Ejemplos con caridad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hacemos voto de pobreza, es decir, nos libertamos, ya para siempre de la preocupación económica, y nos consagramos a la contemplación, a la predicación, a la caridad, ora pasiva, ora activa, mendigando y dando ocasión a los demás para que se muestren caritativos, como hace la Orden franciscana, o bien socorriendo y mostrándonos nosotros mismos caritativos, al estudio, a la enseñanza, a la misión apostólica y conversión de gentiles, a un sinfín de obras largas y duras, egoístas y a la par desinteresadas, que nos absorben de la mañana a la noche, gracias a que estamos seguros de que tenemos siempre una cama, aunque dura, so un techo, y la mesa, aunque sobria, aparejada a hora fija.
Este frenesí ya se le pasó, gracias a la caridad de ustedes.
Pero lo extraño, lo paradójico, es que se murió en casa de un carnicero, llamado Serapio, que le había recogido por caridad.
¿Qué le voy a hacer yo? Soy un hombre infinitamente superior a todos los que viven de caridad en esta santa casa, a todos, no dejo afuera a ninguno.
Era una caridad, una limosna que harías a la pobre Angustias.
Fe, esperanza y caridad, esto es, amor gracioso y no debido.
En vosotros, la fe religiosa de los santos, la esperanza invicta de los creyentes, la caridad perfecta de Cristo, triunfa sobre los príncipes del mundo.
Ya desde aquellos primeros años de seminario me he atrevido a pensar que la Iglesia cristiana, en el curso de los siglos, fué mudando de condición, de potencia espiritual y apostolado de caridad social, se trocó en potencia política.
Sentía que su hija no había estado antes en el convento, que le habían querido engañar, por caridad.
Despierta o, desde luego, te auguro que terminaréis, Belarmino y tú, en un asilo de caridad.
¡Tengan caridad para su padre! ¡Caridad y respeto! ¡Caridad y respeto!.
¡Pedía un bien de caridad para abrir una cueva!.
Pudiera suceder que las olas tuviesen más caridad que algunos corazones, y esta noche nos arrojasen alguna cosa, remedio de nuestra pobreza.
Dios Nuestro Señor a los pobres nos manda tener paciencia para pedir la limosna, y a los ricos les manda tener caridad, y el rico que parte su pan trigo con el pobre, tiene el Cielo más ganado que el pobre que lo recibe y no lo agradece.
Es una obra de caridad que acuda a llevarle un consuelo.
¡Era la madre de los pobres! ¡Nunca hubo puerta de más caridad! ¡Dios nuestro Señor la llamó para sí y la tiene en el Cielo al lado de la Virgen Santísima! ¡Era la madre de los pobres!.
¡Era Doña María la madre de los pobres! ¡Nunca hubo puerta de más caridad! ¡Dios Nuestro Señor la llamó para sí y la tiene en el Cielo, al lado de la Virgen Santísima! ¡Era la madre de los pobres!.
Yo también hago pensamiento de llegarme por aquellas puertas, que siempre fueron de mucha caridad.
Eso podría ser para los tramposos, para los que no han pagado nunca, pero él, que siempre había cumplido, que nació allí mismo, que sólo debía un año de arrendamiento ¡quiá! ¡Ni que viviera uno entre salvajes, sin caridad ni religión!.
La abnegación y la caridad, las grandes virtudes del cristiano, fuente de alegría en todas partes, en Villaverde, aunque espontáneas, tienen algo que en ocasiones causa disgusto y repugnancia.
¡Y tuvo razón, sí, señor, mucha razón! ¿Verdad que eso no es caridad? ¿Qué es eso? No, señor, si esa familia es pobre y necesita del auxilio de la Conferencia, pues darlo, si es posible, si lo hay, o negarlo si no alcanzan para ello los recursos, pero ¿a qué tales averiguaciones? La señora no cedía, y entonces la señorita no pudo más, y exclamó con mucha gracia: En cuanto a eso de los novios, señora, piense usted que esas pobres muchachas no se han de quedar para vestir santos, y recordemos que asunto es eso en el cual nada tienen que hacer las Conferencias.
Mira, Rorró: yo creo que Angelina ha de parar en hermana de la Caridad.
Un día que hablábamos de eso salió diciéndome: Sí, señora, ¿por qué no? Y es muy capaz de ser un modelo de hermanas de la Caridad, lo mismo para enseñar a los niños, que para cuidar a los enfermos.
Observad a todos aquéllos que vivieron una niñez miserable, en cuyo hogar faltó muchas veces el pan, que no tuvieron ropas para cubrir el demacrado cuerpo, que imploraron avergonzados la caridad pública, y no como el mendigo, con serena franqueza, sino ocultando la demanda en una frase lisonjera, que pasaron, poco a poco, de la timidez bochornosa a la súplica sonriente, de la petición insinuante a la explotación vergonzosa, y de allí a la tolerancia interesada, y veréis cómo, aunque estén en la opulencia, aunque la sociedad los mime y la fortuna los haya indemnizado de cuanto en un tiempo les negó, aun tienen en lo más escondido del corazón el vinagre y la hiel de la miseria.
¡Buena compañía! Esta noche nos darán Fe, Esperanza, y Caridad.
Por grandes que sean sus faltas, la caridad nos prohibe hablar de ellas y darles publicidad.
Cuando estuve aquí la otra vez, en todas partes oía ponderar su bondad, su caridad, sus virtudes.
Inocencio acaba de dar una prueba de su gran modestia y caridad cristiana, negándose a apabullarte, como podía hacerlo, si hubiese querido.

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