Ejemplos con cólico

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No, no, señora contestó el marqués , este respetable magistrado no siempre tiene cólicos, hay que disculparle si se ha tomado el ataque un poco a la tremenda, esa pequeña convulsión de las entrañas es una enfermedad habitual en Marsella o en Aix, y desde que hemos visto cómo una turba de bribones, colegas de este buen mozo, juzgaban como envenenadas a unas cuantas rameras que no tenían más que un cólico, no debemos extrañarnos de que un cólico sea un grave asunto para un magistrado provenzal.
El ácido cólico es uno de los cuatro ácidos que produce el hígado sintetizado a partir colesterol.
Las sales del ácido cólico se denominan colatos.
El ácido cólico y el ácido quenodesoxicólico son los ácidos biliares humanos más importantes.
El cólico nefrítico es un dolor agudo que se produce generalmente por la presencia de cálculo en el conducto que va desde los riñones hasta el tracto urinario cercano a la uretra.
Se manifiesta en forma de episodios de dolor abdominal de tipo cólico así como naúseas y vómitos.
Esta segunda forma puede incluir fiebre, debilidad, depresión, anorexia, cólico y diarrea.
El ácido quenodesoxicólico y el ácido cólico son los ácidos biliares humanos más importantes.
Aproximadamente en la mitad de esta gala, Enrique Anaut sufrió un cólico nefítico que suspendió la expulsión y las nominaciones hasta la proxima gala.
Me atracaría, bebería fuerte, pero a la noche tendría un cólico y tal vez estírase la pata.
No se trataba de un cólico vulgar, y la pobre bestia, sostenedora inconsciente del prestigio de la familia, revolcábase abajo, en la obscura y húmeda cuadra, quedando panza arriba y con las patas agitadas por un temblor convulsivo.
El lugar era ignominioso: un café con tabladillo para cantadores, banquetas más destripadas que caballo de picador, el techo ennegrecido a fuerza de humo, el ambiente apestando a tabaco de colillas, el piso escurridizo y viscoso de saliva, al fondo, un mostrador lleno de vasijas sucias y, en último término, una entre cocina y cueva, especie de laboratorio infernal consagrado al dios Cólico.
Fegúrese usté que dempués que la di el aguardiente con pólvora la entró un cólico que creí que reventaba.
Y na, que con aquello de las coles se largó como si le hubiera dao un cólico miserere.
-¡Digo! ¡No te diré más sino que hubo gachó que a estas horas debe estar con un cólico miserere!.
¡Loor a Alah, que no me ha hecho ni gorda deforme, ni flaca enfermiza, ni blanca como el yeso, ni negra como el polvo de carbón, ni amarilla como el cólico, sino que ha reunido en mí con arte admirable los colores más delicados y las formas más atractivas.
Lo caté y no me desagradó, pero me abstuve, porque aunque tenía ganas de irme al otro mundo, no me hacía maldita gracia emprender el viaje con el pasaporte de un cólico miserere.
Allí supe que el célebre orador que debía tomar parte en la velada se había excusado a última hora por haber sido acometido de un cólico.
De repente, allá en una esquina divisa la ventanilla alumbrada de una pequeña botica, tras cuya puerta dormita seguramente el boticario, reclinado en una silla, después de haber vendido un papelillo de calomelano para un cólico y un frasquito con jarabe de ipecacuana para un niño con tos convulsiva.
-Y yo -dijo la otra juntando las manos- que reviente de un cólico si no te espero hasta que vengas.
«Será el cólico nefrítico de costumbre», pensaba el doctor, reclinado en la berlina azul, tan confortable y flamante, de la aristocrática señora.
¡y el demonio desencadenado en tu casa! -Después, la cuarentena, y los retortijones de barriga en la criatura, y los vagidos consiguientes, y el cólico de la pasiega, y el riesgo de buscar otra, y las cuentas a puñados, y el dinero tras ellas a carretadas.
Distingue a la legua un cólico de un ''empanderamiento'', y en las cojeras no confunde el ''zapatazo'' con el ''babón'', y si no ha curado un solo caso de s''olenguaño'', es porque la enfermedad es mortífera, mas no por haber dejado de echar a tiempo, «por la boca abajo» del paciente animal, con el auxilio conductor de una teja, el agua de jabón, aceite y vino blanco, bien caliente.
El niño de Mestival iba creciendo y era traviesillo, pero su padre le tenía prohibido tocar a la fruta, y en especial a la del cerezo aquel, parte para que el chico no sufriese un cólico, parte porque los chiquillos, cosa sabida, comen y destrozan, y al subirse a los árboles rompen las ramas y hacen mil averías.
¿Se puede deducir de que un remedio siente bien a un hombre o a diez hombres, que este remedio conviene a todas las enfermedades, como nos quiere hacer creer el articulista con su purga? Entonces es decir que en sentando bien a media docena de sujetos el sacarse una muela cuando les duele, debemos deducir que para todas las dolencias humanas no hay cosa como sacarse las muelas, y cuando tengamos sabañones, cuando nos aqueje un cólico, cuando nos acometa una hidropesía, saquémonos las muelas, y el que sepa más, que lo diga.
Era una monjita que había muerto de un cólico de confituras.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba