Ejemplos con cajigal

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muchos han sido los pensamientos que normaron la vida de Don Vicente Estrada Cajigal, se presentan a continuación algunos de ellos:.
Titular del Poder Ejecutivo del estado, electo para un periodo de seis años no reelegibles en ningún caso, el candidato electo fue Sergio Estrada Cajigal.
Fue sucedido por la Audiencia, la cual fue presidida por Francisco de Echávarri hasta el arrivo del nuevo Virrey, Francisco Cajigal de la Vega.
Estrada Cajigal Ramírez es el primer gobernador del Estado de Morelos surgido de las filas de la oposición política.
Estrada Cajigal es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Iberoamericana.
Hijo de Sergio Estrada Cajigal Barrera y Gloria Ramírez Lavergne.
Los atentados dijeron haberse llevado a cabo en contra de la corrupción de los dirigentes gubernamentales Sergio Alberto Estrada Cajigal Ramírez, gobernador de Morelos y Vicente Fox.
Cajigal pronto fue canjeado, pasando de Gibraltar al departamento de Cádiz.
Jado Cajigal luchó con las fuerzas desembarcadas, que estaban al mando del general don Federico Gravina.
Durante dos veces ocupo el cargo de ayudante mayor del Regimiento, del que su tío don Manuel Cajigal era coronel.
Jado Cajigal nació en la aldea de Término, localidad de Hoznayo, municipio de Entrambasaguas, actualmente en Cantabria.
Un Homenaje a Don Vicente Estrada Cajigal.
Recopiló Sergio Estrada Cajigal Barrera.
Estrada Cajigal miembro fundador de dicha institución.
Sus padres Doña Juliana Cajigal nativa de esta ciudad y Enrique Estrada Arreguín nativo de Michoacán que fuera traído a Morelos por el Gobernador Jesús H.
Los indios guaribes vivieron en el área del municipio Cajigal.
Sus elevaciones son los cerros: Ayo, Gordo, meseta de Los Altos y cerro de Jaquetas: Existen valles en los planos de Bombela y Sauz de Cajigal.
Monteverde encarga las operaciones en oriente al brigadier Juan Manuel Cajigal y se dirige hacia Caracas via Barcelona para intentar detener el avance de la invasión de Bolívar al occidente del país.
Mariño derrota a Boves en Bocachica y este se retira rodeando el Lago de Valencia hacia Valencia para reunirse a Cajigal y Ceballos, mientras que Bolívar lo persigue de cerca.
La primera Batalla de Carabobo fue una batalla de la Guerra de Independencia de Venezuela, en la que las fuerzas de la Segunda República al mando de Simón Bolívar derrotaron a las fuerzas españolas al mando del Mariscal de campo Juan Manuel Cajigal.
Podrá el valle montañés estar literalmente tapizado de flores y verdor, veránse sus senderos invadidos por una juventud tan alegre como los colores de sus vestidos, habrá junto al pueblo de la fiesta un extenso cajigal a cuya sombra se reúnan los romeros que atraviesan el valle, y los que bajan por los cerros inmediatos, y hasta los que se columbran en las montañas de más allá: las mozas con el blanco moquero en la mano y entre sus pliegues preso el ramillete de claveles y mejorana, los mozos con la chaqueta al hombro, el zapato de color, los finos pantalones y la camisa de anchas y ondulantes mangas, recién planchada, tal vez por la moza de sus pensamientos, sonará bajo los copudos árboles la alegre encascabelada pandereta, no tañida por mercenarias manos, sino por las zagalas más apuestas y cantadoras de la romería, bailaráse a su compás en ordenadas fijas y haránse las mudanzas tradicionales sin que el pudor proteste ni la moral se escandalice, jugaráse a los bolos en adecuada plaza, y aquí habrá una carral de vino sobre una pértiga, con la cacharrería de ordenanza, y allí una cantina con pollos con arbejillas, saturados de azafrán, y carne guisada, con su dejillo de laurel estimulante, y por todas partes rosquillas y caramelos encarnados, y agua de limón «como la nieve», y perojillos roderos y otras frutas de la estación, y el ruido y el alborozo pertinentes, no irá moza a tomar puesto junto al baile a esperar la fina invitación de algún mancebo, sin haber entrado antes a rezar al Santo de la ermita y depositar su óbolo en el platillo que al efecto estará sobre las andas de aquél, y admirado el arco de pañuelos, cintas, acericos y relicarios, bajo el cual se hallará expuesta la imagen todo el día en el cuerpo de la iglesia, y ni moza ni zagal se retirará a la tarde sin cargar el pañuelo de perdones, para obsequiar en el pueblo con la tostada avellana o la dulce rosquilla, a las personas de su cariño, que no participaron de la fiesta.
¡Válgame Dios, qué grande me parecía el mundo a medida que entraba yo en lo desconocido, y a una hondonada seguía una cumbre, y a la cumbre otra hondonada, y luego una sierra y después un valle, y otra vez la cumbre, y vuelta a la hondonada! ¡Qué variedad de contornos, de matices, de objetos, de luces y de horizontes! Aquí la aldehuela agazapada entre peñascos y robledales, allí el molino maquilero, debajo de una chopera, a la margen del río, manso y transparente, reflejando en sus aguas sus festones de laurel y zarzas, alisos y parra silvestre, y su puente de dislocados sillares, mal sostenidos por ligazones de compacta yedra, junto al fresco manantial encerrado en un arca de mohosos cantos, el solitario humilladero, obra de la piedad de un pueblo cristiano, si no de los remordimientos de un pecador arrepentido, pero reflejo siempre de una época de arraigada fe, sobre el camino que serpenteaba cuesta arriba, en lo alto de la sierra, un espeso cajigal con una ermita blanqueada: la ermita, para el santo patrono del lugar inmediato, el cajigal, para dar sombra a los romeros un día cada año.
Cerca ya de Pedreguero, la bulla crecía, columbrábanse los blancos toldos de las cantinas, y se respiraba el tufillo de las cazuelas sobre las brasas, entre mondos cudones bajo los primeros árboles del cajigal de la feria.
Pero hay un detalle en la romería montañesa que yo debo citar, porque ignoro en este instante si pertenece también a las de ultra-puertos, o si ha sido citado ya alguna vez, y, sobre todo, porque nos hace falta en la presente ocasión: refiérome al salón que se prepara en el Ayuntamiento, o en una casa particular, o en un palacio inhabitado, que nunca suele faltar en el pueblo de la fiesta, para que el concurrente señorío baile en él por lo fino, mientras la gente menuda se zarandea en el cajigal al uso de la tierra.

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