Ejemplos con calmoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En su interior esconde ocho temas, ocho atmósferas de evasión, o lo que es lo mismo, casi una hora de calmoso post rock.
El periodista Julián Rielar describió a Ferreya como alto, delgado, morocho, de cabello ondulado, ojos inquietos y vivaces, de andar lento y hablar calmoso, espiritualmente, profundamente afectivo, con una reserva de romanticismo, de cuño auténticamente permanente, de esperanza constantemente despierta, apegado a la tierra en cuanto al trabajo puro, referido a la altura tocante a la creación verdadera.
¿Has estado en Valldemosa? Toni sabía ya su viaje, gracias a la facilidad con que circulan las más insignificantes noticias en el ambiente monótono y calmoso de una ciudad provinciana ávida de curiosidades.
Azorín, alto, inquieto, nervioso, vestido de negro, con un bastón que lleva diagonal, cogido cerca del puño a modo de tizona, Sarrió, bajo, gordo, pacífico, calmoso, con su chaleco abierto y su gran hongo de copa puntiaguda.
Tomó entonces la palabra don Francisco Bringas, otro de los asiduos a mi tienda, varón calmoso y sesudo, colocado recientemente por Zorrilla en una modesta plaza de Fomento.
Si por momentos resplandecía sobre algunas extravagancias, pronto se iba, difundiéndose en el aire calmoso.
Seis días duró el navegar calmoso, con placidez acompasada y rítmica, marcada por las vueltas de la hélice.
Interrogado por mí con vehemencia acerca de este punto, díjome calmoso, clavando en mí sus ojos penetrantes: Ellos están presos porque no tienen quien les ampare.
Pero el rostro del caballero sólo expresaba un dolor calmoso.
Su donaire burdo y soez hería a veces en lo vivo de las ridiculeces humanas: tenía un temperamento observador cargado de malicia: bajo su exterior calmoso y frío se adivinaba un espíritu sagaz y travieso que había carecido de medios para desenvolverse.
De edad avanzada, bastante obeso y siempre risueño, el inquisidor tenía siempre su palabra agradable para todo el mundo, y aunque no conocía más idioma que el español, podía decirse que hablaba todas las lenguas por la facilidad con que sabía encontrar la fórmula propia para expresarse con el sabio y el ignorante, con el calmoso y el vehemente.
Seis días duró el navegar calmoso, con placidez acompasada y rítmica, marcada por las vueltas de la hélice.
Si por momentos resplandecía sobre algunas extravagancias, pronto se iba, difundiéndose en el aire calmoso.
De edad avanzada, bastante obeso y siempre risueño, el inquisidor tenía siempre su palabra agradable para todo el mundo, y aunque no conocía más idioma que el español, podía decirse que hablaba todas las lenguas por la facilidad con que sabía encontrar la fórmula propia para expresarse con el sabio y el ignorante, con el calmoso y el vehemente.
Calmoso, extrajo paquetitos, estrechos y largos, cuidadosamente envueltos en papeles de seda.
Por un momento le pareció que Julito había alzado la cabeza y se apresuró a llamarle con la mano, pero no debió de verla, porque se volvió calmoso y tomó parte en la conversación.
Luego, calmoso, formuló el galeno, mientras se pasaba el pañuelo por la calva, reluciente de sudor:.
Es pequeño, delgado y calmoso.
Se levantó de la tarima brusco y asustado, pero una vez en pie se tranquilizó en seguida y se dirigió hacia la puerta con el paso calmoso y la actitud silenciosa que en otros tiempos le eran peculiares.
Su aspecto es tranquilo, su fisonomía inalterable, su espíritu impasible, su mirada pacífica, su hablar pausado, su tono calmoso, su paso muy grave y .
En vez de mantenerse calmoso, respondió un poco nerviosa-mente:.
Un monstruo calmoso, elástico, indescifrable, que lo sorprenderá a usted mismo con la violencia de sus impulsos, con las oblicuas satánicas que descubre en los recovecos de la vida y que le permiten discernir infamias desde todos los ángulos.
Interrogado por mí con vehemencia acerca de este punto, díjome calmoso, clavando en mí sus ojos penetrantes: «Ellos están presos porque no tienen quien les ampare.
Está tranquilo, sereno, espantosamente calmoso.
Como ya hemos dicho, Faria, aunque sin volver al use de su pie y de su mano, había vuelto completamente al de su inteligencia, enseñando poco a poco a su joven compañero, además de las nociones morales que hemos dicho, ese calmoso oficio de preso, que consiste en hacer algo de lo que no es nada en el fondo.
Sus pocos momentos de buen humor relativo los gastaba Emma en cultivar los resabios de sus pretéritas coqueterías, todavía pretendía parecer bien a los parientes a quienes un día desdeñara, un poco de romanticismo puramente fantástico, alambicado, enfermizo, era lo único que, en presencia de los Valcárcel, y sólo entonces, revelaba la existencia de un espíritu dentro de aquella flaca criatura pálida y arrugada: lo demás del tiempo, casi todo el día, parecía un animal rabiando, con el instinto de ir a morder siempre en el mismo sitio, en el ánimo apocado y calmoso del suave cónyuge.

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