casarse con ella, y de van Ruijven, el mecenas de Vermeer, que se siente frustado porque a pesar de su fortuna el pintor se niega a pintarlo junto a Griet.
Vermeer ha muerto y como parte de su último deseo, recibe los dos colgantes de perlas, que más tarde empeña, saldando así la deuda entre el carnicero y los Vermeer.
En esos momentos, empieza un romance con Pieter, el hijo del carnicero.
cortes en las cejas, un cuchillo carnicero acá, y un cuchillazo acá.
La misión El fin del carnicero está basada en la película Doce del patíbulo: Siguiente misión.
Trata de una muchacha que imagina que su hijo, fruto de su relación con un carnicero, es de un músico del que está enamorada.
Sander era un carnicero muy pobre y no pudo pagar mucho.
Por ejemplo podían ser Monteros del Rey un hombre que labrara el campo, pero no un carnicero o un zapatero.
Estaba casado con Madeleine Elisa Berrurier, hija de un carnicero parisino.
¡Qué contraste Escobar y Serapio! El carnicero, tan rollizo y colorado que parecía una res desollada, era la incorporación más corpórea del cuerpo humano en lo que tiene de más material.
Pero lo extraño, lo paradójico, es que se murió en casa de un carnicero, llamado Serapio, que le había recogido por caridad.
¡Adiós cenas opíparas con mariscos y vino de Rueda en el café de la Marina! ¡Adiós caza de la liebre con Fermo el carnicero y Marcelino el tallista! ¡Adiós noches seductoras de tresillo! ¡Tardes de paz y de dicha en el lagar de Sebastián de la Puente, adiós! La inflexible señora depositaba en sus manos cada domingo tres pesetas, ni más ni menos.
Habló de los egoístas y los miedosos y los críticos que siempre le salen al encuentro a toda obra cuando esta se halla en los sudores de la creación, y dijo: ¿Pero qué le hemos de hacer? ¡Sin los gusanos que fabrican la tierra no podrían hacerse palacios suntuosos! En la verdad hay que entrar con la camisa al codo como entra en la res el carnicero.
Al fin recordó que era nieto del tío , el pastor ciego a quien respetaba toda la huerta, un buen muchacho, que servía de criado al carnicero de Alboraya, cuyo rebaño cuidaba el anciano.
Era Tonet, el nieto del tío , el pastor: un buen muchacho, que servía de criado al carnicero de Alboraya, y de quien se burlaban las hilanderas al encontrarle en el camino, complaciéndose en ver cómo enrojecía, volviendo la cara, a la menor palabra.
En la plaza de Alboraya, al entrar y al salir de la iglesia, Roseta, levantando apenas sus ojos, escudriñó la puerta del carnicero, donde la gente se agolpaba en torno a la mesa de venta.
El panzudo carnicero bramaba de coraje con el repentino cambio de su criado, antes tan diligente y ahora siempre inventando pretextos para pasar horas y más horas en la huerta, especialmente al anochecer.
El carnicero de Alboraya bufó de coraje contra su criado.
Total: que el carnicero despidió al muchacho, y su abuelo le buscó colocación en Valencia en casa de otro cortante, rogando que no le concediesen libertad ni aun en días de fiesta, para que no volviera a esperar en el camino a la hija de Batiste.
Hacía muchos años, muchosen los tiempos que el tío , un anciano casi ciego que guardaba el pobre rebaño de un carnicero de Alboraya, iba por el mundo, en la partida del , disparando trabucazos contra los franceses, estas tierras fueron de los religiosos de San Miguel de los Reyes, unos buenos señores, gordos, lustrosos, dicharacheros, que no mostraban gran prisa en el cobro de los arrendamientos, dándose por satisfechos con que por la tarde, al pasar por la barraca, les recibiera la abuela, que era entonces una real moza, obsequiándolos con hondas jícaras de chocolate y las primicias de los frutales.
——Yo, por ejemplo, no le pagaría al maestro de coches: el maestro de coches tomaría un palco en la Zarzuela y lo dejaría a deber: la empresa de la Zarzuela ajustaría cantantes y no les daría un maravedí: los cantantes comerían en la fonda, y dirían : el fondista haría lo mismo con el carnicero, el pescadero, el cazador y el hortelano: el hortelano tomaría fiado en la tahona: el tahonero debería el trigo al labrador: el labrador no llevaría la renta al propietario: el propietario no pagaría las contribuciones, y el Gobierno le debería a todo el mundo!—Y, a propósito del Gobierno: de esta manera, no habiendo oro, plata, cobre, billetes de banco ni papel del Estado, resultaría que todos los ministros serían sumamente morales, a no ser que se dedicaran a robar cuadros y alhajas, cosa que ni siquiera puede imaginarse, sobre todo en nuestra hidalga nación.
Tan distraída estaba, que el carnicero le preguntó tres veces lo que quería sin obtener respuesta.
El carbonero echó diez reales, Juana, nuestra insigne cocinera, veinte, el carnicero quince A ver, a ver: Pepa la pincha cinco reales, y su hermana otros cinco.
Mucho ojo con este carnicero, que es más ladrón que Judas.
—¡Y, si no, mírame cara a cara, con tu antigua valentía de leon inocente y noble, no con la torva ferocidad de tigre carnicero.

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