Ejemplos con canonjía

De familia distinguida, estudió en la Universidad de Palencia y fue ordenado sacerdote, gracias a la protección de su tío, obispo de Astorga, se le otorgó una canonjía y una bula especial permitió que fuera nombrado deán sin tener la edad requerida.

Sobre este terreno se construyó la catedral, el claustro y un nuevo barrio, La Claustra o Canonjía, aislado del resto de la ciudad por tres puertas que se cerraban de noche.

Prebendado y párroco en varias iglesias, alcanzó por oposición una canonjía en la catedral de Sigüenza.

Ganó por oposición la canonjía doctoral de Canarias, donde ejerció igualmente de gobernador eclesiástico y abogado del Cabildo Insular.

Nada se sabe de su origen familiar, salvo que tuvo al menos dos hermanos: Miguel Gómez de Miedes, doctor en ambos derechos, y Miguel Tomás Gómez de Miedes, que le sustituyó en la canonjía de Valencia tras su muerte.

Fue destinado a la Canonjía Penitenciaria de la Iglesia de Coria, y luego fue Canónigo Doctoral en Málaga.

Elevado a una canonjía en la Catedral de Sevilla.

Una canonjía, digan lo que quieran, no es gran cosa.

Por de pronto, para quitarte el amargor de la cárcel, te tendrán dispuesta una canonjía.

Con el ajetreo que traía aquellos días, en los cuales hizo dos visitas a doña Lupe, celebró muchas conferencias con Juan Pablo y otra muy sustanciosa con Nicolás Rubín, que andaba desalado detrás de una canonjía, tuvo el buen señor una recaída en su enfermedad.

Fue a verle una tarde Villalonga, y lo primero que le dijo Feijoo, mientras se dejaba abrazar por él, fue esto: Pero, hombre, ¿será usted tan malo que no le dé la canonjía a mi recomendado?.

¡Canonjía! Para mí la quisiera yo.

Cerrado el inciso, y otra vez al tema: ¡Vaya con lo que me ha dicho esta mañana Nicolás: que Feijoo es el primer caballero de Madrid y que le ha prometido una canonjía! Si se la dan, ya no me queda nada que ver.

¡Dar una canonjía a un clérigo joven, que entra en su casa a la una de la noche y pasa el tiempo charlando en el café con los curas de caballería que andan por ahí sueltos y sin licencias! Pero en fin, allá te la dé Dios, y si pescas el turrón, hijo, buen provecho, y escribe en llegando, y no parezcas más por aquí, egoistón, tragaldabas Pues digo, el otro, el Juanito Pablo, desde que tiene empleo no pone los pies en casa.

¡Cuánto me alegro!dijo Fortunata por decir algo, y miró a la calle al través de los cristales, temiendo que le leyeran en la cara los pensamientos que la canonjía de su cuñado le sugería.

-Conque, José Luis, eso de la canonjía ¿es verdad o bufonada?.

Él no podía hacer el cadete, si don Álvaro quería buscar el desquite de la derrota del columpio y le desafiaba en otra cualquier clase de ejercicio, él, con su manteo y su sotana, y su canonjía a cuestas, estaba muy expuesto a ponerse en ridículo.

¿Qué hacer? No cabía duda, ser prudente, coger el codiciado fruto, entrar en aquella canonjía, en casa del Magistral.

Vacó en cierta ocasión una canonjía, y un cura que se creía con antigüedad, títulos y ciencia y suficiencia para obtenerla, fuese al obispo y manifestole cortésmente y sin muchos rodeos su pretensión.

-Lo dicho, dicho, curita, pero no hay canonjía sin un taco enérgico.

¿Por qué no pretende usted, dentro de su estado religioso, una posición que le permita vivir con modesta holgura? Este amigo mío tiene mucho metimiento en ambos Cuerpos colegisladores y en todos los ministerios, y no le sería difícil, ayudándole yo con mis buenas relaciones, conseguir para usted una canonjía.

Pasquel en que una canonjía metropolitana es bocado suculento, y que de canónigo a obispo no hay más que una pulgada de camino, como diz que dice el abate ''Cucaracha'' de la Granja, a quien mis choznos verán mitrado.

Despidiose el avaro contentísimo por haber prestado un servicio al señor Loayza, y viendo en el porvenir, por vía de réditos, la canonjía magistral cuando menos.

El clérigo, que aspiraba a canonjía, contestó sin vacilar:.

En Sevilla, su patria, pasó los últimos dias de su vida, sirviendo una canonjía que habia obtenido en su iglesia catedral.

-Pastor Díaz me le tuvo entre ceja y ceja para una canonjía.

-Pues, señora mía, si su empeño hubiera sido por canonjía, de balde se la hubiera otorgado, pero dar cura de almas a un molondro.

Encaprichose ella, acudió a España, gastó largo, y en vez de curato consiguió para su ahijado una canonjía metropolitana.

Aunque nada me dice, yo le descubro la ambición de una canonjía de dignidad en la catedral de Sigüenza.

No será mala canonjía la que le darán a usted los Olózagas cuando venga la revolución.