Ejemplos con cañizares

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El plantel: Mauricio Ciani, Gabriel Callegari, Iván Siutti, Alejandro Pierfederici, Marcelo Arauz, Gustavo Massa, Lisandro Bertero, Germán Alegre, Gustavo Alloatti, Martín Anchaval, Juan Carlos Falappa, Darío Piermatei, Sergio Bambini, Leonel Lodato, Juan Carlos Gordillo, Silvio Mangiaterra, Lucas Sejas, Germán Cappa, Cristian Olegui, José Luis Castro, Juan Pablo Villalba, Maximiliano Infante, Sergio Villalba, Manuel Cañizares, Juan Gómez, Roberto Sánchez, Ángel Gabriel Cocchis y Martín Pérez.
Han pasado por sus salas actores y actrices, paraguayos y extranjeros como: Alfredo Alcón, Omar Varela, José María Vilches, Eloisa Cañizares, María Paz Ballesteros, Maite Almazor, Nidia Telles, Adriana Aizemberg, Edda Díaz, Dadh Sfeir, Teresa Selma, Adrian Di Estefano, Beatriz Massons y Rubén Yanez.
Corabastos: Amparo Cañizares, Chucua de la Vaca, El Amparo, El Llantito, El Olivo, El Saucedal, La Concordia, La Esperanza, La María, Llano Grande, Maria Paz, Pinar del Río, San Carlos, Villa de la Loma, Villa de la Torre, Villa Emilia, Villa Nelly, Vista Hermosa.
Su hijo, Alejandro Cañizares, ha seguido los pasos de su padre y ya ha logrado un título en el circuito europeo.
Otra actuación importante de Cañizares fueron sus dos victorias en el mundial de Golf por equipo.
Asenjo batió un récord al encajar tan sólo un tanto en sus primeros cinco partidos de liga, algo que ni Íker Casillas ni Santiago Cañizares, entre otros muchos, pudieron realizar.
Antonio Cañizares Llovera en la sede toledana, fue nombrado párroco de Santo Tomé de Toledo.
, hacen que Jesús Cañizares, entrenador y alma mater del SPA busque durante varias temporadas una salida a flote de un proyecto ambicioso para el fútbol femenino en la ciudad de Alicante.
También Faliu-Lacourt señala que Moratín advirtió la presencia de un Niño de Rollona en la comedia de Cañizares, No hay con la patria venganza y Temístocles en Persia.
A la hora que le pareció más oportuna, requirió don Wifredo el tapujo de su capita, y embozado a la picaresca se situó en la calle de Cañizares al acecho de las damas, por ver si el amigo las acompañaba a la novena.
Encaminose a la calle de Cañizares, donde vivía doña Manuela Pez, y tan recelosa iba de que su madre la detuviera birlándole la merienda en el campo, que de la escalera pensó volverse.
Lo compré hoy en la tienda de espadas de la calle de Cañizares.
Mira el doctor Perpiñá, de la calle de Cañizares.
El joven no hizo ademán alguno que indicara intención de moverse, y en la misma actitud perezosa en que estaba, mirando de soslayo a sus compañeros de plantón, dijo así: Hace como unos cinco cuartos de hora iba en un coche por la calle de Atocha Entró por la calle de Cañizares Hace como unos tres cuartos de hora, vi el mismo coche atravesar la plaza de Santa Cruz hacia la calle de Esparteros.
Ocupamos los lugares de Corduente, Ventosa, Cañizares, y pasando el río Gallo por Castilnuevo, cortamos el camino de Teruel y el de Daroca, por donde se temía que vinieran tropas enemigas en auxilio de la ciudad bloqueada.
Ante los ojos de mi ama dejaba de ser una hipérbole aquello de , que Cañizares Añorbe aplicaban a las miradas de sus heroínas.
Todas las ropas de teatro y de calle que usaba mi ama, eran confeccionadas por una costurera de la calle de Cañizares, excelente y honradísima mujer, joven aún, aunque desmejorada por el trabajo, discreta y afable, en tales términos que por entre la corteza de su malestar presente parecían distinguirse nacimiento y condición muy superiores.
Llegamos a la calle de Cañizares, a una suntuosa casa, que era la misma en cuyo sotabanco vivía Inés, aunque se subía por distinta escalera.
Llegué a la casa de la calle de Cañizares, residencia de la señora marquesa, de quien era hermano el diplomático, pregunté por Dolores, apareció ésta, y sin decirme nada me condujo por largos y oscuros pasadizos, hasta que al fin dio conmigo en un camarín muy lujoso, donde me ordenó que esperase.
Tu madre, hijo, se llamó la Montiela, que despues de la Camacha, fué famosa: yo me llamo la Cañizares, si ya no tan sábia como las dos, a lo ménos de tan buenos deseos como cualquiera dellas: verdad es, que al ánimo que tu madre tenia de hacer y entrar en un cerco, y encerrarse en él con una legion de demonios, no le hacia ventaja la misma Camacha: yo fuí siempre algo medrosilla, con conjurar media legion me contentaba, pero con paz sea dicho de entrambas, en esto de conficionar las unturas con que las brujas nos untamos, a ninguna de las dos diera ventaja, ni la daré a cuantas hoy siguen y guardan nuestras reglas: que has de saber, hijo, que como yo he visto y veo que la vida que corre sobre las lijeras alas del tiempo se acaba, he querido dejar todos los vicios de la hechicería en que estaba engolfada muchos años habia, y solo me he quedado con la curiosidad de ser bruja, que es un vicio dificultosísimo de dejar: tu madre hizo lo mismo: de muchos vicios se apartó, muchas buenas obras hizo en esta vida, pero al fin murió bruja, y no murió de enfermedad alguna, sino de dolor de que supo que la Camacha su maestra, de envidia que la tuvo porque se le iba subiendo a las barbas en saber tanto como ella, o por otra pendenzuela de celos que nunca pude averiguar, estando tu madre preñada, y llegándose la hora del parto, fué su comadre la Camacha, la cual recebió en sus manos lo que tu madre parió, y mostróle que habia parido dos perritos, y así como los vió, dijo: Aquí hay maldad, aquí hay bellaquería, pero, hermana Montiela, tu amiga soy, yo encubriré este parto, y atiende tú a estar sana, y haz cuenta que esta tu desgracia queda sepultada en el mismo silencio: no te dé pena alguna este suceso, que ya sabes tú que puedo yo saber que si no es con Rodriguez el ganapan, tu amigo, dias há que no tratas con otro, así que este perruno parto de otra parte viene, y algun misterio contiene.
Colgó la Cañizares el candil en la pared, y con mucha priesa se desnudó hasta la camisa, y sacando de un rincon una olla vidriada, metió en ella la mano, y murmurando entre dientes, se untó desde los piés a la cabeza, que tenia sin toca: ántes que se acabase de untar me dijo, que ora se quedase su cuerpo en aquel aposento sin sentido, ora desapareciese dél, que no me espantase, ni dejase de aguardar allí hasta la mañana, porque sabria las nuevas de lo que me quedaba por pasar hasta ser hombre.
Acudió la gente del hospital, y viendo aquel retablo, unos decian: Ya la bendita Cañizares es muerta, mirad cuán desfigurada y flaca la tenia la penitencia: otros mas considerados la tomaron el pulso, y vieron que le tenia, y que no era muerta, por do se dieron a entender que estaba en éstasis y arrobada de puro buena: otros hubo que dijeron: Esta puta vieja sin duda debe de ser bruja, y debe de estar untada, que nunca los santos hacen tan deshonestos arrobos, y hasta ahora, entre los que la conocemos, mas fama tiene de bruja que de santa: curiosos hubo, que se llegaron a hincarle alfileres por las carnes desde la punta hasta la cabeza, ni por eso recordaba la dormilona, ni volvió en sí hasta las siete del dia, y como se sintió acribada de los alfileres y mordida de los carcañares, y magullada del arrastramiento fuera de su aposento, y a vista de tantos ojos que la estaban mirando, creyó, y creyó la verdad, que yo habia sido el autor de su deshonra: y así arremetió a mí y echándome ambas manos a la garganta, procuraba ahogarme, diciendo: Oh bellaco, desagradecido, ignorante y malicioso, y ¿es este el pago que merecen las buenas obras que a tu madre hice, y de las que te pensaba hacer a tí? Yo que me vi en peligro de perder la vida entre las uñas de aquella fiera arpía, sacudíme, y asiéndola de las luengas faldas de su vientre, la zamarreé y arrastré por todo el patio, y ella daba voces, que la librasen de los dientes de aquel maligno espíritu.
Tomándolo en el sentido que he dicho, paréceme que quiere decir que cobraremos nuestra forma, cuando viéremos que los que ayer estaban en la cumbre de la rueda de fortuna, hoy están hollados y abatidos a los piés de la desgracia y tenidos en poco de aquellos que mas los estimaban: y asimismo cuando viéremos que otros que no há dos horas que no tenian deste mundo otra parte que servir en él de número que acrecentase el de las gentes, y ahora están tan encumbrados sobre la buena dicha, que los perdemos de vista, y si primero no parecian por pequeños y encogidos, ahora no los podemos alcanzar por grandes y levantados: y si en esto consistiera volver nosotros a la forma que dices, ya lo hemos visto y lo vemos a cada paso, por do me doy a entender que no en el sentido alegórico, sino en el literal se han de tomar los versos de la Camacha, ni tampoco en este consiste nuestro remedio, pues muchas veces hemos visto lo que dicen, y nos estamos tan perros como ves: así que, la Camacha fué burladora falsa, y la Cañizares embustera, y la Montiela tonta, maliciosa y bellaca, con perdon sea dicho, si acaso es nuestra madre de entrambos, o tuya, que yo no la quiero tener por madre.
Al señor Cañizares quiero suplicar un poco, en que me va la honra, la vida y el alma.
Que no quiero riquezas, señora Hortigosa, que me sobran las joyas, y me ponen en confusión las diferencias de colores de mis muchos vestidos, hasta eso no tengo que desear, que Dios le dé salud a Cañizares: más vestida me tiene que un palmito, y con más joyas que la vedriera de un.
:''Entran'' CAÑIZARES, ''viejo, y un'' COMPADRE ''suyo''.
''Al entrar'' CAÑIZARES, ''danle con una bacía de agua en los ojos, él vase a limpiar, acuden sobre él'' CRISTINA y Doña LORENZA, ''y en este ínterin sale el galán y vase''.
Tenga vuesa merced desa punta, señora mía, y descojámosle, porque no vea el señor Cañizares que hay engaño en mis.
:''Al alzar y mostrar el guadamecí, entra por detrás dél'' UN GALAN, ''y, como'' CAÑIZARES ''ve los retratos, dice''.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba