Ejemplos con caletre

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si esa no es engendro de tu caletre enfermizo, quiero verla ahora mismo.
Su imagen revoloteaba dentro de mi caletre como un insecto alado que cambiara de luz y colores a cada instante.
Al fin, restablecida poquito a poco la normalidad en mi caletre, entré en convalecencia, fui tomando fuerzas, curé, y una tarde, cuando ya podía valerme y saborear la lectura y la conversación, hablé de este modo a mi buen camarada el isleño: Por mucho que yo viva y prospere, no podré pagarte lo que en esta ocasión, la más crítica de mi vida, has hecho por mí.
Y si esto creía el maestro, o si no creyéndolo lo afirmaba, de su caletre al nuestro lo transmitía por razones de puro arte político.
-Es usted un sabio, señor, y pocos habrá que en edad tan corta hayan reunido en su caletre tanta ciencia y tal caterva de conocimientos, de los que se sacan del alma fría de los libros.
Combatí en la partida de Quílez: yo era el ojo y el caletre de la partida, yo su pie derecho, por mi conocimiento del país y de las vueltas de montes, las distancias, alturas, atascos y torrenteras.
¿Quién demonios pudo haberle enseñado ideas y palabras tan opuestas al modo de ser de Leandra y a su natural decencia? Indudablemente, metido el mal en el caletre, y dañando y corrompiendo toda la parte sensible del , era de los que no dan tiempo al remedio, y el hombre, ¡ay!, se iba convenciendo de que tendría mujer para muy pocos días.
de Carrasco toda su dialéctica sensata para llevar al ánimo del chico la convicción de que para ser hombre de provecho y ocupar, andando los días, una buena posición facultativa u oficial, tendría que limpiarse el caletre de todo aquel polvillo poético, a fin de que entraran con el conveniente desahogo las graves matemáticas y todas las demás ciencias y artes juiciosas.
Ahí tienes la diferencia: el uno, como dice Centurión, es un cerebro fácilmente accesible a las paparruchas , el otro, como dice Milagro, es un caletre robusto, educado en lo que llaman el.
La idea de restituirse a la Mancha con toda la familia trastornó súbitamente el caletre de Doña Leandra, pero al mismo tiempo la idea de los dones ofrecidos por González Bravo determinaba en el propio cerebro una confusión tempestuosa, que habría terminado por estallido formidable si la señora, echándose mano a la testa, no la comprimiera como para sujetar los dos hemisferios que querían separarse y caer cada uno por su lado.
La política-verdad es que todos los que formamos la nación española damos al Gobierno cada año, por diferentes maneras, más de la mitad de lo que la tierra, nuestro trabajo y nuestro caletre producen.
Hombre más atareado no se vio jamás en nuestro país, y como tenía tantas cosas en el caletre, para no olvidar muchas de ellas se veía obligado a apuntárselas con lápiz en los puños de la camisa.
Pero es mujer de mucho caletre y que se sabe timonear.
Evaristo, la mano derecha en el aire, actuando a compás como un martillo, iba incrustando en el caletre de su alumna estas palabras:.
Observaron, no obstante, que en el caletre del joven se escondía un pensamiento relativo al paradero de su consorte, y temían que este pensamiento, aunque contenido en proporciones menudas por el renacimiento armónico de la vida cerebral, tuviera el mejor día fuerza expansiva bastante para volver a trastornar toda la máquina.
El interés con que doña Lupe esperaba noticias de la pájara mala y de si sacaba bien o mal el pollo, no podrá ser comprendido sin tener en cuenta las grandes ideas que en aquellos días despuntaban en el caletre de la insigne señora.
Y su caletre le sugirió la siguiente perogrullada:.
El bachiller se ofreció de escribir las cartas a Teresa de la respuesta, pero ella no quiso que el bachiller se metiese en sus cosas, que le tenía por algo burlón, y así, dio un bollo y dos huevos a un monacillo que sabía escribir, el cual le escribió dos cartas, una para su marido y otra para la duquesa, notadas de su mismo caletre, que no son las peores que en esta grande historia se ponen, como se verá adelante.
Y sepa que, aunque zafio y villano, todavía se me alcanza algo desto que llaman buen gobierno, así que, no se arrepienta de haber tomado mi consejo, sino suba en Rocinante, si puede, o si no yo le ayudaré, y sígame, que el caletre me dice que hemos menester ahora más los pies que las manos.
El daño está en que la dicha ínsula se entretiene, no sé dónde, y no en faltarme a mí el caletre para gobernarla.
Respondióle que un beneficiado de aquel pueblo, que tenía gentil caletre para semejantes invenciones.
Yo no lo digo por tanto, señora respondió Sancho, y si a vuesa merced le parece que la tal carta no va como ha de ir, no hay sino rasgarla y hacer otra nueva, y podría ser que fuese peor si me lo dejan a mi caletre.
Y ahora se verá si tengo yo caletre para gobernar todo un reino.
A los primeros fulgores del crepúsculo, alabó a Dios en una salutación fervorosa, y aunque no de su caletre, bien sentida en su corazón.
Está usted pensando con mi propio caletre y hablando con mi misma lengua.
Popularícese el Quijote, y, si es necesario, declárese de texto en las escuelas, pero no el que nos ofrezca, arreglado a su caletre, el cervantismo al uso.
A medida que Lucas se iba engolfando en sus explicaciones, el grupo que rodeaba a los jugadores fue agregándosele poco a poco, y en cuanto se acabó el juego que estaba pendiente, los jugadores mismos, a propuesta de Patricio, acudieron también a oír al Estudiante, el cual, según dijo el trapisondista en voz resonante y apasionada, tenía la gracia de Dios en la punta de la lengua, y en el caletre la sabiduría de los tiempos y el pan de los pobres.
A Gonzalo le hacía mucha gracia este resabio de su contrincante, y una noche, mientras se ahogaba el pobre hombre «meeroodeeando» a obscuras en el huero caletre media docena de palabras al acaso, acercose el otro con gran sosiego a Verónica, y, en el tono menos gangoso que pudo, le dijo al oído con mucha formalidad:.
De pronto te parecerá un lugar común de la manoseada sátira contra el matrimonio, porque algo así se ha dicho en esas rutinas desacreditadas, pero es cosecha de mi caletre, créelo.
El padre le dió una linda tragantona con el dote: encaxole todos quantos cachibaches tenia en casa, y si se quejaba, decía que hablaba adefesios, y que no se gobernase por su caletre, que se quedaría en pluribus, que era un maniaco, y aunque calló entónces, despues lloraba los quiries, y propuso de hablar papo á papo, porque otra vez no se le subiese á las barbas.

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