Ejemplos con calenturientos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Admiraba Calpena su gallardía, su varonil rostro, en que relampagueaban los grandes ojos calenturientos.
de Nomdedeu, señor médico del hospital, aquí, en Gerona, al pie del cañón, con la venda en una mano y el bisturí en la otra para cortar piernas, sacar balas, vendar llagas y recetar a calenturientos y apestados.
Estaba frenético, con apariencias de trastorno semejante a la embriaguez o al delirio de los calenturientos, y al hablar su lengua sin fuerza chasqueaba las palabras, entonándolas a medias, como un badajo roto que no acierta a herir de lleno la campana.
Esperó un rato entregado a meditaciones, o mejor dicho, a los delirios calenturientos de un idealismo desenfrenado.
Este nombre hizo estremecer al buen agustino, que fijó en mí sus ojos calenturientos, y más bien espantado que sorprendido dijo:.
No habiendo podido dormir en la noche, había pasado en calenturientos sueños parte del día, y me hallaba al despertar afectado de gran postración.
Querida amiga, segura estoy de que si entro en él, amaré más locamente a lord Gray, porque no habrá cosa alguna que lo aparte de los vigilantes y calenturientos ojos de mi espíritu, y si ese hombre se empeña en perseguirme aun en la casa de Dios, como sabe hacerlo, no podré guardar la santidad de mis juramentos, y rompiendo rejas y votos, me asiré a la primera cuerda que ponga en la ventana de mi celda para arrojarme a la calle.
Sobre sus facciones demacradas se había extendido la palidez verdosa de la ictericia, sus ojos, extraviados y hundidos, brillaban calenturientos en un círculo morado.
En el mundo forjado a martillazos calenturientos por su razón enferma, vivía el loco hecho un representante del Olimpo, que había recibido de Júpiter facultades discrecionales para hacer y deshacer a su antojo.
Algo más arriba se quedaban las guedejas, pero no subían de los hombros, y completaban el carácter profundamente místico de la faz, donde ardían dos ojos pacíficamente calenturientos, con la mansa fiebre del entusiasmo.
Éste, haciendo firme, ciñó con sus manos el talle de la moza, la levantó en alto, se dejó caer sobre el sofá, con ella en las rodillas y, empuñando un vaso de vino, acercándolo a los labios calenturientos de María de la O, murmuró con voz cálida:.
Un ancho sollozo levantó la árida tabla de su pecho, y dos arroyos de lágrimas corrieron por sus mejillas, viniendo a templar la sed de sus calenturientos labios.
Los había variolosos, todos llenos de verrugas, los había reumáticos, mancos de ramas, habíalos atacados de alopecia, por lo cual tenían calvicie de hojas, y todos calenturientos, revelaban en su amarillez el paludismo en que vivían.
Parecía como si la sangre perdida se hubiese llevado consigo todos los calenturientos delirios y le hubiese vuelto la noción exacta de la vida.

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