Ejemplos con cantárida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Desde un primer momento las sospechas sobre el contenido de las bolas recayó en la Cantárida, muy difundida en aquella época y conocida en Francia como caramelos Richelieu.
La cantárida es una sustancia vesicante utilizada en aquella época como afrodisíaco.
Otra versión de la historia, en la que los hechos no son tan atroces y sí más probables, es que este joven estuviera en algunos lugares de mala nota, que les diera a las muchachas pastillas con cantárida que las incomodaran mucho y que una de ellas, que había tomado más que las otras, estuviera a punto de morir.
Gonzalo se incorporó, y desabrochando la camisa expuso al aire su pecho de hércules de circo, a cuyo costado derecho estaba adherida una cantárida.
El artículo de fondo era una cantárida, como que lo había escrito sin encomendarse a Dios ni al diablo un muchacho fogoso, colegialito de San Carlos.
No le dispongo nada nuevo, porque todo sería inútil, incluso la mortificación de una cantárida.
A la fecha del relato, Cornias, sin dejar de ser ''plaza de a bordo'', continuaba siendo obrero de la botica y sus accesorias, y lo mismo empuñaba la maza del mortero para moler cantárida, con la boca y las narices tapadas con un pañuelo, o a cara descubierta crémor o mostaza, y el mango de la azadilla para ''arropar'' la belladona, el estramonio y la cicuta que cultivaba el boticario en su huerto, que envergaba la mayor o encapillaba un obenque.
Pero hete aquí que vuelve a ponerle una cantárida el alcalde del pueblo, una aldehuela que se ve a lo lejos, el cual alcalde gasta sotana, corbata blanca y sombrero de totorga.
¿Cuál fue la verdadera historia de Josefina Pacheco a quien llamaban «la Cantárida»? No es fácil saberlo, la leyenda y la verdad se mezclan tanto en los parajes de montaña, que no hay mina abandonada que no esté guardada por un león, ni vertiente que no tenga su historia, ni mujer misteriosamente muerta a cuyo nombre no se haya asociado el más tenebroso drama.
Con él hablo a menudo y varias veces he inclinado la conversación en torno de la Cantárida.
En la casa del lado al curato, vivía una señora que decían todos era ni más ni menos que la hija de Josefina Pacheco la Cantárida.
Tal vez recordaba el buen viejo la historia romántica de la Cantárida y veía en la hija, cercana ya al crepúsculo de la vida, algo de ese ardor en la mirada y de esa seducción en la voz, que debieron ser la causa de las desgracias y penas de familia de su remoto antecesor.
Más tarde, en la puerta de un veinticuatro o regidor del ayuntamiento plantaron esta cantárida:.
Al cartulario le ardió como cantárida eso de, sin comerlo ni beberlo, oírse llamar, no como quiera simplemente canalla, sino pedazo de canalla, que es el colmo del vejamen, y contestó:.
Tres meses después, en la Pascua de Diciembre, la viuda del marqués de Mozobamba del Pozo casó a una de sus hijas,habiendo repartido entre sus invitados la siguiente esquelita, que parece un sinapismo cargado de cantárida aplicado a la virreina.

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