Ejemplos con buenos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Yo me encabezo en mi negocio y trabajo como un asno después de la mañana hasta la noche por ganar buena plata, pero yo amo los buenos dineros para darme buena vida y comer a mi grado.
Lo que señaladamente les molestaba era que yo no perdía los buenos colores.
Y a propósito: tiene usted buenos amigos en la Prensa.
¡Murióse aquella santa, que si ella no se muriese no recibiera yo este trato! ¡Bruja! Nadie en el mundo me dijo ese texto, que vengo de muy buenos padres, y no habrá cristiano que me haya visto escupir en la puerta de la iglesia, ni hacer los cuernos en la misa mayor.
Hacía muchos años, muchosen los tiempos que el tío , un anciano casi ciego que guardaba el pobre rebaño de un carnicero de Alboraya, iba por el mundo, en la partida del , disparando trabucazos contra los franceses, estas tierras fueron de los religiosos de San Miguel de los Reyes, unos buenos señores, gordos, lustrosos, dicharacheros, que no mostraban gran prisa en el cobro de los arrendamientos, dándose por satisfechos con que por la tarde, al pasar por la barraca, les recibiera la abuela, que era entonces una real moza, obsequiándolos con hondas jícaras de chocolate y las primicias de los frutales.
Y como por buenos que sean los diestros que están en el tendido, si los lidiadores son malos, mala resultará la corrida, para los buenos villaverdinos no hay chupa que les venga, ni capote que les salga a gusto.
Si eran buenas, mi amigo argumentaba con sofismas que sus compañeros no acertaban nunca a distinguir, si eran vacías y fuera de propósito, Porras recurría a la sátira para quemar a los buenos señores.
Que observe el régimen que tengo prescrito: reposo, distracción, buenos alimentos, una copita de vino en cada comida, y ¡adelante! Que no esté sentada todo el día, que camine, que se mueva, que salga por aquí, que vaya a la salita.
Ya sabes que para esas cosas tengo yo buenos ojos.
Su cultura chocaba a los buenos budistas de Villaverde.
Publiqué los tales sonetos en El Montañés , previa la aprobación de don Román, quien los tuvo por buenos y muy buenos, antes y después de que La Voz de Villaverde , La Sombra de Vega , y cierto periodiquín de Pluviosilla los hicieran trizas y pusieran al autor como chupa de dómine.
Me pasó lo que a los gastrónomos: principian por gustar de los buenos platillos, y acaban por invadir la cocina y preparar ellos mismos los guisos predilectos.
Ya eres grandecito, y ya te gustarán los buenos puros.
Le referí mil casos de enfermedades nerviosas que tenían aspecto de gravísimos males, y que con el tiempo y el cuidado habían desaparecido, dejando a los pacientes buenos y sanos.

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