Ejemplos con cabrios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los postes se ensamblan con vigas, tornapuntas, correas, cabrios y enlatado de cubierta.
Los cabrios son originales en su mayoría y sobre éstos se sitúa el enlatado, siendo éste, en gran parte, de factura reciente.
Parte del desván se halla cerrado con entrelazado de avellano, que se levanta hasta los cabrios de bajo cubierta.
La techumbre presenta cabrios, enlatado y caballetes en los cuatro ángulos.
La estructura de este caserío se apoya en once postes enterizos que forman con las vigas, cabrios y tornapuntas ensambladas con colas de golondrina y cajas de espiga.
La techumbre del caserío, en madera, formada por correas, cabrios y enlatado es también de gran envergadura.
La techumbre, también en madera, posee cabrios y enlatado del mismo material.
La cubierta de madera presenta largos cabrios sobre correas de gran sección.
La techumbre se apoya sobre correas, cabrios, y enlatado.
Los cabrios son, en su mayor parte, de una sola pieza.
Sobre ésta se apoya la cubierta con sus correas, cabrios y el enlatado.
Estos postes se hallan ensamblados con vigas, tornapuntas, correas y cabrios que forman la estructura de este caserío.
La cubierta con cinco correas presenta cabrios de una sola pieza y enlatado de madera.
También se produjeron cabrios de capota blanda.
Ellos reciben las cargas de las vigas, solivos, tornapuntas, correas y cabrios que constituyen la armadura de buena escuadría que conforma la estructura.
La cubierta se resuelve con correas, cabrios y el enlatado de cubierta con cubrición de teja curva.
Los postes mencionados recogen las correas de la cubierta que, a su vez, sostienen los cabrios y el enlatado o cierre de tablas de madera sobre el que apoyan las tejas.
Por otra parte, cuatro postes enterizos más completan la armadura del edificio, la cual ensamblada mediante cajas de espiga y refuerzos de tornapuntas sostiene el cuerpo de vigas, correas, cabrios, así como el enlatado sobre el que apoya la teja árabe con la que se soluciona y cubre la cubierta.
Los postes se unen con vigas mediante uniones de cajas de espiga, reforzadas a veces con tornapuntas de cola de golondrina, definiendo un entramado estructural sobre el que apoyan los forjados de las entreplantas de madera, así como las correas, los cabrios y el enlatado y la cubrición de teja árabe de la cubierta.
Correas, cabrios y enlatado sostienen la techumbre del edificio y completan esta estructura.
Junto con las viguetas, las correas y los cabrios constituyen la armadura del caserío, sobre la cual está colocado el enlatado de madera que sirve de apoyo a la cubrición de teja árabe de la cubierta.
Los postes se unen con vigas mediante uniones de cajas de espiga, reforzadas a veces con tornapuntas de caja y espiga, definiendo un entramado estructural sobre el que apoyan los forjados de las entreplantas de madera, así como las correas, los cabrios y el enlatado y la cubrición de teja árabe de la cubierta.
Vigas, solivos y tornapuntas de refuerzo conforman la estructura interior de la carpintería de armar que, a su vez, soporta la armadura de la cubierta, formada ésta por correas, cabrios y tablazón.
Sobre esa estructura se arma la cubierta a cuatro aguas, con sus correas, limas, cuadrales, cabrios, y entablado sobre la cual apoya la cubrición de teja árabe.
Luego, se realizó la armadura de madera sobre la que descansaría el tejado y retejado de la capilla mayor, y finalmente, la bóveda propiamente dicha en cubrir y enlucir la dicha capilla y el cimborrio y cabrios para ella.
El río Lamedo se encuentra en el termino municipal de Cabezón de Liébana y procede del Arroyo Lamedo después de recibir las aguas del Arroyo de Tornes en las proximidades de la Puentenueva, poco después en la localidad de San Andrés recibe las aguas del río los Cabrios para desembocar en las proximidades de Puente Asnil en el Río Buyón cerca de Cabezón de Liébana.
Como en todos los cabrios de Emelba, la lona quedaba guardada encima del maletero.
Sobre estas se apoyan los cabrios y el tablazón.
Aquel traqueteo de herramientas y bullir de obreros y acopiar de materiales, no se había soñado jamás en aquel pueblo, donde no se labró una casa ni acometió una obra que pasara de levantar un «jastial», o reponer unos cabrios, o enderezar una cumbre, en cuanto alcanzaba la memoria de los más viejos.
En algunos embates parecía el viento macizo, y entonces resonaban sus golpes como cañonazos, y cada golpe de éstos producía un desastre: lo firme oscilaba, lo vacilante caía, las tejas se encrespaban, hervían en los tejados, como si diablillos danzaran debajo de ellas, y en la casa donde la puerta saltaba de sus pernos, barría el huracán muebles y vasares, y al buscar salida por la cumbre, removía las tablas del desván y derrengaba los cabrios.

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