Ejemplos con capitalistas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los señoríos se convierten en explotaciones capitalistas.
Después de más de tres años de huelga estos trabajadores consiguieron que los capitalistas les entregaran la mitad de su fábrica como pago de los salarios caídos y prestaciones.
A través de esta posición se han conseguido explicar desigualdades de status, riqueza y poder en las sociedades capitalistas industriales contemporáneas, definiendo los comportamientos humanos como características naturales de dichas sociedades.
Estos programas se han diseñado para garantizar la alimentación, la educación, la atención médica y ropa para las personas de fuera de las relaciones capitalistas tradicionales, así como los programas sociales estatales.
Un plan de negocio razonable, que justifique las expectativas de éxito de la empresa, es fundamental para conseguir financiación y socios capitalistas.
A partir de entonces, una política de coexistencia pacífica comenzó a surgir, con diplomáticos soviéticos que intentan terminar el aislamiento del país, y concluyen arreglos bilaterales con gobiernos 'capitalistas'.
Gráficamente, implicaría que ese camino del subdesarrollo al desarrollo se da por medio de los modelos capitalistas de los países del Primer Mundo.
Sumar los valores pagados a los empleados, capitalistas, trabajadores, entre otros.
Los reyes de los pueblos, soberbios como semidioses sobre sus caballos de guerra, cubiertos de plumas y bordados y llevando tras ellos grandes ejércitos, tenían que mendigar en sus apuros a los capitalistas ocultos en sus escritorios.
Detrás de los imperios victoriosos estaban ocultos los verdaderos amos, los que cambiaban la faz de la tierra, venciendo a la naturaleza para arrancarla sus tesoros, la gran república de los capitalistas, silenciosa, humilde en apariencia, y sin embargo, dueña de la suerte del mundo.
Con los otros capitalistas de la poblaciónmuchos de ellos compañeros de la juventud, que habían marchado juntos con él en la primera etapa por el camino de la fortunase comunicaba telefónicamente tuteándose, pero en estilo conciso y seco, como si la riqueza hubiese secado los antiguos afectos.
En el ensanche, erguía sus torres de un gótico ridículo la iglesia de los jesuítas, con su residencia anexa, y en torno de ella se alineaban con rigidez geométrica, los hoteles y caserones de los nuevos capitalistas, enriquecidos fabulosamente por las minas de la noche a la mañana.
A esto hay que preguntar: si la ociosidad es un vicio en los pobres, ¿por qué aparece entre los ricos como un signo de distinción y hasta de elevación de espíritu? Si el trabajo es la mayor de las virtudes, ¿por qué se afanan los capitalistas en amontonar riquezas para librarse ellos y librar a sus descendientes de la práctica de tal virtud? ¿Por qué esa sociedad que ensalza el trabajo con los más poéticos conceptos relega al trabajador a la última fila? ¿Por qué acoge con más entusiasmo a cualquier soldado que estuvo en la batalla tal o cual, que al viejo obrero que ha pasado sesenta años practicando el trabajo, sin que nadie se fije en él ni le agradezca tanta virtuosidad?.
Son como los grandes capitalistas, que, ocupados en enormes concepciones de explotación, dejan por descuido y desprecio que existan en torno de ellos industrias modestas.
Esta moral, inventada por los grandes capitalistas, abusa de la ciencia, afirmando que los cuerpos sólo viven sanos dedicándose al trabajo y que la inacción es mortal, pero se callan lo que la ciencia añade, o sea que el trabajo excesivo destruye a los hombres con una rapidez infinitamente mayor que si viviesen en holganza.

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