Ejemplos con brega

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se inicia desde la colonia, con el trabajo del hombre en el hato en la brega para coger y domar el ganado que se perdía en las extensas sabanas.
Murillo, durante los siete años que estuvo en Zaragoza, fue un clásico del club: encarnó la entrega honesta, la terca convicción en el arte de golear, la brega constante aliada con la calidad.
Eventualmente, aún se confunde el brega con otros ritmos que poseen en común con él la característica del romanticismo excesivo, como el pagode que, sin embargo, no conserva las características propias del auténtico brega.
Alvaro Peña bajó entonces por él, pero después de una brega larga tuvo que retirarse desairado.
Pero existe además en la historia deslavazada de nuestras discordias un interés que iguala, si no supera, al interés patético, y es el de las causas, el estudio de la psicología social que ha sido móvil determinante de la continua brega de tantas nulidades, o lo más medianías, en las justas de la política y de la guerra.
Por esto le dio Moreno el encargo de buscarle alguna moña, de las que guardan los aficionados como veneradas reliquias, y convenía que tuviesen manchas de sangre y muchos pisotones, con señales de la trágica brega.
Parece que Cecilia se había vestido para salir conmigo, y la abuela, en la brega de impedírselo, le rompió el túnico y la peineta de teja.
Y comenzó sin más la horrible brega.
¿Cómo no hemos de ver con placer que aquello por que La América desde hace meses aboga, está siendo hoy confirmado por la calurosa discusión y especial atención de los más notables periódicos de Industria, Mecánica y Comercio de los Estados Unidos? Se han hecho dos campos: en el uno, maltrechos y poco numerosos, se atrincheran los hombres acomodados y tranquilos, seguros de goces nobles y plácidos, que les dan derecho de amar fervientemente el Griego y el Latín, en el otro, tumultuosos y ardientes limpian las armas los hombres nuevos, que están ahora en medio de la brega por la vida, y tropiezan por todas partes con los obstáculos que la educación vieja en un mundo nuevo acumula en su camino, y tiene hijos, y ven a lo que viene, y quieren libertar a los suyos de los azares de venir a trabajar en los talleres del siglo xix con los útiles rudimentarios e imperfectos del siglo xvi.
Tenía racional disculpa mi egoísmo en las emociones de la brega excepcional que traía y en la que me aguardaba entre las tinieblas de la noche, tan pavorosa en aquellas abruptas soledades.
Al cerrar la noche de aquel día sólo quedaban del temporal unos rumores lejanos e intermitentes, a manera de jadeo de su cansancio después de una brega feroz y continua durante semana y media.
¡qué sé yo cuántos recursos se pusieron en juego allí! A todo se prestaba el angustiado señor, menos a que se avisara a Neluco ni a don Sabas, porque después de la brega que habían tenido desde el alba, necesitaban el descanso tanto como él.
En honor de la verdad, no estuvo el hijo del boticario aquella noche tan chiripero ni tan acelerado como lo tenía por costumbre, ni de tanta correa para las chanzas del fiscal, pero cierto es también que la brega de la bahía, tras de las inusitadas emociones del convite, le tenía algo desmadejado, y que el fiscal se permitió llevar las bromas a un terreno de bastante mal gusto.
Y no dura la brega más que tres días, porque doña Ambrosia, con la disculpa de que tiene comprometida la habitación, despide al capitán cuando vence su boleta, disculpa que éste no admite como de buena ley, por lo cual, antes de marcharse, pone a la pupilera como trapo de fregar, y a la casa, que no hay por dónde mirarla.
Veinte veces, el carpintero estuvo a punto de abandonar la partida y otras tantas reaccionó para seguir en la brega gastando sus últimas fuerzas que la ira y la desesperación agigantaban.
Lucas, resobado, sucio y descosido por la brega que acababa de tener en el tejado, desde lo alto de la escalinata en que se hallaba reclamó el silencio por breves momentos.
- Para el oficio que traigo, no es mayormente al auto el pulimento que deseo en el porte y genial de la persona, si uno ha de estar de sol a luna, fijo en la brega del campo, sin más aquél de cubicia que lo que tiene a la vera, pero si, pinto el caso, al hombre, por su luz natural o roce con quien la tenga, no le basta eso solo.
Llegó la noche, acostose, durmió poco con la brega que traía en el magín, y al amanecer ya estaba el mozo más listo que las liebres, y estando más listo que las liebres, pensaba en abrir un pozo muy hondo para guardar tantas onzas como iban a salir de aquellos sacos, y pensando en esto, los abrió, y abriéndolos.
Entra, por fin, en la Basílica, cruza las naves, desciende la escalera dorada que conduce a la cripta, y mientras a sus espaldas la guardia brega para reprimir el empuje del torrente humano que pugna por arrimarse a la balaustrada, en el recinto descubierto, más bajo que la multitud, el Papa queda solo.

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